Publicidad

Caso Anfruns: Nuevo informe pericial descarta participación de P.P.V.

Análisis de la autopsia que se realizó en 1979 -al que El Mostrador.cl tuvo acceso en exclusiva- da cuenta de graves falencias en el procedimiento para determinar la causa de la muerte del menor. Y afirma que es imposible que su cadáver haya permanecido doce días en el sitio eriazo donde fue encontrado.


Graves deficiencias y conclusiones totalmente erróneas -desde el punto de vista científico- fueron detectadas en un extenso análisis sobre el informe de autopsia que, en 1979, estableció que la muerte de Rodrigo Anfruns Papi fue producto de una asfixia mecánica por sofocación, producida el mismo día de su desaparición, fechada el 3 de junio de ese año. De este modo, quedó descartada la versión oficial que apuntó en su momento al menor P.P.V. como presunto autor de este crimen.



El estudio, al que tuvo acceso El Mostrador.cl, ya se encuentra adjunto a la investigación de este caso, que fue reabierto a mediados del año pasado por las declaraciones de ex funcionarios de Carabineros que dan cuenta que los restos del menor -desaparecido durante 12 días- no estaban en el sitio eriazo colindante a la vivienda de su abuela, lugar en que finalmente fueron encontrados.



Este nuevo peritaje, realizado por el médico experto en tanatología, Luis Ravanal, a pedido del tribunal que acogió a su vez una solicitud en tal sentido de la familia del niño Anfruns, afirma que por las condiciones en que fue encontrado el cuerpo del menor, sin presencia de putrefacción y aún con señales de rigor mortis, su muerte no pudo ocurrir antes de 36 ó 48 horas desde que fue encontrado.



Presencia de rigor mortis



En su informe, el forense explica que la parálisis que afecta al cuerpo humano después de la muerte comienza a las dos horas después del deceso, mientras que declina absolutamente después de los dos días, por lo cual la descripción que se consignó durante la recepción del cuerpo en el SML, además de las declaraciones del entonces detective Eduardo Martínez, quien fue uno de los que encontraron los restos la mañana del 15 de junio de 1979, son una señal evidente respecto a que la data de su fallecimiento no podría ser -en ningún caso- de 12 días.



"El cuerpo no presentaba signos de descomposición evidente y habían pocas moscas en el lugar", señaló ante el tribunal el funcionario de Investigaciones. Este hecho toma gran relevancia para el perito designado en noviembre del año pasado por la titular del 17° Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González, ya que de haber permanecido durante casi dos semanas el cadáver en ese lugar, la presencia de insectos debió generar la presencia de larvas en el tejido subcutáneo, hecho que no quedó registrado en la autopsia.



Los análisis forenses de esa época fueron llevados a cabo por el doctor José Luis Vásquez Fernández, quien trabajaba en el Hospital Militar y se encontraba contratado a media jornada en el Servicio Médico Legal (SML), según el mismo aclaró ante el magistrado Ricardo Gálvez, juez que instruyó la causa en esa época.



Un dato curioso es que el cuerpo de Rodrigo Anfruns fue recepcionado a las 12.00 hrs. en el SML, mientras que el mencionado profesional admite que llegó a las dependencias del organismo pasadas las 15.00 horas, de ese 15 de junio, por lo cual fue llamado expresamente para realizar esta pericia. A esto se suma que el mismo doctor Vásquez fue quien practicó la autopsia del ex Presidente Salvador Allende, la que se efectuó en el recinto hospitalario castrense.



Cuerpo fue desnudado y cambiado de posición



Siguiendo su extenso análisis, de cerca de 77 páginas, el perito Ravanal da cuenta que los órganos internos del cuerpo humano son los más sensibles al proceso de putrefacción, por lo cual llama particularmente la atención que el médico que efectuó la autopsia describa hasta los surcos del cerebro de la víctima, ya que después de 48 hrs. éste se vuelve una masa informe y acuosa.



"Los órganos internos están descritos como órganos frescos, sin cambio de coloración ni forma", consigna el estudio que afirma que es imposible que un cadáver de 12 días mantenga estas características, incluso permaneciendo refrigerado.



Por otra parte, precisa que -según la descripción de Vásquez-, el cuerpo de Rodrigo llegó desnudo al SML, ya que fue desvestido en el mismo sitio del suceso, lo cual es un error imperdonable para cualquier pericia enmarcada en un presunto homicidio y que resulta inexplicable en un caso tan trascendente. Cabe recordar que la desaparición de este menor mantuvo en vilo a la opinión pública que, antes de ser hallado su cuerpo especulaba sobre un eventual secuestro.



