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Por qué Cristián Cuevas legitimó a Arturo Martínez en el gallito con Codelco

El Presidente de la CUT ya quiere cambiar de aire. Pero para una aventura parlamentaria necesita mucho más que llamar a "avanzar hacia el paro nacional" y darse ocasionales baños de guanaco. Requiere equilibrios político-partidarios que involucran mayor complejidad y cálculo. Y no puede prescindir del apoyo del Gobierno. Así las cosas, no es raro el errático y tardío apoyo a Cuevas. Sólo había que sumar, restar y ver dónde dividir. Por Camilo Feres


Si el liderazgo de Cristián Cuevas es visto como la principal amenaza al establishment sindical vigente, representado por Arturo Martínez ¿por qué subir al amenazado a la vitrina del retador?





Partiendo por lo obvio, hay que consignar que, a días de un nuevo 1 de mayo y a sólo meses de las elecciones en la CUT, en Agosto próximo, el conflicto que han trabado los trabajadores de empresas contratistas de Codelco es por lejos la mayor movilización sindical en curso. Con paralización de faenas, actividades y declaraciones que han convocado a la empresa, los trabajadores de planta, el Gobierno y hasta a la Iglesia, Arturo Martínez no podía quedar sin opinión al respecto.



En seguida, hay que decir que las complejidades de ingresar a esta arena no son pocas. Entre los socios fuertes de la CUT está la FTC (Federación de Trabajadores del Cobre), que representa a los sindicatos de trabajadores propios de Codelco y cuyo líder, Raimundo Espinoza (PS), ha sido crítico del movimiento de Cuevas y de la forma en que éste se ha conducido. "Pertenecemos a la CUT y pagamos las cuotas, pero los temas en la minería los vemos nosotros", fue la respuesta dada por Espinoza ante la oferta de Martínez de mediar en el conflicto.



Pero Cuevas ya no es solo una cara bonita con mucha tele. Su partido, el Comunista, lo ha ungido como uno de sus rostros con más proyección; reconocimiento que le valió incluso la invitación del Comité Central del PC a viajar a Cuba,pese aque no gozar de cargos partidarios de primera línea. Una muestra más del pragmatismo de un PC que ha decidido copar todos los espacios políticos posibles, abandonando la política testimonial y alcanzando incluso acuerdos con la Concertación, sin descuidar, por cierto, sus espacios clásicos de poder, la CUT entre ellos.



Así y tras retomar la conducción del Colegio de Profesores (haciéndolo retornar a la CUT tras un receso propiciado por su anterior directiva), el PC suma y sigue en su tarea de retomar una rol protagónico en la política nacional.
Martínez, en tanto, ya quiere cambiar de aire. Pero para una aventura parlamentaria necesita mucho más que llamar a "avanzar hacia el paro nacional" y darse ocasionales baños de guanaco. Requiere equilibrios político-partidarios que involucran mayor complejidad y cálculo. Y no puede prescindir del apoyo del Gobierno. Así las cosas, no es raro el errático y tardío apoyo a Cuevas. Sólo había que sumar, restar y ver dónde dividir.



En suma, tenemos un Cuevas en ascenso, pero con un liderazgo que no ha podido exportar exitosamente a la minería privada y mucho menos a otros sectores (no fue gravitante en los salmones y de Agrosuper volvió con las manos vacías) y un Martínez aún dueño de la CUT y de la interlocución sectorial con el Gobierno, pero con más acuerdos en el cuerpo de los que puede sostener, debían buscar la forma de sumar fuerzas ante un escenario en que el Comité Político del Gobierno ha decidido respaldar a Codelco y no avalar negociaciones fuera del ámbito legal (en este caso las empresas que prestan servicios a la estatal. Respaldo que se ha manifestado con una convicción tal que es difícil imaginar disensos que se mantengan más allá de las elecciones del PS.



*Camilo Feres es analista de temas económicos y laborales.

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