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Referéndum venezolano: el «sí» o el «no» al intervencionismo extranjero

El tipo de referéndum que tenía planificado Allende en 1973, y que no pudo hacer, es la salida del Departamento de Estado de los EEUU para eliminar el escollo Chávez. El paralelismo no es desmedido, porque analistas sostienen que Bush aplica códigos de guerra fría. La encrucijada de Venezuela es la de si se transforma o no en la plataforma de control que EEUU tanto anhela.


Venezuela y el próximo referéndum del 19 de agosto, es una anticipación de futuras batallas internas en los países de la región, inducidas o exacerbadas -como es el caso de Venezuela- por desprenderse de, o acentuar la hegemonía estadounidense.



En Venezuela, hoy especialmente, más que en ningún otro país de este hemisferio, se concatenan variables internacionales que van desde el capital financiero transnacional, hasta las cuestiones de seguridad continental. Según el SSI (Strategic Studies Institute) del Ejército de los EEUU, Venezuela ocupa un lugar central en el control geoestratégico de América del Sur y la parte sur del caribe. Allí está el petróleo, su ubicación y su geográfica privilegiada; su apetecida masa de recursos intelectuales, y una trayectoria conocida de ser un área de influencia para: los apetitos europeos, vía el diario El País de España, y los dominios de medios transnacionales del grupo Cisneros, que se engrana en la política hegemónica comunicacional del grupo AOL, Time Warner (en Gregory Wilpert).



La situación en cada bando en Venezuela, reducido al antichavismo o prochavismo, es bastante paritaria. Ambos lados pretenden la victoria y lo cierto es que la lucha hasta el último voto será muy estrecha, a juzgar por los resultados de inscripciones de firmas solicitando -en la práctica- la remoción del Presidente. Los opositores a Chávez habrían reunido según el Consejo Electoral, 2.451.821 firmas. Los opositores reclaman que en diciembre pasado las firmas reunidas llegaban a los 3.400.000., y que el consejo manipuló la cifra. Los que apoyan a Chávez señalan que la oposición falsificó muchas firmas.



De todas formas, Chávez, para resolver este escollo de un referéndum -aunque constitucional- en la práctica impuesto, necesita de una cantidad de votos mayor que la obtenida en la votación cuando salió reelegido en 2000, donde alcanzó
3.760.000 electores. Se especula que Chávez no obtendría más de esta cifra el 19 de agosto, y para que no se produzca una inestabilidad mayor, debería obtener una cantidad de votos -que se acerque a la votación de los opositores- que le permita a su vicepresidente, José Rangel, sacar adelante el resto del mandato.



Cambios en el contexto



La situación del 2000 en Venezuela, y en la región y en el mundo, era sustancialmente diferente a la actual y a la que se percibe para el cercano futuro. La política exterior de los EEUU es un factor central en este cambio, y el efecto Irak se derrama por todos los poros en América latina.



Resulta sintomático que el embajador saliente de los EEUU en Chile, mande últimamente varios mensajes por los medios. O habla de Irak, donde dice que "el pasado (ausencia de armas de destrucción masiva en Irak) lo resolverá la historia, y lo que cuenta es el presente" (varios medios). Aviso quizás para que los gobiernos cierren el capítulo de los juicios a los DDHH, y le "echen para adelante".



O habla de que "el ejercer liderazgo tiene su precio" (La Tercera, 11 de Julio). Ambos mensajes están vinculados a lo que EEUU le gustaría que fuera la política interna y exterior de los países en América latina. El camino a la uniformidad y la homogeneización, el sueño de todo régimen autocrático.



Faceta repetida del intervencionismo: campaña publicitaria que derive en referéndum



El tipo de referéndum que tenía planificado Allende en 1973, en Chile, y que no pudo hacer, es la salida del Departamento de Estado de los EEUU para eliminar el escollo Chávez. El paralelismo no es desmedido, porque analistas como Gregory Wilpert sostienen que EEUU aplica con Chávez códigos de guerra fría. En Venezuela, la mayor parte de los militares son todavía chavistas y no es secreto que un Chávez sin apoyo militar, habría salido como Bertrand Aristide, con consecuencias más imprevisibles por cierto.



A Chávez se le acusa de estar ligado a redes terroristas islámicas y a las políticas castristas de Cuba, según Linda Robinson, del U.S. World and News Report del 10 de junio de 2003. Esta información ha sido ampliamente desmentida en un detallado artículo del analista Gregory Wilpert, que se encuentra en la red.