Según las conclusiones de Ravanal, las fotografías tomadas al cadáver al inicio de la autopsia demuestran que éste fue cambiado a lo menos dos veces de posición. Esto porque la sangre muerta (livideces) se fija en 12 horas en las partes donde el cuerpo permanece en contacto con una superficie, lo cual es un hecho objetivo para cualquier médico forense.



En el caso de este niño de seis años, estas livideces se fijaron en la parte posterior de su cuerpo, por lo cual permaneció a lo menos 12 horas boca arriba después de su muerte, en tanto, según lo consigna el parte policial, Rodrigo fue encontrado en posición lateral derecha.



En este punto toma vital importancia el tema de la ausencia de ropa en la parte inferior del cuerpo, ya que las huellas dejadas por la sangre inerte demuestran -a juicio del experto- que el menor estaba vestido de la cintura para abajo al momento de fallecer y que después de a lo menos doce horas fue desnudado.



Respecto a las manos del pequeño, el informe efectuado en 1979 registra que éstas se encontraban arrugadas y emblanquecidas, tanto en las palmas como en el dorso, lo que es un signo irrefutable de que el cadáver estuvo en un lugar muy húmedo o en contacto con el agua. Sin embargo, la teoría esgrimida para justificar su conservación casi intacta se basó en las condiciones de sequedad del terreno y las bajas temperaturas que se registraron esos días.



Contradicciones en la ampliación del peritaje



Además de todos estos cuestionamientos, la evaluación del doctor Rabanal da cuenta de las contradicciones que se registran entre el primer informe evacuado por el doctor Vásquez y la ampliación de las pericias que éste hizo llegar al tribunal, después de la detención y confesión de P.P.V., menor de 16 años que fue condenado por el crimen.



El documento da cuenta de que, mientras que las primeras conclusiones afirman que en el cadáver de Rodrigo Anfruns no existen elementos que permitan precisar la causa de muerte ni tampoco la intervención de terceros, en su posterior peritaje el forense consigna que su fallecimiento se debió a un estrangulamiento mecánico por sofocación.



Las dos afirmaciones son cuestionadas en este nuevo análisis. Por una parte, Ravanal señala que -por la propia descripción hecha por Vásquez- el cuerpo registra dos heridas punzantes en el costado derecho del menor, de una profundidad de 1,7 cm., diversos hematomas en los muslos y los tobillos del mismo, además de un traumatismo cráneo encefálico de importancia, que fue ignorado en las conclusiones de la autopsia.



En segundo término, el informe de ampliación de la pericia determina que el fallecimiento fue provocado por asfixia mecánica, en tanto, el doctor Vásquez nunca describió ningún órgano de las vías respiratorias e, incluso, al describir el cuello de Rodrigo, tampoco consigna marcas o signos de estrangulamiento.



Condiciones medioambientales



El informe de Ravanal aclara que esta evaluación no tomó en cuenta las condiciones climáticas que se registraron en Santiago, en los días que el niño estuvo desaparecido. Sin embargo, informes metereológicos obtenidos por El Mostrador.cl demuestran que la temperaturas máximas, entre el 3 y 15 de junio de 1979, se situaron entre los 20 a 22 grados Celsius.



Al consultar a forenses especialistas, este medio confirmó que sería imposible que un cadáver de 12 días se mantenga en las mismas condiciones al exponerse a esas condiciones climáticas, aún cuando por intervalos de tiempo se hayan registrado temperaturas bajo cero.



Según las fuentes consultadas, el proceso de putrefacción de un cuerpo se ve acelerado con temperaturas de más de 10 grados y esta degradación de los tejidos no retrocede al exponer los restos al frío más extremo.



Una milagrosa vacuna



El último argumento refutado tajantemente por este análisis científico es la argumentación que dio el doctor Vásquez para justificar la milagrosa conservación del cuerpo de este niño. El médico sostuvo que una inyección de penicilina, suministrada al menor once días antes de su desaparición, habría paralizado el proceso de putrefacción.



Sin embargo, es un hecho objetivo que incluso los pacientes fallecidos en la UTI de los hospitales, sometidos a grandes dosis de antibióticos, no sufren este extraño fenómeno descrito por el mencionado especialista. "El proceso de putrefacción no se ve influido ni por el antibiótico más poderoso", afirmó un médico consultado al respecto.



__________________

Artículos relacionados:



»Antes del plazo de seis meses debería estar esclarecido el caso Anfruns» (27 de Enero del 2005)



Caso Anfruns: Postergada colaboración de forense externo (26 de Agosto del 2004)



Caso Anfruns: Jueza pide informe a director de Investigaciones (20 de Agosto del 2004)



Caso Anfruns: Ex carabinero declaró ante jueza González (11 de Agosto del 2004)

Publicidad

Tendencias