Publicidad

El cuestionado peso político de la mesa de Coloma

El senador comienza su período como timonel acompañado de una directiva cuya solidez política estaría lejos de la que ostentaron las predecesoras, cuestión que es resultado de lo difícil que fue enfrentar el escenario de la primera elección competitiva de la colectividad. Pero lo más complejo, y cuestión que nadie se atreve a admitir abiertamente, es que se especula que tras su dirección, quien "moverá los hilos" de la tienda será Pablo Longueira.


La nueva directiva de la UDI, encabezada por Juan Antonio Coloma, no recibió nada bien la decisión de Kast de no integrarse a la mesa. En el entorno del senador ven en esta movida estratégica la "notificación" del diputado y su team de que se constituirán en la disidencia, lo que es un fuerte motivo de preocupación. Mientras que en el círculo de hierro de Kast no niegan su rechazo a verse obligados a avalar a un "débil equipo" tras el cual, especulan, "dirigirá el partido Pablo Longueira".



Un mes de campaña arrasó con la poca unidad que aún quedaba después de los últimos meses. Y a los candidatos no les fue fácil elaborar sus respectivas listas. Esto, porque la idea en ambos equipos era amortiguar las debilidades con nombres que representaran la "diversidad" de la tienda. Así, mientras Kast optó simplemente por un equipo fuerte -colocando, entre otros, al diputado Rodrigo Álvarez -conocido en alguna oportunidad como el delfín de Longueira-, su adversario y triunfador intentó incorporar a figuras de todas las áreas de la colectividad.



Con una especie de mosaico político, Coloma juntó en una misma directiva a históricos, como Carlos Villarroel, con un exceso de concejales, entre los cuales el más conocido por su osadía de intentar arrebatarle la alcaldía de Valparaíso a Hernán Pinto en su mejor momento es Jorge Castro. También incluyó parlamentarios, entre los cuales el diputado Felipe Salaberry es quien ha tenido mayor exposición pública en estos años.



Pero vamos paso a paso. Si bien entre los adherentes de Coloma aseguran que cumple con los atributos "para ser un muy buen presidente" de la UDI en el periodo que viene, dados los procesos electorales que deberá enfrentar; lo que no deja de ser cierto es que el senador no hubiera soportado que nuevamente se le dejara de lado. Así es que en esta disputa interna primó la ya repetida frase del gremialismo en situaciones similares: "a él le toca".



A pesar de eso la crítica que surge desde la trinchera opositora es que en una directiva sin grandes liderazgos, a parte del presidente, será muy fácil que Coloma "ejerza todo el poder, sin contrapeso". Peor aún, lo que más inquieta al círculo de Kast es que finalmente "el poder detrás de trono sea Longueira". El senador por Santiago Oriente puso todas sus fichas en la postulación de Coloma. Incluso recorrió el país promoviendo a su candidato y tal vez fue el único que criticó abiertamente la candidatura de Kast.



En las vicepresidencias destaca el nombre de Carlos Villarroel, hermano de Gabriel, quien acompañó a Hernán Larraín en la directiva anterior. Los hermanos Villarroel son históricos fundadores de la UDI y cercanos a Jaime Guzmán. Si bien cultivan un muy bajo perfil público, son considerados como un pilar fundamental en las definiciones políticas del partido. Sobre ellos existen muchos mitos al interior de la UDI, pero si algo es cierto es que hasta la directiva pasada siempre se habían negado a integrar la mesa de la tienda. Tradición que rompió Gabriel al asumir una vicepresidencia en la administración de Larraín y que ahora continuó Carlos.



La segunda vicepresidencia quedó en manos del diputado Gonzalo Uriarte. Para algunos fue una sorpresa su nominación, ya que en el entorno de Kast sostienen que él era uno de los parlamentarios que apoyaba su candidatura. Uriarte llegó a la Cámara Baja cuando Coloma decidió postular al Senado, cediéndole su cupo en el distrito 31.



