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Proponen que Celco utilice modelo de planta de EEUU para tratar sus residuos

Instituto de Ecología Política concluyó en un reciente informe, que la implementación de tecnología, similar a la existente en una planta de celulosa en California, es el único camino para que Celco-Valdivia solucione el problema de sus desechos. El reporte hace un catastro a nivel mundial y pretende demostrar que la alternativa de un ducto al mar no es la única salida para los riles.


El Instituto de Ecología Política (IEPE), que dirige Manuel Baquedano, emitió un informe en el que considera que la mejor tecnología disponible para que Celulosa Arauco y Constitución (Celco) reduzca los actuales niveles de contaminación, en el río Cruces, es la que utiliza en estos momentos la planta estadounidense de Louisiana Pacific, en Samoa, California.



Según la publicación, elaborada en julio, y que será entregada a la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, la Celulosa necesariamente debe emular a las plantas Libres Totalmente de Cloro (TCF) de ciclo cerrado, como la señalada anteriormente, con el fin de solucionar definitivamente el problema de sus residuos líquidos industriales (riles).



Como se recordará, desde mediados del año pasado, por resolución de la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de Los Lagos, Celco tiene la obligación de presentar un proyecto de evacuación de riles alternativo al río Cruces, para lo cual debe explorar distintas alternativas, entre ellas la idea de verter sus residuos tratados al mar, la que ha sido resistida fuertemente por pescadores artesanales de la caleta de Mehuín, en la Décima Región.



"Con las tecnologías existentes es posible avanzar hacia una transformación de la industria en Chile, especialmente de las plantas más antiguas, poniendo límites a las emisiones, a la vez que estableciendo nuevos estándares para nuevas plantas dado el alto grado de alarma pública, confrontación con otros sectores productivos y el enorme perjuicio socio-ambiental y económico que genera al país desastres ambientales como los observados en río Cruces", señala el autor del informe Bernardo Reyes, director del programa de Economía Ecológica.



De acuerdo a los antecedentes proporcionados por la ONG, si bien las reconversiones tienen un costo más alto, en definitiva permiten a esta industria ser sustentables económicamente en el largo plazo. Lo que sucede, indican en el IEPE, es que la falta de normativas en América Latina hace que las plantas de celulosa busquen alternativas más económica de tratamiento de riles, tal como lo hicieron las plantas de Botnia y Ence, que huyeron del viejo continente para instalarse en la frontera de Uruguay con Argentina.



Experiencia europea



En la misma línea, Reyes sostiene que la evidencia internacional muestra que es posible realizar estos importantes programas de transformación de la industria, pasando de tecnologías de blanqueo (ECF) hacía el blanqueo totalmente libre de cloro (TCF).



"Las plantas con tecnología libre de cloro también se encuentran funcionando en Europa del Norte -Suecia, Finlandia y Austria- y Alemania, cuyas plantas incluso se han transformado hacia TCF, como parte del proceso de mejorar la calidad ambiental de los ríos Rin y Elba", agrega.



No obstante, señala que además de la realización de este "cambio tecnológico" es importante también definir adecuadamente normativas para las nuevas plantas e incluso para aquellas que están en funcionamiento a fin de asegurar la calidad ambiental y la seguridad ecológica de los territorios.



Por ejemplo, deben existir "Guías y normas para la calidad del aire y del agua, ya que a la luz de la experiencia actual es necesario considerar nuevas revisiones a los límites de emisiones ambientales que se pueden alcanzar con las tecnologías de blanqueo existentes y otras, que es posible lograr adoptando la "mejor tecnología disponible" y que operan de acuerdo a las "mejores prácticas de manejo ambiental", dice Reyes.



Respeto a la convención internacional



Lo anterior, respaldado en el hecho que nuestro país firmó, en 2001, la Convención de Estocolmo, tratado internacional para la eliminación de los Compuestos Orgánicos Persistentes (POPs).



"Una preocupación creciente de la ciudadanía y de la comunidad científica está asociada a la tecnología que usa cloro y que libera al agua y al aire compuestos altamente tóxicos y bio-acumulativos como las dioxinas y furanos, que se encuentran dentro de la docena de contaminantes a ser eliminados".



"Justamente el artículo 5 de la convención se refiere a los POPs, que son subproductos de procesos industriales que usan cloro o generan compuestos orgánicos persistentes en sus procesos como ocurre con el blanqueo de la celulosa. Los países signatarios están obligados a reducir las emisiones de furanos y dioxinas generadas por fuentes industriales, con la meta de minimizarlas, o si es posible, eliminarlas definitivamente", explica el investigador.



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Vea además:



Informe sobre plantas de celulosa libres de cloro: una meta razonable para Chile

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