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Rebelión evangélica en antesala de primer Te Deum de Michelle Bachelet

Seis obispos disidentes de la iglesia Metodista Pentecostal de Chile pidieron a Michelle Bachelet no asistir al servicio religioso del próximo domingo. Afirman que ello significaría avalar las supuestas irregularidades financieras cometidas por Bernardo Cartes. En la contraparte, aseguran que se trata de acusaciones antojadizas.


Acusaciones de irregularidades financieras y administrativas e, incluso, de proselitismo político al interior de la iglesia Metodista Pentecostal (IMP) de Chile anticipan un encendido Te-Deum Evangélico el próximo 10 de septiembre, el primero que encabezará la Presidenta Michelle Bachelet.



Aunque las diferencias internas se arrastraban desde 2005, fue en febrero pasado, durante una complicada 97° Conferencia Anual donde las pugnas quedaron en evidencia. Sin embargo, sólo este miércoles el bando opositor decidió presentarse públicamente, aprovechando la coyuntura que supone la realización del principal servicio religioso del mundo evangélico.



El miércoles, seis obispos del directorio de la entidad o Presbiterio Mayor, encabezados por el pastor de San Ramón, Roberto López, se declararon en rebeldía contra el actual presidente de la iglesia evangélica más grande del país, Bernardo Cartes, e incluso dijeron ser los verdaderos directivos de la misma.



El grupo de pastores liderado por López -al que se suman Samuel Grandón (Concepción), Jorge Santana (Santa Rosa), Ricardo Fierro (Temuco), Helmuth Seguel (Renaico) y Carlos Vega (Ñuñoa)- asegura que el presidente de la iglesia incurrió en ilegalidad, al haberlos destituido en forma arbitraria de su calidad de miembros de Presbiterio Mayor.



La crisis se originó, sostienen, luego que le revocaran a Cartes el mandato que el directorio le había entregado, debido a que éste delegó sus funciones en Eduardo Durán, el pastor de la Catedral Evangélica, precisamente el lugar donde anualmente se realiza el Te Deum.



Los detractores lo acusan de haberse transformado un "líder sectario" que ejerce "un gobierno totalitario y absoluto, sin respetar los propios órganos internos e intimidar y acallar cualquier disidencia al interior de la iglesia", por lo que también demandaron cambios a la ley de Cultos para permitir la resolución de este tipo de conflictos.



Sin embargo, la versión del presidente evangélico es diametralmente opuesta. De hecho, en tribunales de Concepción se tramita una querella por estafa en perjuicio de la IMP y presentación de documentos falsos contra los seis pastores rebeldes.



David Cartes, también pastor e hijo de Bernardo Cartes, asegura que fue López quien renunció a su cargo. «Estos seis pastores quisieron tomarse muchas atribuciones dentro de este órgano (el Presbiterio), que es integrado por once. Siempre quisieron tomarse la autoridad abogando que ellos eran mayoría. Siempre contradecían y tenían propuestas contrarias a lo que el obispo decía", sostiene.



Manejo financiero



Según sus opositores, durante la gestión de Cartes se han registrado una serie de irregularidades financieras que deben ser investigadas, y que han permitido la "existencia de unas pocas iglesias grandes cuyos pastores viven en la riqueza, en desmedro de numerosas iglesias pequeñas cuyos pastores están en una situación de pobreza".



En ese sentido, pidieron al Servicio de Aduanas investigar el eventual ingreso irregular de vehículos, aprovechando franquicias tributarias que tienen organizaciones religiosas, y la supuesta entrega de $ 300 millones por parte de Bachelet al mundo evangélico a cambio de su voto.



"Nunca se habló de compromiso de dinero ni menos cambiar dinero por votos. Jamás fue así. Yo estuve en esa reunión como oyente", aclara por su parte David Cartes, hijo del cuestionado obispo metodista pentecostal.



