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Irak: la nueva estrategia para salvar a George Bush

La estabilización de Irak tendrá ahora un carácter más político y estará bajo el mando directo de la Casa Blanca a través de la Consejera de Seguridad Nacional. La creación del «grupo para la estabilización de Irak», confirma el fracaso de las estrategias anteriores, lo que deja en una incómoda posición a Colin Powell y Donald Rumsfeld.


El nuevo "Grupo para la estabilización de Irak", que dirigirá Condoleezza Rice, según los medios de EEUU, demuestra el fracaso estrepitoso de las tareas de pacificación que estaban a cargo del Pentágono. Con todo, la nueva estrategia habría sido recibida por Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono, como un desahogo que "lo liberaran de una tarea en la que no había tenido éxito".



A dos años desde que EEUU lanzó en Afganistán la guerra contra el terrorismo, Washington ultima un plan para cambiar su estrategia tanto en este país como en Irak y acelerar la reconstrucción de ambas naciones. En los últimos meses, el Gobierno del presidente George W. Bush se ha visto acosado por las acusaciones acerca de la falta de progresos en la normalización de los dos países invadidos, algo que comienza a verse reflejado en las encuestas de popularidad.



Ante esta situación, la Casa Blanca pretende supervisar de modo más estrecho los esfuerzos de reconstrucción y, en el caso de Irak, prevé la creación de un «Grupo de Estabilización» que estará directamente al cargo de la asesora de Seguridad Nacional de Bush, Condoleezza Rice.



La iniciativa es «algo común cuando se trata de coordinar los esfuerzos de varias agencias estatales», dijo ayer Bush durante una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca con su colega keniano, Mwai Kebaki.



La tarea de Rice será «prestar apoyo a los esfuerzos del Pentágono y el jefe de la administración estadounidense interina, Paul Bremer» en Irak, agregó.



Sin embargo, el Presidente no quiso contestar si la reestructuración resta poder al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en las operaciones en Irak. «Estamos logrando buenos progresos en Irak y la situación mejora cada día», se limitó a responder.



Según han dado a conocer fuentes de la Administración, la misión del grupo será coordinar el desarrollo de estructuras políticas y la lucha contra el terrorismo, así como fomentar el progreso económico.



La reestructuración aparece en un memorando confidencial que Rice envió el pasado jueves a Rumsfeld; al secretario de Estado, Colin Powell, y al director de la Central Estadounidense de Inteligencia (CIA), George Tenet.



Según indicaron fuentes del Gobierno de EEUU, con esta medida la Casa Blanca pretende un mayor control de las operaciones, cuando ha pedido al Congreso que apruebe una partida extraordinaria de 87.000 millones de dólares para Irak y Afganistán, de los que 20.000 millones se destinarán a los gastos de reconstrucción.



La creación del grupo representa el primer indicio de que la Casa Blanca admite que sus planes iniciales para la normalización de los dos países no han funcionado como se esperaba.



En Afganistán se ha detectado en los últimos meses un resurgir de las actividades del movimiento talibán, mientras que en Irak persisten las acciones guerrilleras que han cobrado más de ochenta vidas estadounidenses desde el 1 de mayo, cuando Bush declaró el fin de la campaña militar.



La inestabilidad en los dos países ha comenzado a dejar sentir su efecto en las encuestas de popularidad de George Bush: menos estadounidenses confían hoy en su agresiva política exterior que hace dos años, en vísperas de la campaña militar en Afganistán.



En declaraciones realizadas el domingo pasado, Rice indicó que la creación del grupo representa «el reconocimiento de que hemos entrado en una fase distinta». El diseño del grupo, agregó, se trazó entre ella misma, Powell, Rumsfeld y el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, tras una reunión con Bush en su rancho en Crawford (Texas), en agosto último.



Pero, aunque tanto Bush como Rice han insistido en que la creación de la nueva entidad representa sólo un intento de apoyar la labor del Pentágono en Irak, lo que es indiscutible es que la asesora de Seguridad Nacional desempeñará ahora un papel mucho más relevante en el país árabe, en detrimento de Donald Rumsfeld.



