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Usain Bolt, un ‘relámpago’ ilumina el Nido camino del Olimpo

Usain Bolt, un velocista alejado de los arquetipos del velocista fornido y contundente, un atleta de corte desgarbado, hizo honor al apodo de su tierra jamaicana de Sherwood, el ‘relámpago’, y con una exhibición deslumbró el Nido de Pájaros camino del Olimpo con su oro y récord mundial en los 100 metros.


Nacido en Trewlany, en la costa noroeste de Jamaica, el 21 de agosto de 1986, el hombre más rápido del planeta es también el nuevo campeón olímpico de los 100 metros y el primer atleta de su país que logra este éxito.



Lo hizo en la gran final, en el momento más esperado, que afrontó hasta relajado, saludando al estadio, ante todos los rivales menos Tyson Gay, y con una superioridad insultante, tanto que se permitió el lujo de varios metros antes de la llegada abrir los brazos y golpearse el pecho. Luego ya tuvo tiempo para festejar y bailar. Para demostrar que es un chico jovial. Un ‘reggae man’.



Posee una espectacular, por amplia, zancada, gracias a sus 1,95 de estatura, cinco centímetros más que su compatriota y amigo, pero rival en la pista, Asafa Powell.



Bolt hizo valer la condición de gran favorito a la que se había hecho acreedor cuando arrebató a su compañero de equipo el récord mundial del hectómetro en Nueva York, el 1 de junio, con 9.72, batiendo al mismísimo Tyson Gay, bicampeón universal de 100 y 200 y que en el Nido se quedó en la semifinal.



Poco antes había avisado de esta ‘revolución’ personal cuando en Kingston corrió la distancia en 9.76 y se convirtió en el segundo hombre más rápido.



Bolt, subcampeón mundial de los 200 en Osaka’07, donde se reencontró consigo mismo tras superar una racha de lesiones, ya no era esa esperanza jamaicana para el doble hectómetro que apenas osaba correr los 100.



Hijo de Wellesley y Jennifer, que practicaba cricket de chaval, hasta ese momento tenía una mejor marca personal aceptable, pero nada del otro mundo, de 10.03.



Se dio a conocer al mundo, como figura en ciernes, cuando ganó el oro en los 200 metros en los Mundiales Juveniles de Sherbrooke (Quebec, Canadá) en 2003 y un año después batió la plusmarca junior de dicha distancia con 19.93.



En 2004 optó por ponerse a las órdenes del entrenador Glen Mills, quien llevó al cristobalense Kim Collins al sorprendente título mundial de los 100 en París’03, y suele entrenarse junto a sus compañeros en el estadio Nacional de Kingston, en tanto que Powell prefiere las instalaciones de la Universidad de Tecnología.



Una lesión de rodilla le hizo fracasar en Atenas’94 y en Helsinki’05 solamente pudo ser octavo en la final de los 200, pero en Osaka’07 comenzó su resurrección con la plata en el doble hectómetro tras Gay y en el relevo.



Ahora, esta temporada, cuando pocos apostaban por un Bolt hacia los 100 metros y muchos expertos consideraban que su constitución era mejor para los 400, el ‘relámpago’ de Jamaica se ha coronado por todo lo grande.



Espectacular. Apoteósico. El primer hombre que, aún parándose casi antes de llegar, baja de 9.7.



Tras batir en 2007 el récord de 200 de otro dios de su país, Don Quarrie, por 0.11, el pasado 13 de julio mejoró su marca personal en 200 metros con 19.67. Aun está lejos del récord del mundo de un mito de este deporte, Michael Johnson, que tiene el tope en 19.32. Pero quién sabe si Bolt está lejos de su límite y también aprovecha su estado de forma para probarlo en Pekín. El Nido, a la espera .



De momento es el último y más firme producto de una isla caribeña que sin duda se puede considerar la isla de la velocidad, de la que proceden buena parte de las más grandes figuras de los últimos tiempos, como el británico Linford Christie y el canadiense Donovan Bailey, campeones olímpicos en Barcelona’92 y Atlanta’96, e incluso Ben Johnson, quien también nació en Jamaica.



EFE

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