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«A mí me decepcionó la actuación del gobierno chileno ante el caso Luksic»

El actual precandidato presidencial peruano, Javier Diez Canseco (PS), analizó los desafíos ante la formación de un frente amplio que quizás lo lleve a la Presidencia. Decepcionado de las expectativas que generó Toledo, Diez Canseco critica la actuación del gobierno chileno en el caso Lucchetti, así como los »irresponsables» anuncios de anillo energético ‘sí o sí’.


Javier Diez Canseco no se ha olvidado nunca de ese verano de 1973.



Recién elegido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, en su Lima natal, el actual precandidato presidencial por la izquierda peruana había logrado quebrar la imbatible racha de triunfos de la derecha estudiantil, un acierto que lo llevaría, motivado por el ideario socialista, a pisar Santiago de Chile y conocer de frente la experiencia socialista de Salvador Allende.



Pero no sería un viaje de turista. Diez Canseco arribaría con sus bártulos a Chile para sumarse, durante tres meses, a los trabajos voluntarios de las juventudes socialistas. Cerca de noventa días en que este abogado y sociólogo se empaparía de una vida ciudadana altamente politizada, de la dinámica abierta de los debates, los cordones industriales, y de la campaña de Patria y Libertad y el llamado abierto al Golpe de Estado.



»Fue un proceso muy doloroso, que seguí observando desde Perú. Que se cerró a sangre y fuego. Y que dio paso a la dictadura de Pinochet, que no sólo fue sangrienta y brutal, sino corrupta, como hoy todos sabemos», afirma taxativo Diez Canseco, quien fue rerigido precandidato en el Congreso Fundacional de su partido, el Partido Democrático Descentralista (PDD), el pasado 15 de octubre, tienda política que hoy legalizó la denominación de Partido Socialista del Perú.



Primarias a la presidencia



En dicho Congreso, estuvieron presentes representantes de los Partidos Socialistas de Chile y Ecuador, del Frente Amplio de Uruguay, del Movimiento al Socialismo de Bolivia y del Polo Democrático Independiente de Colombia, con los que el PDD comparte las mismas propuestas.



Al mismo tiempo, otros invitados al Congreso Fundacional fueron los representantes de los partidos Unión Por el Perú (UPP) y Avanza País, con los que el PDD ha acordado hacer una alianza para los comicios del próximo año, a la que sólo le restaría definir el nombre con el que se identificará en las elecciones del 2006.



»En la formación de este frente amplio estamos incluyendo a lo que fue Unión por el Perú, la organización que creó Javier Pérez de Cuéllar; también con Avanza País, donde está el ex vicepresidente de Alberto Fujimori, Máximo Román, y que fue expulsado del gobierno con el golpe de 1992, y también con una cantidad importante de movimientos regionales, algunos de los cuales tienen hoy el control del gobierno de sucesión, en la región central del país, en Loreto, en la selva peruana, etc. Paralelamente estamos conversando con los partidos comunistas, para ver las posibilidades de un entendimiento, al igual que con todas las fuerzas progresistas y nacionalistas que quieren el cambio», detalló Diez Canseco.



-El abanico de alianzas que se ha propuesto es amplio. Sin embargo, ¿cuáles son las posibilidades reales que pueden tener con su candidatura?
-La constitución del frente debiera primero llevarnos a una definición de la candidatura de gobierno. A fines de noviembre, y la primera semana de diciembre. Nosotros queremos que se dé a través de elecciones primarias, donde nos gustaría que pudieran participar todos los peruanos que sienten la necesidad de un cambio en el Perú. Esperamos, por lo tanto, iniciar la campaña política en diciembre, a lo largo y ancho del país. Actividades que no se extenderán por mucho tiemnpo, ya que las elecciones se realizan en abril.



Hasta ahora, como candidatos presidenciales en Perú se encuentran definidos Lourdes Flores (partidos socialcristianos), el ex Presidente Alan García (APRA), y el ex Mandatario Valentín Paniagua (Acción Popular).



La decepción que dejó Toledo



-El recuerdo que se tiene en Chile, de Alan García, es el de un socialista que llevó a su país a la superinflación. ¿Cuál es la diferencia que podría haber entre su candidatura y la de García?
-El APRA no se define hoy como un gobierno socialista. Y ha evolucionado hacia una posición que genererosamente podría ser calificada de liberalismo social. Es decir, una propuesta que mantiene una opción de corte abiertamente capitalista, con economía de mercado con muy pocas regulaciones, un Estado débil. Hoy está peleando por un certificado de buena conducta ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), luego de la opción de gobierno que encaró, entre 1985 y 1990, que dejó al país con una brutal superinflación, pero también con gravísimas violaciones a los DDHH.



