Ex canciller del régimen militar cree que se deberían mejorar las remuneraciones del personal diplomático, mientras que el ex uniformado es más radical y opina que »se requiere una Cancillería diferente». Por ello, estima que se debería impulsar un proceso de transformación similar al que experimentó el Ejército durante su gestión.
Muchas visiones tiene la modernización del Ministerio de Relaciones Exteriores y, en este punto, hay quienes como el ex canciller Hernán Felipe Errázurriz plantea que la situación es «urgente» y que en el caso de las remuneraciones debiera verse en este presupuesto. Más radical, en cambio, es la postura del general (R) Juan Emilio Cheyre, quien plantea que más que modernizar la Cancillería, esta se debería transformar.
Ambos personeros participaron en el seminario "Cancillería para el Bicentenario: La reforma pendiente siete años después", que se realizó en el edificio Carrera, y que fue organizado por la Asociación de Diplomáticos de Carrera (ADICA).
Errázurriz dijo que "hay que ser realista: la situación es muy urgente, las remuneraciones son muy bajas y esperar un nuevo estatuto global con un nuevo organigrama para la Cancillería con definición de funciones en sus reparticiones, códigos administrativos, reglamentos eso puede llevar mucho tiempo" y por eso aseguró que hay que "aprovechar esta ley de presupuestos para arreglar las remuneraciones del personal diplomático".
En ese sentido, calificó de un "error grande el no usar el índice de Naciones Unidas para el ajuste del costo de vida, sino que se hizo una propia interpretación qué significó el caso absurdo de qué la embajada de Chile en República Dominicana tuviera un 200% de ajuste y en Italia, un 1%".
En cuanto a los cambios en la carrera diplomática, expresa que "no se ha avanzado en nada" y asegura que "el nombramiento de embajadores es un instrumento para el cuoteo político. Más allá que eso, en las designaciones, calificaciones del personal de la Cancillería sigue predominando, por encima del mérito, el cuoteo político".
Al igual que en el Ejército
El ex jefe del Ejército, que tiene experiencia en transformaciones ya que durante su gestión se cambió la estructura de la entidad castrense, aclara en primera instancia que significa para él la modernización. "Cuando de habla de modernización se habla de cambios importantes de parte de la estructura, se puede decir que es cuando se suprime o agrega una dirección en el ministerio o se modifica el sistema de calificaciones", puntualiza.
Agrega que "ello refleja que las personas, el autodesarrollo queda fuera de aquello que se está cambiando" y precisa que "dentro de ese aspecto hay un asunto fundamental que ha sido mencionado: la mentalidad, la concepción, la visión, el criterio, la capacitación, la cultura, los procesos que forman parte, en el fondo, se trata de adecuar de la organización, las nuevas tendencias, optimizar procesos de gestión, mejorar tecnología e infraestructura, cambiarse de casa, pero en el fondo la institución sigue siendo la misma".
Sin embargo, explica en segundo lugar que hay momentos en la historia, que no son muchos, donde se "requiere un cambio más profundo, lo que se denomina transformación, ello no se produce porque el modelo que se abandona esta caduco, ni menos, que ha sido ineficiente. Las transformaciones se producen porque en el entorno, en que la institución produce su fin ha cambiado de tal manera que, de mantenerse la antigua forma no sería posible seguir cumpliendo con la misma eficiencia la tarea que se llevaba adelante".
Cheyre vuelve a reiterar que la transformación abarca la organización, es decir, a su estructura, la institucionalizad y a las personas. Por eso dice que "el siglo XXI, la dinámica de las relaciones internacionales, la creciente importancia de una política exterior para Chile y otras consideraciones llevan a pensar que estamos en un escenario en la Chancillería, que más que un proceso de modernización, a mi juicio, debe enfrentar un proceso de transformación".
Frente a un mundo diferente, acota el ex uniformado, "se requiere una Cancillería diferente" y por eso cree que la cartera " debería enfrentarse a un proceso de transformación de la manera que se ha descrito. De nada serviría esto, a mi juicio, si no va interrelacionado con un proceso de similares características que debe vivir la organización del Estado, de la cual la Cancillería es parte de un entramado más amplio que debe interrelacionarse", concluyó.
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