Explica que desde hace un tiempo que estos seis pastores se marginaron de todo el trabajo y del quehacer de la iglesia, cosa que se reflejaba en sus actuaciones y declaraciones. "Tanto se han apartado voluntariamente que incluso desconocen toda la autoridad de la iglesia y el orden establecido», subraya.



El quiebre entre estos seis miembros con el obispo presidente fue más evidente, ya que estos comenzaron a accionar sus habituales prácticas de forma distinta a la de la iglesia de Cartes. "Las alabanzas, los sermones, las predicaciones y los coros que introdujeron eran distintos. No representaban nuestra idiosincrasia", agrega.



Diferencias políticas



Lo concreto es que detrás de este verdadero cisma al interior del mundo evangélico esconde una lucha no tanto por el control de los recursos que maneja la entidad, sino más bien por las diferencias de índole política registradas en el último tiempo.



Tras la muerte de Javier Vásquez en 2003, en la elección de su sucesor Cartes en una reñida elección a López, y posteriormente vino la controvertida destitución de los seis obispos y acusaciones cruzadas de irregularidades financieras.



El mundo evangélico cobró protagonismo durante la dictadura militar, ante el rechazo que en esta última generaba la entonces progresista cúpula de la iglesia Católica. Desde entonces, los envangélicos mantuvieron una fuerte cercanía con sectores de derecha, proclamando como sus abanderados presidenciales a Joaquín Lavín y Sebastián Piñera.



Sin embargo, en el último tiempo se registró un acercamiento con sectores progresistas. En ese marco, se ubica la Unión de Iglesias Evangélicas de Chile (Uniech), que también encabeza Cartes, creada tras la salida de la IPM del Consejo de Pastores de Chile y al Consejo de Organizaciones Evangélicas, en las que López era el representante de los evangélicos.



Según López, un ex suboficial de la Armada, esta entidad fue creada en virtud de "presiones políticas" ante el eventual triunfo de la entonces abanderada de la Concertación, quejándose que paradójicamente al interior de la iglesia él es acusado de hacer proselitismo a favor de ésta.



Aunque públicamente fue bastante cauto, durante un encuentro "informativo" celebrado el martes con otros pastores, aseguró que Cartes le propuso a Bachelet "influir en el mundo evangélico" y que en una serie de documentos admitió que el gobierno le exigió crear la Uniech.



López también cuestiona el que las invitaciones para el Te Deum hayan sido cursadas inicialmente por la Uniech y no por la Iglesia Metodista Pentecostal como, a su juicio, debería haber ocurrido.



Esta organización también es objetada por el presidente de la Fundación Martin Luther King, Rubén Chávez, quien pese a que en 2001 se marginó de la iglesia Metodista Pentecostal, el año pasado decidió sentarse junto los miembros de ésta y otros evangélicos en la Uniech.



Aunque se niega a revelar nombres, sostiene que Cartes contrató a miembros de la "extrema izquierda" para que se hicieran cargo de la relación entre la mencionada entidad y el gobierno, lo que motivó su salida a comienzos de este año.



Cartes «ha abusado de su poder, desde la Uniech y desde su propia iglesia", dice Chávez, quien acusa al presidente de los evangélicos de haber "vendido los votos de su iglesia".



Precisamente el líder de la Fundación Martin Luther King también llamó el fin de semana a la Presidenta Bachelet a no asistir al Te Deum, pues ello significaría avalar las acusaciones de irregularidades financieras, entre otras, de las que acusa al presidente de los metodistas.



«Nosotros no tenemos conocimiento de ninguna investigación que se esté iniciando en cualquier tribunal de Chile. No tenemos conocimiento de ninguna querella presentada en contra del obispo Cartes por estupro, malversación y enriquecimiento ilícito", replica Cartes hijo.



Pese al enrarecido ambiente, La Moneda ha evitado tomar abiertamente partido por algún sector. Sólo el ministro Ricardo Lagos Weber confirmó que la mandataria asistirá al Te Deum el domingo: «Estaremos ahí el día 10 de septiembre como señala la invitación».

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