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Reforma sobre regionalización: el resquicio para el aumento de senadores

Cámara Alta aprobó la reforma que permitiría el aumento o supresión de regiones, provincias o comunas. Esta iniciativa podría traer consigo un efecto no deseado o no calculado por los parlamentarios regionalistas: dar paso al aumento de cupos senatoriales.


Continuando con el proceso de votación del paquete de reformas constitucionales sobre el que se llegó a acuerdo en el Senado, la Cámara Alta aprobó -el miércoles 20- la iniciativa sobre regionalización que permitiría aumentar el actual número de regiones, abriendo algunas circunscripciones cuyas realidades internas no se condicen en un mismo territorio. A pesar que esta modificación apunta a la necesidad de estimular el desarrollo de algunas zonas que, bajo el sistema político administrativo vigente, estarían resultando perjudicadas, también podría traer otro tipo de consecuencias como dar paso al tan ansiado aumento de cupos senatoriales.



Ello, porque si bien los impulsores de esta modificación tenían como finalidad contribuir al progreso de algunos territorios que, por su lejanía de los centros de toma de decisiones, estarían cayendo en una depresión que impide el desarrollo de sus comunas, lo cierto es que con la creación de nuevas regiones inevitablemente se aumentaría el número de cupos en ambas cámaras del Congreso.



Aunque la iniciativa para ello, como asimismo para la supresión o aumento de comunas y provincias, es sólo del Ejecutivo, bien podría ser vista como una salida para resolver el cada vez más polémico tema del aumento de los cupos senatoriales, que tan complicados tiene a la mayoría de los partidos políticos, por no decir todos.



Pese a que la posición respecto a esta disyuntiva en la Alianza por Chile está cerrada, la Concertación podría encontrar en la recién aprobada reforma el mecanismo para concretar el aumento de cupos. Aunque eso le caería bastante bien a todos los partidos, partiendo del actual escenario que revela que la mayoría tiene más candidatos a la Cámara Alta que bancas para recibirlos, en la derecha insisten en que no aprobarán ninguna iniciativa con tal finalidad con miras al próximo período parlamentario.



El resquicio



No obstante, esta posibilidad no parece fácil ya que el aumento o supresión de regiones es de facultad exclusiva del Presidente de la República y en ello nada tienen que decir los parlamentarios. Así, el Ejecutivo tendría que enviar al Congreso un proyecto con rango de ley orgánica constitucional, que debería ser aprobado con un quórum de cuatro séptimos -según dicta la reforma-, es decir, se requiere del apoyo de 27 senadores -de los 48- para aprobar una iniciativa en ese sentido.



Pero, por otra parte, está el hecho de que el Gobierno ha señalado que no está dispuesto a aumentar los cupos senatoriales sin modificar el sistema binominal. De mantenerse en esa posición no habría muchas posibilidades de que en el corto o mediano plazo se produjera un cambio en la composición del Senado. No obstante, la reforma sobre regionalización podría otorgarle a La Moneda el resquicio necesario para, sin moverse un ápice de su postura original, aumentar el número de senadores.



Ello porque la creación de nuevas regiones está inevitablemente ligada a la composición de la Cámara Alta, aún cuando no constitucionalmente, de aprobarse la reforma, sí lo está en la práctica.



La ecuación es a más regiones más senadores. Con ello, el Ejecutivo mataría dos pájaros de un tiro, compatibilizando, por un lado, el desarrollo equitativo de las regiones, que es lo que postulan los parlamentarios regionalistas que abogaron por esta reforma -entre muchos otros, los senadores de Renovación Nacional Alberto Espina y Sergio Romero- y, por otro, la obvia necesidad de los partidos políticos de aumentar los cupos senatoriales.



Tan ligadas están ambas cosas que incluso en el debate de la reforma sobre regionalización surgió el tema, ya que la Constitución de 1980 relaciona el número de regiones con la forma de elegir a los miembros del Senado, lo que -según explicó el senador Andrés Chadwick (UDI) en el debate de la reforma- habría generado "una consecuencia, quizás no deseada: darle a este número (13 regiones) rango constitucional. Por lo tanto, su modificación requiere una reforma constitucional".



Lo que no invalida el hecho de que, tras la aprobación del paquete de reformas acordado, ninguna de las dos tenga rango constitucional, pero que pese a ello continúen directamente relacionadas. Así, de haber más regiones necesariamente habrá también más senadores. Una oferta tentadora para quienes tienen demasiados candidatos a la Cámara Alta, pero no donde colocarlos. Situación que afecta de manera transversal a todas las colectividades, aunque a unas más que a otras.



No a legislar con nombre y apellido



En la oposición reconocen que esta reforma se podría convertir en un ‘resquicio’ para aumentar los cupos senatoriales, pero insisten en que Renovación Nacional y la UDI ya llegaron a acuerdo en orden a que no aportarán con sus votos para "legislar con nombre y apellido".



A este respecto señalan que de aprobarse ahora cualquier iniciativa que diga relación con el aumento de cupos senatoriales iría en ese sentido, pero siempre apuntando a que el partido que más necesita de un proyecto así es la Democracia Cristiana.



En Renovación Nacional, al menos, precisan que sí existe disposición para ello, pero no para el próximo período, sino sólo a partir del subsiguiente.


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