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Confirman que miles de árboles podrían morir por estrés hídrico en Valdivia

El Laboratorio de Patología de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Austral determinó que miles de árboles están muriendo producto de este fenómeno. Aunque las primeras mediciones la descartan, los ambientalistas temen que se pueda estar frente a los efecto de la lluvia ácida.


El patólogo forestal de la Universidad Austral de Chile (UACH) Moisés Osorio, logró determinar que la enigmática muerte de álamos y eucaliptos (nitens), que afecta al área de Lanco y Panguipulli, en la Región de Los Lagos, se debe a un fenómeno conocido en el rubro forestal como ‘estrés hídrico’, que se genera a partir de períodos de bajas temperaturas, conocidas como ‘heladas’.



El académico explicó que los análisis se realizan a partir de muestras que son obtenidas en rodales, es decir, en sectores donde los árboles tienen la misma edad, y en éstos se pudo detectar la existencia de individuos que no podrán sortear el fenómeno. Osorio señaló que en el rodal se encontraron árboles que se encuentran "verdes, moribundos y muertos".



Según el experto, ésta es una ‘gradiente en el tiempo’ que revela el futuro del resto de las especies del área. Sin embargo, recién en marzo, cuando haya pasado todo el período vegetativo, se sabrá realmente cuántos quedaron en pie.



El problema se detectó la semana pasada y se estima que podría tener serias consecuencias económicas para pequeños y medianos propietarios de este tipo de plantaciones forestales. Según Osorio, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) ya tomó contacto con el laboratorio para ampliar la toma de muestras en distintos lugares de la provincia, como Paillaco o Niebla.



"Hasta ahora los reportes son de pequeños propietarios. Esto es muy reciente, estamos hablando de una semana, por eso me imagino que pronto va a venir un vendaval de consultas", dijo el especialista a El Mostrador.cl



"Me impresionó ver los álamos. Los brotes que salieron se marchitaron de inmediato, dando un aspecto muy otoñal. Hay una extensión de 50 hectáreas que esta muriendo", agregó.



Osorio explica que las especies afectadas no se distribuyen espacialmente, en extensión, como el Pino Radiata, sino que en forma de mosaico, por lo que todavía no tienen claridad sobre la magnitud de hectáreas afectadas.



Según el investigador, el daño que evidencias estas especies se registró años atrás, pero en un período de sequía. Sin embargo, este año no ha sucedido lo mismo, motivo por el cual se tendrá que analizar en detalle cómo se distribuyeron las precipitaciones en el área.



"No es importante la cantidad de agua caída, sino que cómo se distribuye, y las pequeñas "lagunas" que existan. Por ejemplo, un verano seco -que vaya del 15 de enero al 15 de febrero- podría gatillar una situación como ésta, un estrés hídrico, pero no manejo esos datos", indicó el especialista.



"Por eso tengo que terminar mi parte para saber si algún organismo está ocasionando este estrago (hongos); de lo contrario, tendríamos que empezar a sospechar de otros factores del sitio (suelo-clima)", agregó.



Reaparece Celco



Hasta el momento, el académico ha detectado la muerte de especies entre las localidades de Lanco y Panguipulli, lo que le ha hecho descartar momentáneamente el factor de la lluvia ácida, que podría ser ocasionada por las emanaciones de una planta como Celulosa Arauco y Constitución (Celco), ubicada a decenas de kilómetros del lugar.



"Si hubiese sido más cerca de Valdivia, lo hubiese puesto en duda", señaló.



Las teorías que se manejan como factores causantes de estos problemas van desde intensas heladas, sequía, radiación Ultra Violeta (UV) y, en el peor de los casos, lluvia ácida.



«Nosotros trabajamos también con los colegas de Suelo y Nutrición Forestal, ellos también hacen sus análisis para ver la profundidad y tipo de suelo sobre el cual están las plantaciones, y hacen los análisis químicos para ver si hay una deficiencia de boro, nitrógeno o un PH muy ácido. Si hay lluvia ácida se podría detectar a partir de allí", aclaró.



No obstante, este patólogo es menos escéptico con el tema de la radiación UV. "Puede haber algo de ello", dijo.



Otros puntos afectados



Respecto de las heladas, Osorio comentó que justamente el eucalipto globulus, el que está más afectado, es el más común y susceptible de ser dañado por bajas temperaturas, combinadas con períodos de sequías, especialmente si los dueños de predios no respetan la altura o cota a la que tienen que ser plantadas estas especies.



"Hay una cota que los forestales respetan, que son 150 metros de altura, es decir más allá de los 150 metros de altura a nivel del mar, hay que comenzar a plantar especies más resistentes a las heladas", comentó.



El patólogo del Instituto de Silvicultura de la UACH señaló que a fines de esta semana estarán los primeros resultados de los exámenes tomados a los "tocones", base del árbol con raíces, de eucaliptos y álamos en sus distintos niveles de afección. Los "tocones" se obtienen del corte de los individuos enfermos, debido a que por su altura, 20 o más metros, es imposible llegar a la zona dañada.



Pese a que el investigador de la U. Austral ha recibido reportes sólo de la zona de Lanco y Panguipulli, también estarían siendo afectadas zonas más bajas como Callumapu, isla El Rey y Pichoy, hacia el sector de Niebla, según adelantó a este medio el médico veterinario Daniel Boroschek. Este investigador es el mismo que denunció por primera vez la muerte de cisnes de cuello negro en el santuario de la naturaleza "Carlos Anwandter" y quien teme que el factor de la lluvia ácida tenga algo que ver con el fenómeno.

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