Por más que el próximo referéndum en Venezuela (19 de agosto) aparezca centrado en su resultado inmediato, una derrota o un triunfo de Chávez, pocas veces el contexto internacional ha tenido más gravitación en un asunto -en apariencia- con raíces estrictamente internas. Eso de "raíces internas", ya desde los avatares de la guerra fría de primera generación, es una afirmación que no se sostiene en Venezuela. Los procesos políticos, históricamente, como cualquier nación de América latina, han estado distorsionados por la intervención extranjera. Antes de la onda de globalización de los últimos años, las disputas políticas internas en las naciones de América latina y el caribe han tenido ese rasgo esencial, de no estar motivadas por resortes puramente internos.



El intervencionismo extranjero, sea de una potencia mayor como los EEUU, Ex URSS hasta los 90, Japón, países europeos, o sea de países vecinos por cuestiones de porosidad de fronteras, de tratados desvencijados que se cuestionan, o acuerdos comerciales, ha sido una constante, más que una excepción.



Una fuente que circula en el frente de la noticia comentaba que "hoy, sea por la fatiga del mercado laboral, o sea por la creciente demanda de nuevas alternativas de sobrevivir, el mundo está lleno de "espías". Se reía de la lucha por los lobbies en Chile, porque para ella, lobby es un eufemismo de espiar. La diferencia es que este nuevo tipo de espía semicubierto, o encubierto en la palabra lobby, no tiene una vida que es terminal. Los espías reales y clásicos generalmente acaban como "fiambre", o quedan tan desactivados que para el caso da lo mismo. Nuestra fuente termina diciendo: "En la estructura de poder todo el mundo sospecha de algo, o si no de todos, a veces hasta de sí mismo". En Venezuela está sucediendo exactamente eso. Todo el mundo está comenzando a sospechar de todo, y de todos.



En mayo de 2003, en plena arremetida para comenzar la segunda guerra en Irak, el general en jefe de las FFAA de los EEUU, Richard Myers, declaró en el US World and News Report (agosto 2003) que Venezuela iba en el camino de Siria, por su apoyo al terrorismo. La información fue desmentida por el gobierno venezolano inmediatamente. Sin embargo, forman parte del conjunto de indicadores de hacia dónde se perfila la política global de los EEUU, en materia de seguridad: enclaustrar literalmente los espacios de maniobra para poder tener un mínimo de espacio alternativo.



Ayuda memoria



Desde la batalla contra España (1898), para obtener la posesión de Cuba, EEUU ha querido echar mano de Venezuela. Durante este período, hubo arrestos de mantener una férrea soberanía a través del general Cipriano Castro (1902), hecho presidente al encabezar la llamada revolución restauradora. Castro, se niega al desembarco de tropas estadounidenses a raíz de un conflicto con una compañía de asfalto (L.A. Sánchez). Posteriormente, el que lo sustituye, Juan Vicente Gómez, comandante general del Ejército, que permanece en el poder durante 25 años (1908-1933), coloca a Venezuela en una posición de alta dependencia política de los EEUU. "Cuando asume apeló al sentimiento de los EEUU y la Casa Blanca destacó a Venezuela al General W.L. Buchanan como alto comisionado, y con tres barcos de guerra como séquito" (L.A.Sánchez).



Aunque nunca ocupada territorialmente por los EEUU, como República Dominicana en distintos períodos, o Cuba 1898-1908), Venezuela a partir del crecimiento de la explotación de su riqueza petrolera, comienza a ser "invadida" por todos los sectores de su economía y su tejido social. Recibe una gran cantidad de inmigrantes de Europa, EEUU y América latina, que se acoplan a esa creciente y enorme industria petrolera y sus subsidiarias. Venezuela crece en todo sentido, se hace más cosmopolita -aunque en cierto sentido siempre lo fue- y se convierte en un país de alta complejidad. Hay quienes dicen que todos los países son complejos, es cierto hasta cierto punto. Venezuela rompe ese credo: es más complejo aún, por su historia intrincada, sus capas internas de conflictos no resueltos, y sobre todo, por una soberanía siempre a punto de estar secuestrada por una u otra forma de intervención extranjera.



La fragmentación, cuestión natural e inherente del panorama centroamericano y caribeño, han convertido históricamente a Venezuela por geografía, y perfil poblacional -no existe homogéneidad étnica, y es permeable a un alto influjo de inmigración- en un territorio apto para la instalación de bases militares, de amplio rango operativo.



Este ha sido el sueño o la aspiración de cada general en jefe de las FFAA de los Estados Unidos. En tiempos de la guerra fría clásica se hablaba de los territorios que cumplían con el precepto de ser "portaviones terrestres", porque llenaban los requisitos de plataforma, despegue y fácil abastecimiento. Esos eran o son Turquía, Sudán y Venezuela. Se hablaba de los que EEUU podía controlar o entablar una negociación.



La encrucijada de Venezuela no es la de Chávez exclusivamente. Es la de si el territorio se transforma o no en el futuro en esa plataforma de control que los EEUU tanto anhela desde más de un siglo.


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