-Sin embargo, en las encuestas que han llegado hasta Chile, García se encuentra bien posicionado, aunque curiosamente es Alberto Fujimori quien pelea, incluso, la punta. ¿Cómo explica ese fenómeno?
-El fujimorismo tiene alrdedor de un 10% de electores, firmementes atados. Creo que como ocurre en Chile, o en otros países que han tenido experiencias autoritarias y populistas, y que han desarrollado políticas de clientelaje con sectores del pueblo, en nuestro caso Fujimori tiene capturado una parte de la presentación popular que debería bordear al 10%. Esto no es de extrañar. Por eso creo que resulta fundamental, en ese sentido, enfrentar a este personaje harto problemático para el país. No sólo por su visión y compromiso autoritario, sino fundamentalmente expresa una alternativa de corrupción en un país que requiere de una profunda regeneración moral, después de este fenómeno de corruptela generalizada. Creo que el fujimorismo no es una amenaza como alternativa de gobierno, pero sí porque pretende ser el fiel de la balanza con ese porcentaje, y negociar una pasada de agua tibia sobre los hechos de corrupción y violación a los DDHH de los que es responsable. Entonces, creo que hay que trabajar ese tema con cuidado. Yo espero que las fuerzas democráticas de este país logren imponer una derrota contundente en contra del fujimorismo, y que no se presten a entendimientos y arreglos por ese porcentaje electoral.



-Más en la actualidad, y quizás como un balance del gobierno actual, ¿usted comparte la desazón que existe por el Presidente Alejandro Toledo, en cuanto a que se guardaban muchas esperanzas de que un cholo pudiera generar cambios para la situación del indigenismo en su país?
-Yo creo que la gente proyectó en Toledo lo que siempre ha querido, más que lo que Toledo representa realmente. Lo que facilitó esa posibilidad fue el hecho de que Toledo recogió del humor de la calle y de la presión de la gente, las opciones de cambio que todos querían. Pero a la hora de que se hizo del gobierno, traicionó esas aspiraciones, esa voluntad de cambio, y mantuvo el continuismo con una política económica profundamente inequitativa, ha concentrado la riqueza en unos pocos, y ha mantenido en la pobreza a las mayorías. Creo que por eso el gobierno de Toledo ha significado una frustración profunda, que debiéramos tomar en cuenta para no volver a buscar improvisados que no tienen trayectoria y compromiso con las causas del pueblo, al momento de elegir.



Actuación delincuencial



-En Chile se ha estado muy atento a todo lo que ocurre con el caso Lucchetti, que se vincula con la etapa oscura de Fujimori y Montesinos. ¿Cómo evalúa el tratamiento que le ha dado el gobierno chileno a este caso judicial?
-A mí me decepcionó la actuación del gobierno chileno ante el caso Luksic. Creo que es clarísimo que se trata de un caso judicial, un caso evidente de corrupción y tráfico de influencias, donde este grupo económico arregla en las altas esferas el poder atropellar disposiciones legales del país, para imponer sus intereses, su negocios. Creo que es clarísimo que Luksic arregló con Vladimiro Montesinos, y que también le pagó. Por eso me parece totalmente fuera de lugar que un gobierno pretenda intervenir en favor de un grupo económico y de un empresario que ha violentado las leyes, y que pretenda además politizar un caso que es evidentemente delincuencial, y donde corresponde respetar la autonomía del Poder Judicial.



-Para finalizar, ha tomado nueva fuerza en Perú la idea de solucionar el tema limítrofe con Chile. ¿Qué propone usted?
-Está claro que en el caso de las relaciones peruano-chilenas hay temas pendientes. Uno de los más importantes es el de la frontera marítima, de cómo se traza la línea en ese terreno. Yo creo que debiera ser encarado. Como también los problemas derivados de la presencia peruana en el muelle de Arica, condiciones de desarrollo y potencial que debieran ser mucho más potenciadas. Creo, sin embargo, que el asunto más urgente entre Chile, Perú y Bolivia, es el que tiene que ver con la mediterraneidad de Bolivia, donde me parece que hay una fijación enteramente justa de parte de Bolivia, de buscar una solución que le permita una salida soberana al mar, restituyendo un espacio fundamental que lo perdieron en el desarrollo de un conflicto armado que los condenó a esta mediterraneidad. Y al Perú le compete intervenir en este tema como un tercero, en el acuerdo que pudiera abirse entre las partes. En una visión integradora, latinoamericana y, particularmente, de América del Sur, esto es muy importante.



-Incluso en el propio afán de Chile de resolver fuentes de energía para su propio desarrollo. Por eso las opciones de un anillo energético, en el sur de América, estarán indisolublemente ligadas a la intervención de Bolivia. He leído en numerosos reportajes donde diversas autoridades chilenas propagandizan que, a partir de la reunión de Presidentes que se llevará a cabo en Argentina, se firmará el acuerdo de un anillo energético. Bueno, yo quiero dejar absolutamente claro que gran parte de las fuerzas políticas del Perú consideramos absolutamente inviable este proyecto sin la participación de Bolivia. Porque las reservas que tenemos en Camisea no alcanzan para antender los requerimientos nacionales y, a su vez, participar de la exportación de gas vía este anillo. Por eso creo que en una mirada de largo alcance, este tema debe encontrar una discusión más seria, de largo alcance.





lsolis_deovando@elmostrador.cl

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