Tal y como está concebida, la nueva entidad se dividirá en cuatro comités de trabajo, coordinados por subordinados de Rice, que abordarán respectivamente las áreas de antiterrorismo, desarrollo económico, asuntos políticos en Irak y relaciones con los medios.



En cada comité figurarán también representantes de los Departamentos de Defensa, Estado y Tesoro, así como funcionarios de la CIA.



Nueva estrategia con olor a vieja



La entrada en escena de Rice, según lecturas más críticas apuntaría a la necesidad urgente que tiene la Casa Blanca de manejar políticamente la actual fase de la invasión a Irak. Por lo que no se descarta que la nueva estrategia es hacer que aparezcan a toda costa las armas de destrucción masiva que "motivaron" la invasión.



"O aparecen las armas o todo se va al suelo", fue lo que declaró un cercano a Rumsfeld, en un reportaje de Newsweek dedicado al tema de las armas de destrucción masiva que se suponía poseía Sadam Husein y que, tras la derrota del régimen, se quiso "sembrar".



Operación que no logró implementarse después del fin de la guerra, pese a que existían "los arsenales" listos para ser transportados e instalados desde los centros operativos que existen en Jordania, Turquía, Arabia Saudita y Kuwait.



En los últimos días, la desesperación de la administración Bush comenzó a quedar en evidencia con declaraciones como la que acusó a Sadam de haber "inventado" que poseía armas de destrucción masiva "para sacar dividendos mediáticos".



Vale la pena recordar las palabras del General en Jefe del Estado Mayor Británico M. Jackson, quien al comienzo de la invasión sostuvo que: "Esta operación ha sido planificada para permanecer cinco años en Irak", declaración -registrada por la BBC de Londres- que suelen olvidar quienes aspiran a una pronta evacuación de las tropas aliadas de Irak.



Al mismo tiempo, la ONU está cada vez más renuente a negociar cualquier tipo participación en la reconstrucción iraquí, sin que antes EEUU ponga una fecha concreta para el fin de la ocupación. En Washington, en parte se ha responsabiliza a Colin Powell por el fracaso de las negociaciones con las Naciones Unidas, aunque a todas luces su posición solo refleja la obstinación de la Casa Blanca.



De este modo, el cambio de estrategia de Washington no sería sino una vuelta atrás que permita salvar la cara a una administración que comienza a verse acorralada por una seguidilla de fracasos y falta de credibilidad. Más allá del nombramiento de Condeleezza Rice, las esperanzas de la Casa Blanca están puestas en David Kay, el Inspector de Armas que tiene la misión de "encontrar" los arsenales químicos y bacteriológicos de Sadam.



David Kay señaló en medios televisivos de los EEUU que las armas aparecerían y que era cuestión de meses, según informan los medios como La Revue du Liban, el Times of India y el propio New York Times.



"Hemos encontrado una vasta red de laboratorios no declarados involucrados en actividad prohibida. Aunque no hemos dado aun con las armas propiamente tales. Las vamos a encontrar al final. Es cuestión de tiempo», dijo Kay a la cadena de televisión ABC según el New York Times del domingo.

En tanto, Kay dijo en ABC News que "estaremos en Irak, al menos, nueve meses más para encontrar lo que sabemos que existe. Somos 1.600 inspectores revisando 130 depósitos de municiones que contienen 650.000 toneladas de armas".



Según David Kay, al menos 26 de esos lugares tenían armas químicas. El domingo, declaró a la cadena Fox que en el tema de armas biológicas "se harían revelaciones muy significativas que los medios no han rescatado del informe preliminar evacuado hace poco. En el próximo informe se revelaran todas las cuestiones que han estado en duda hasta el momento".



En la misma cadena -que ha sido portavoz de la Casa Blanca y claramente pro invasión y ocupación- Kay intentó desacreditar las inspecciones de la ONU respecto a la destrucción de los cohetes Scud que Irak declaró haber destruido.



La mayor parte de la información de Kay ha sido respaldada por el ex viceprimer ministro de Irak, Tarek Aziz, quien está en poder de las fuerzas aliadas.





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