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El soterrado debate que enfrenta Pérez Yoma en La Moneda

Luego de las palabras del subsecretario de Previsión Social, quien aseguró que en el Estado la meritocracia es un mito y que el Gobierno deberá capitalizar sus logros pensando en las elecciones, se ha evidenciado la pugna de visiones que hay en el oficialismo sobre el rol del Gobierno en el periodo electoral y la agenda de modernización del Estado. Mientras el ministro de Interior inaugura hoy un seminario para impulsar dicha reforma, en Palacio hay quienes están por »privilegiar intereses polí


Por Pablo Basadre G.



«La salida de madre», como catalogan en el gobierno la intervención del subsecretario de Previsión Social, el PPD Mario Ossandón, en el seminario organizado la semana pasada por el ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma sobre la modernización del Estado, encendió un debate al interior de la Concertación que rondaba hacía meses. Y de paso provocó una lluvia de críticas de la oposición por lo que califican de "intervención electoral" de parte del oficialismo.



En su análisis Ossandón hizo ver las ventajas electorales que el gobierno debía sacar por la puesta en marcha de la reforma previsional y los primeros beneficios entregados. También abordó la agenda de Pérez Yoma y señaló que «uno de los mitos de la modernización es que la meritocracia tiene que conducir al Estado». Su intervención no fue bien recibida en el gobierno, porque contradijo las palabras de Bachelet y del propio ministro del Interior sobre el tema.



El análisis que hacen desde La Moneda es que Ossandón creó un escenario propicio para que la derecha criticara a la Presidenta. «Dejó la pelota boteando, como se dice», comenta un asesor de la Segpres.



En el PPD argumentan que el subsecretario tiene un problema: «Es un poco bruto para decir las cosas». Pero no creen que esté equivocado. El tema pasa por lo inadecuado, dicen, de su performance, y porque la realizó en momentos en que la intervención electoral se ha convertido en una de las banderas de lucha de la derecha.



Paradojalmente, en el ministerio que dirige Vidal, de quien Ossandón es cercano, comentan que se trata del «segundo error comunicacional» que ha cometido desde que llegó a su cargo. El primero fue cuando dio a entender en una entrevista que la reforma previsional podría tener problemas en sus primeros pagos, cuando aún no estaba en marcha.



Después de su última «performance» recibió llamados desde La Moneda: le ordenaron «armar agenda» y dar entrevistas para «precisar» sus dichos. Lo delicado para el gobierno fue revelar, según El Mercurio, parte del contenido de una conversación privada que sostuvo con Bachelet y el director de Presupuesto, Alberto Arenas, sobre la reforma previsional.



Pese a eso, en la Concertación explican que Ossandón se encargó de iluminar un cuarto que, por el momento, se quería mantener oscuro en el gobierno y de paso, sinceró la discusión sobre la hoja de ruta política que deberá emprender la coalición en medio de un periodo electoral que les costará las críticas de la oposición por cada «hoyo que tapemos y por cada colegio inaugurado», comenta un personero de gobierno.



Llamados a «operar»



Para algunos integrantes de las mesas directivas de los partidos concertacionistas, consultados por El Mostrador.cl, lo que hizo Ossandón fue verbalizar algo que ha estado siempre sobre la mesa. El gobierno, como todos los años que corresponden elecciones, deberá mostrar sus logros e inaugurar obras. «Pero también definir la toma de decisiones en la arena política y su articulación, es decir, operar con todas las precauciones del caso», comenta un miembro de la Comisión Política del PS.



A eso apunta Ossandón, explica una alta fuente del PPD, al decir que «cuando los técnicos toman las decisiones estratégicas, generalmente cometemos muchísimos errores». Y se pierden elecciones. En clara alusión a la discreta, explican, labor realizada hasta ahora por el titular de Hacienda, Andrés Velasco. «Este gobierno ha tenido que lidiar con un profesor a cargo de uno de los ministerios más importantes», detalla un subsecretario. Y lo peor, agrega, «es que en casi tres años no ha logrado entender el manejo político y la búsqueda de respaldo en el Congreso».



En la directiva del PPD defienden la postura de Ossandón y arguyen que lo único que hizo fue decir algo obvio: «En un gobierno debe existir la tecnocracia necesaria y la selección por mérito, pero las decisiones tienen que ser tomadas por quienes son elegidos por el pueblo y esos liderazgos los ejercen los políticos».



El jueves, en el seminario, el propio subsecretario, confirmando su razonamiento, dio a entender que fueron esas decisiones políticas de las que hablaba las que llevaron a Bachelet a nombrarlo para hacerse cargo de implementar la reforma al sistema de pensiones aún sabiendo que, como él mismo lo reconoció, no sabía nada de pensiones.



A cuidar la peguita



En Interior comentan que la visión de Pérez sobre la modernización del Estado es más bien solitaria y que sólo sintonizan con él Andres Velasco y el Ministro Secretario General de la Presidencia, el PS José Antonio Viera-Gallo. Uno de los mayores problemas que ha encontrado el jefe de gabinete ha sido la visión opuesta que tiene el equipo cercano a Bachelet, entre los que se cuentan Francisco Vidal y los asesores más cercanos. Fuentes cercanas a Pérez explican que estos últimos «están por privilegiar los intereses políticos a corto plazo» y piensan que la agenda social, principal característica de Bachelet, debería primar en el mensaje hacia la ciudadanía.



Un asesor de Vidal es más duro en su apreciación: «En un periodo de elecciones, ¿a quién le puede importar la modernización del Estado?». Algo que en Interior rebaten: «El punto de Pérez, que no se entiende, es que la oposición a su postura es pan para hoy, pero hambre para mañana».



La preocupación en la coalición de gobierno no sólo se ha instalado por la pérdida del poder desde el punto de vista ideológico y político, sino que también por la gran cantidad de funcionarios que ven en una eventual derrota de la Concertación el fin a una fuente de trabajo segura. «La imagen del gobierno de Felipe González en España es terrorífica», comenta un personero PS. Y añade: «No nos podemos olvidar que la victoria de la oposición en España constituyó una tragedia para la coalición oficialista, acostumbrada a emplear a buena parte de sus cuadros en el aparato público».



El mito del mérito



En el gobierno tienen claro que el mérito no puede primar por sobre los liderazgos políticos. Menos en periodo de elecciones. El problema, comenta una alta fuente del PPD, es que en estos años «hemos cuoteado hasta los juniors y eso ha sido un error muy grande». Por eso, hay muchos que no están convencidos de la agenda de Pérez Yoma, pues dicen que al ministro del Interior no se conmueve «ni por un doctorado de doctorados». Lo que le preocupa, finalmente, es que quien ocupará el cargo sepa mandar.



Los que lo conocen aseguran que es «frío como un pescado» y cuentan que las preguntas que hace para tomar una decisión, fiel a su estilo, es: «¿Y éste ha mandado antes? ¿Sabe dirigir equipos o no? ¿A quién ha mandado?». Sin embargo, un cercano a Pérez explica que él está convencido de que el gran riesgo de la Concertación, «después de todo lo bueno que hizo, es pasar a la historia como una manga de corruptos e ineficientes».



En tiempos electorales, donde todos están realizando cálculos, un viejo asesor del Palacio se toma tiempo para reflexionar. «En todas las democracias del mundo se debe buscar una plataforma para continuar gobernando. No hay ningún mandatario que en su diseño no tenga pensando hacer cosas para impactar en sus políticas públicas de manera electoral. Si no se piensa así, estamos cagaos«, resume. Por eso, explica, el argumento de la derecha de la intervención electoral les durará «hasta que estén en el poder».

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