Acuerdo para auspiciar la Semana de la Chilenidad, entendiendo »los fuertes lazos» que unen a ambos municipios con la Federación de Criadores de Caballos, es cuestionado por un grupo de concejales,en particular porque se desconoce el uso que la organización le da a los aportes municipales.
La idea nació en 1995. El entonces alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, convocó a su par de Vitacura, Raúl Torrealba, y a la Federación de Criadores de Caballos Chilenos para poner en marcha un espacio que permitiera preservar y difundir los valores patrios. Así nació la Semana de la Chilenidad.
Nueve años más tarde, los aportes que debe realizar Las Condes para financiar el evento, sin recibir ningún beneficio directo, aseguran varios concejales, han comenzado a ser fuertemente cuestionados, incluso a pesar de que se trata de una cifra marginal para los más de 80 mil millones de pesos del presupuesto previsto para 2005.
Algunos concejales han formulado severas críticas con respecto a por qué no se destinan estos recursos para áreas sociales o la inconsecuencia de negar fondos para actividades culturales, como fue el reciente caso de la reconocida obra Il Corso, a la que no se le entregaron $35 millones bajo el argumento de que los homenajes a Pablo Neruda eran suficientes.
Otros, se preguntan por qué estos dineros se asignan directamente, considerando que se trata de una de las organizaciones que reúne a un importante grupo de los chilenos más acaudalados, quienes suelen ser los más entusiastas cultores de estos deportes huasos, mientras que en otros casos se exige la presentación de proyectos.
Al respecto, un informe de la Comisión de Hacienda del Concejo Municipal, presidido por la RN Carolina Uribe, recomendó "postergar la aprobación de esta subvención, a la espera que se entregue la rendición de cuentas de los fondos entregados para el año 2004".
El alcalde Francisco de la Maza, sin embargo, desdramatiza los cuestionamientos. Primero, porque que se trata de una iniciativa que, a su juicio, es importante para preservar los valores patrios, y que incluso ha sido replicada en otras comunas del país.
Además, sostiene que la posición de algunos concejales era conocer el balance de toda la Semana de la Chilenidad, y no sólo el destino del aporte municipal, lo que está fuera de sus competencias, según el convenio suscrito en 2001.
El convenio
El contrato, que de paso resalta "los fuertes lazos de amistad y comunidad de valores e intereses", principalmente en lo que se refiere "a la difusión de las tradiciones y valores patrios", compromete a Las Condes a destinar $50 millones, mientras que a Vitacura otros $40 millones.
Los concejales admiten que el acuerdo no es irregular, pero sí lo consideran cuestionable.
Esto, porque el convenio establece que los aportes sólo deben ser "en dinero efectivo", por lo que en esos montos no se pueden considerar las "obras, ni especies, ni ningún otro aporte o convenio que vaya en beneficio del proyecto".
Además, señala que "en la eventualidad que existiera un déficit o un superávit, éste será en su totalidad responsabilidad de la Federación Criadores de Caballos Chilenos», al igual que «el pago a convenirse por el uso del Parque de la Junta de Alcaldes de Providencia, Las Condes y La Reina".
El costo para organizar el evento fue cifrado en torno a los $400 millones, según palabras de De la Maza. Si a ello, se le suma que en 2004 las visitas fueron estimadas en 400 mil y el valor de la entrada fue de $3.000 para adultos y de $1000, en el caso de los niños, los concejales sacan cuentas que indican que el evento se encuentra autofinanciado.
Más aún, si el propio convenio señala que «los ingresos que se originen por conceptos de entrada, comercialización de espacios publicitarios, venta de stands, concesiones y otros recursos que pudieran generar recursos, estarán destinados a solventar los gastos no cubiertos por los aportes municipales».
Al respecto, El Mostrador.cl quiso conocer una versión oficial de parte de la Federación de Criadores de Caballos, pero se informó que el gerente general, Enrique Ramírez, se encuentra de vacaciones y que sólo retornaría a su puesto en febrero próximo.
Asignaciones directas
El acuerdo con la Federación mencionada salió nuevamente a la luz pública a partir de un informe de la Comisión de Hacienda del Concejo Municipal de Las Condes, que estimó necesario revisar la política de subvenciones directas, como es en este caso.
«Se comprobó que con el paso del tiempo se hace costumbre la entrega de fondos a algunas instituciones y no se sabe si están cumpliendo los objetivos que se tuvieron en mente la primera vez que se otorgó», señala el informe.
El documento agrega que «en la práctica, el uso que estas instituciones hacen de los fondos no es auditado antes de aprobar la próxima entrega, ni son sujetos al cumplimiento de ciertos requisitos dentro del uso que hacen de ellos", por lo que la instancia estimó conveniente que la entrega de esos recursos "se haga de la forma más transparente posible».
Entre los convenios cuestionados también se encuentran los suscritos con la Fundación Integra, la Asociación de Espásticos (ASPEC), la Fundación Crecer, la Asociación de Fútbol de Las Condes, el Consejo Local de Deportes, los fondos para la Junta de Vecinos Horizontes, la Universidades Andrés Bello, la Sociedad Ornitológica Chilena, y los fondos para la Junta de Alcaldes.
Falta de información
Es una de las críticas que con mayor frecuencia recibe la gestión de De La Maza. De hecho, en una sesión extraordinaria para aprobar el saldo inicial de caja, de $4.938 millones, los concejales llegaron sin ningún antecedente respecto de las propuestas que tenía el alcalde para esos dineros.
Ante las críticas, De la Maza aceptó que sólo se aprobaran las partidas urgentes -pues se trataba de proyectos que debían ejecutarse en el verano- y las deudas pendientes de 2004. Eran cerca de mil millones de pesos, y el resto podía ser debatido más adelante, incluso marzo decía el alcalde, lo que fue aceptado por el Concejo.
Sin embargo, al término de la votación el secretario municipal advirtió que la propuesta estaba siendo rechazada. No se podía desagregar y sólo tres concejales -los UDI José Antonio Rabat, María de la Luz Herrera y Mauricio Camus- y el alcalde la habían aprobado íntegramente. El resto, sólo visó lo que fue considerado urgente.
Ante el riesgo de que la modificación fuera rechazada -y la gestión municipal quedara paralizada, según advirtieron funcionarios municipales presentes en la sesión-, el concejal UDI Alejandro Sepúlveda se vio obligado a cambiar su voto, pese a que había coincidido en que era necesario contar con mayor antecedentes.
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