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Dura discusión entre senador PS y ex supremos marca polémica sesión

Mientras el senador institucional Enrique Zurita defendió el proceder de la ministra Chevesich, al señalar que Viera Gallo tuvo vocación para »presionar» en su juventud, el senador socialistas contestó -en tono de advertencia- que era mejor olvidar los hechos del pasado, tomando en cuenta la actitud »servil» que tuvo el ex supremo en la »dictadura».


Los ánimos estuvieron al rojo vivo en la sesión especial del Senado que trató las «presiones» llevadas acabo por el gobierno en el caso Mop-Gate. Las acusaciones cruzadas y entredichos coparon el escenario político. Tanto así que el presidente de la Cámara Alta, Hernán Larraín, tuvo que intervenir en cerca de cuatro oportunidades para calmar las pasiones.



Emociones que se vieron desbordadas por momentos cuando el senador DC, Jorge Pizarro, cuestionó el proceder del presidente de la Cámara Alta, por permitir una sesión que calificó como »inconstitucional». Palabras que por supuesto sacaron chispas en la parlamentaria Mathei, quien gesticuló y gritó al oficialismo que »leyeran los diarios».



Acto seguido, y en medio de un silencio cómplice, se inició el debate formal que una vez más fue interrumpido, luego que Baldo Prokurica solicitara a la mesa y al Presidente de la República responder por los contenidos de la carta de la ministra Chevesich, donde se habla de presiones. Declaraciones que por supuesto tuvieron eco en la Concertación, y en especial en Andrés Zaldívar, quien dando cátedra explicó que no era facultad del Senado »fiscalizar», por lo que la sesión no se debería haber concretado.



Sin embargo, y a pesar de los anteriores roces y declaraciones, el momento más complejo tuvo como protagonistas al senador socialista José Antonio Viera Gallo y a los institucionales Enrique Zurita y Marcos Aburto. Parlamentarios que se enfrascaron en una discusión que dejó con la boca abierta al Senado en su conjunto.



En esa línea, es preciso recordar las palabras de Viera Gallo, quien tras intervenir por cerca de tres minutos señaló que no era correcto politizar la justicia, puesto que pavimentaba el camino para un quiebre institucional. A lo que agregó: »todos somos responsables de lo que está ocurriendo. La UDI tuvo reuniones con el juez Calvo en un hotel, así como el PPD y algunos PS, por lo que está claro que hay un espíritu establecido donde se presiona a la justicia».



No obstante, la frase que provocó la ira de los ex supremos fue aquella en que Viera Gallo calificó como »imprudente» el proceder de la jueza Chevesich, recalcando el error de la ministra al filtrar una hipótesis donde el Presidente sería citado a declarar. Hecho que, evidentemente, irritó al senador y ex presidente de la Corte Suprema, Enrique Zurita, quien salió en defensa de Chevesich, al acusar a Viera Gallo de tener desde joven »vocación para presionar». Una acusación que por supuesto tuvo la respuesta del parlamentario socialista, quien señaló: »no empecemos a recordar el pasado, puesto que yo no quiero decir que Ud. (Zurita) fue un presidente servil en la dictadura. Todos debemos respetar la justicia, aunque sean los fallos adversos».



Por supuesto, esta declaración sacó nuevas ronchas entre los ex supremos, que se encargaron de responder. Es así como Zurita arremetió recordando que en la dictadura él había absuelto a Garretón. Y continuando con su discurso indicó: »Eso no es actuar de manera servil. Si yo me porto mal porque ustedes se portaron mal, vamos a llegar a un punto en que ningún homicidio se va a poder perseguir, excepto el de Caín», sentenció el parlamentario institucional.



Sin embargo, las palabras en contra de los parlamentarios socialistas tuvieron un nuevo eco, pero esta vez en el senador Aburto, quien refutó en duros términos el calificativo »servil».



»Jamás, señor presidente, yo he tenido una conducta servil. Siempre me abstuve a la ley para resolver los conflictos judiciales. Esa fue mi posición permanente. La ley que regía en esa época. Las leyes eran los decretos leyes. Esos decretos había que aplicarlos, porque eran de un régimen de facto», culminó Aburto.



Habla Bates



Por su parte, el ministro de Justicia, Luis Bates, cuestionó la sesión especial, tomando en cuenta su motivación, vale decir, analizar la situación derivada de la presiones al Poder Judicial, hecho que calificó como un grave error, tomando en cuenta la resolución de la Corte Suprema que señaló que no hubo »presiones ni filtraciones».



»Lo que dispone la Constitución es claro: no se puede abocar ni el Congreso ni el Presidente a revisar los fundamentos de las resoluciones judiciales que aquí se han planteado», sentenció Bates.



Asimismo, indicó que los tribunales ya hicieron una investigación, que está compuesta por varios antecedentes, por lo que la carta de la ministra señora Chevesich no debe ser utilizada más que como una prueba de varias.



Larraín es cuestionado



Al respecto, Andrés Zaldívar, dando la nota alta y llamando a la cordura dijo: »el Senado ha cometido un gran error con la presente sesión, puesto que se infringen nuestros deberes constitucionales. Nosotros no podemos fiscalizar».



»No se puede llamar a una sesión afirmando que hubo presiones, si el fallo de la justicia dice lo contrario. El presidente del Senado lo debiese saber», sentenció.



Asimismo, Ominami -con tono crítico- señaló que la presidencia del Senado no es un buzón, por lo que »cualquiera con principios constitucionales se hubiese dado cuenta» del error que significaba llevar a cabo la sesión.



Finalmente, el senador PS, emplazando directamente a Larraín, dijo: »Ud. nos debe dar garantías. Se convocó la sesión sobre la base de un prejuicio».







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