Mientras que la tercera, cuarta y quinta vicepresidencias quedaron en poder de tres concejales. Además de Jorge Castro, están Sol Letelier, de Lo Barnechea, e Isabel Plá, concejal de Peñalolén. Para todos es su primera incursión en un cargo de tanta relevancia partidaria. Plá ha trabajado durante muchos años en el equipo de la diputada María Angélica Cristi e igual que ella es originaria de Renovación Nacional, tienda que abandonó siguiendo a su jefa durante la presidencia de Sebastián Piñera.



La secretaría general, en tanto, quedó en manos del senador Víctor Pérez Varela, quien llegó a la Cámara Alta el 2005, representando a la Región del Bío Bío, donde comenzó a cultivar el bajo perfil. A diferencia de su paso por la Cámara de Diputados, donde representó al distrito 47 desde 1989 y se hizo fama de "fiscalizador", conformando una dupla conocida como los Pérez & Pérez, con su entonces par de RN, Lily Pérez.



Según una fuente del entorno de Kast, una de las principales limitaciones para que Pérez pueda ejercer su cargo a cabalidad es que el senador siempre se ha negado a trasladarse a vivir a Santiago, razón por la que siempre se había negado a asumir algún puesto de responsabilidad que lo obligara a pasar más tiempo en la capital. Por lo que no se descarta que termine convirtiéndose en un secretario general "ausente".



Es aquí donde entra a jugar un rol más relevante que en directivas anteriores la pro secretaría, en manos de Felipe Salaberry. Para el diputado no es nueva una responsabilidad de este tipo, ya que con anterioridad desempeñó la secretaría ejecutiva. Muy cercano a Coloma, como quedó en evidencia durante la campaña interna, se especula que no sería raro que entre ambos lleven la voz cantante en la nueva mesa, bajo la atenta mirada de Pablo Longueira.



Por último, pese a que Coloma ha sido uno de los más críticos de los gobiernos de la Concertación en lo que él bautizó como las "sillitas musicales", aludiendo al hecho de que sean siempre las mismas personas las que van van rotándose en los diferentes cargos en el aparataje estatal, también cayó en esta tentación: Joaquín Brahm, tesorero en la administración de Larraín, se repetirá el plato en esta mesa.



Escenario adverso



Para demostrar in situ lo que será su gestión, con "mucho trabajo en terreno", como lo dijo en su primer discurso como presidente, Coloma acompañó al candidato alcalde de la derecha por Santiago, Pablo Zalaquett. Allí comentó que el abanderado de RN, Sebastián Piñera, lo llamó para felicitarlo y e insistió en que espera que la UDI enfrente unida los desafíos que tiene por delante.



Dejando atrás la dura jornada de campaña interna eludió referirse a la renuncia de Gonzalo Cornejo a repostular al municipio de Recoleta. Misma que fue asumida como un "golpe de efecto" por parte de los adherentes de Kast. Si bien en la tienda sostienen que el diputado no puso problemas para que el alcalde usara la tribuna del Consejo General para dar a conocer su decisión, lo cierto es que en su entorno reaccionaron molestos.



Y aunque en el círculo de Coloma aseguran que Cornejo tomó la decisión sin presiones, en la UDI reconocen tras la maniobra "la firma de Longueira", con quien el alcalde estuvo reunido los días previos al anuncio oficial.



Por otro lado, dice una fuente de la UDI, desde que Cornejo fue pasado al Tribunal Supremo se sabía que iba a caer, "la pregunta era cuál era el momento más propicio para hacerlo". Todo indica que para los líderes gremialistas que aconsejan al alcalde el mejor momento era en el marco del Consejo General. Cuando se comenzó a ver con nerviosismo, en el entorno de Coloma que la brecha entre él y su adversario -que finalmente fue de 63,6 contra 36,4 por ciento- sería menor a la calculada en un comienzo de la campaña.

Publicidad

Tendencias