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«No creo que subir los impuestos a las empresas sea un muy buen camino»

Timonel de la tienda de Antonio Varas discrepó abiertamente con su secretaria general, Lily Pérez, quien planteó el viernes que el Gobierno debería hacer una reforma tributaria en virtud de la cual redujera los impuestos a las personas y se los aumentara a las empresas. A su juicio, eso haría perder competitividad a Chile respecto de otros países.


El presidente de RN, Carlos Larraín, suele decir lo que piensa guste o no a quienes lo escuchan; sin embargo, su franqueza nunca choca con la urbanidad, tal vez es por eso que se lleva tan bien con su par de la UDI, senador Hernán Larraín, y juntos han logrado mantener una especie de paz armada al interior de la Alianza.



Aunque cada cierto tiempo, cada vez más seguido, surgen frases o temas que activan la alarma, como es el caso del salario mínimo ético en que no sólo hay diferencias al interior de la UDI, sino entre el senador gremialista Pablo Longueira y el abanderado de RN, Sebastián Piñera. No obstante, Larraín descarta que se produzcan problemas en la Alianza por eso. Por otra parte, el propio timonel de RN discrepa con su secretaria general, Lily Pérez, quien planteó que el Gobierno debiera bajar los impuestos a las personas y subir los de las empresas, porque Chile es el país de América Latina -dijo ella- donde las empresas pagan más bajos impuestos.



Carlos Larraín, en cambio, cree que eso desincentivaría la contratación de mano de obra, lo que produce más desempleo y Chile no podría competir con otros países.



-¿Qué le parece que el senador Pablo Longueira se haya negado a complementar su propuesta salario mínimo sugerido con la de Sebastián Piñera, en el marco de lo planteado por Monseñor Goic de un salario ético?
– Yo no conozco el detalle del proyecto de Pablo Longueira, pero por lo que alcancé a entender el proyecto de Longueira se refiere a un salario individual y nosotros, en cambio, de un ingreso familiar…



-El del senador Longueira también está destinado al grupo familiar. Él propone sí un salario mínimo sugerido e insta a los empresarios que puedan a pagar más de lo que indica la ley a que lo hagan. La diferencia entre las propuestas es que la de Longueira mete la mano en el bolsillo de los empresarios y la de Piñera en el del Estado.
– Es cierto, el proyecto de Longueira no incluye un subsidio. Yo sigo pensando que eso sería un salario individual. Lo que ha dicho Piñera es que para lograr un ingreso mínimo general aceptable, y que es una idea bastante conocida en otros países, se haga un suplemento por la vía del subsidio estatal que se le asignara a marido y mujer, suprimiendo algunos de los infinitos programas que ya existen y que son todos dispendiosos y que a los que los reparten se les queda pegado en los dedos alrededor del 60 por ciento. Simplemente que se despachara un subsidio por familia de ese modo, hasta completar la cifra de 250 mil pesos. Sebastián Piñera calculó que esa cifra corresponde al 0,8 por ciento del Producto Interno Bruto.



-Por lo visto, está bastante enterado del tema.
-Lo leí, pero no estoy muy enterado del proyecto de Longueira.



-Uno de los argumentos de Longueira para oponerse a la idea de Piñera es que si el Estado completa la cifra, muchos "frescos" se van a aprovechar y van a pagar sólo el sueldo mínimo legal, aludiendo a los empresarios.
– Frescos hay en todas partes, eso lo sabemos. Pero yo creo que tampoco es muy sensato pretender pedirle a todos los empleadores o empresarios, como se les quiera llamar, pagar un sueldo definido muy superior al salario mínimo. Porque las distintas empresas tienen también distintas realidades. El mismo Jorge Rodríguez Grossi, que no es precisamente de este lado del espectro, hablaba de lo que se llama el responsable indirecto, que es el Estado. Entonces, esto es en realidad una forma de subsidio que va sobre todo dirigido a apoyar a la familia. Y frescos se van a encontrar muchos.



-El viernes Lily Pérez puso otro tema sobre la mesa. Ella dijo que lo que debería hacer el Gobierno es una reforma tributaria real, bajándole los impuestos a las personas y subiéndoselos a los empresarios. ¿Qué le parece esa propuesta?
– Tiene dos lados. Efectivamente, yo creo que hay que tratar de producir alivio a las personas individuales, yo lo planteé por escrito hace un año y medio en una propuesta que me bolearon …Y eso se consigue de muchas maneras. Creo que se podría rebajar el IVA, aunque a los economistas les da hipo, y también se podrían crear ciertas ventajas tributarias para la gente que tiene dependientes, la que está pagando su casa, y volver al esquema del descuento de los intereses en la hipoteca, más bien por ahí veo yo los alivios.



-¿Por qué en su sector persiste la reticencia a aumentar el impuesto a las empresas?
– Porque en esto hay que competir con otros países, pues. Tú no estás solo en el mundo y tienes que competir con lugares donde se atrae más el capital precisamente por la vía tributaria. Como lo que aquí necesitamos es empleo y los que dan empleo son los empresarios…Yo, francamente, no creo que subir los impuestos a las empresas sea un muy buen camino, precisamente porque puede afectar el empleo.



-Y las Pymes son las que dan el 80 por ciento del empleo…
– Efectivamente, cuando tú hablas del impuestos a las empresas, hablas de todas las empresas: Chicas, medianas y grandes. Y para las Pymes, nosotros hemos postulado debiera tributarse sobre base de utilidades retiradas, o sea, eximiendo todas las utilidades reinvertidas.



-¿Existe alguna posibilidad de que se reúnan como Alianza a analizar todas las propuestas que han salido al ruedo a raíz del salario ético
– Esa posibilidad siempre existe. El jueves me reuní con Hernán Larraín, más de una hora, para hablar de la Convención de la Alianza que se va a realizar en el Sur a fines de agosto. Y es perfectamente factible que se levante ese trema.



-¿Qué más hablaron en ese encuentro?
– Hablamos de los temas que se van a debatir en Puerto Montt. Por ejemplo, uno de los asuntos que está pendiente es el de la energía, estuvimos viendo la agenda, como le llaman ustedes.



-¿El tema presidencial de la Alianza está descartado?
– Yo soy partidario de dejar ese tema ahí, más o menos tranquilo.



-¿De no tocarlo?
– De no tocarlo, por el momento.



-¿Cree que las diferencias que se han producido en torno al llamado del obispo Alejandro Goic a los empresarios a pagar salarios éticos podrían generar algún grado de división mayor en la Alianza?
– Noooo, para nada. Yo creo que se da una discusión interesante que pone sobre el tapete un asunto muy importante, pero no me parece que dé para una división en la Alianza. Sí es una discusión muy importante que ojalá se mantenga viva.



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