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Monstruo de la crisis ya muerde a Brasil y desmorona el optimismo de Lula

Los llamados del mandatario a la calma no logran contrarrestar el pánico que parece apropiarse de los mercados brasileños, donde este viernes el real perdió el 4,98% frente al dólar, que cerró a 2,021 reales, la mayor tasa en 13 meses.



Como un mantra, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había repetido en las últimas semanas que la crisis internacional era asunto de Estados Unidos y que su país estaba a salvo, pero hoy parece confirmarse que hablaba de un espejismo.



La mayor economía latinoamericana, fuertemente dependiente de capitales y mercados internacionales, acusará con fuerza el mayor derrumbe financiero del sistema capitalista desde la Gran Depresión de 1929, coinciden especialistas.



Los llamados de Lula a la calma no logran contrarrestar el pánico que parece apropiarse de los mercados brasileños, donde este viernes el real perdió el 4,98% frente al dólar, que cerró a 2,021 reales, la mayor tasa en 13 meses.



La bolsa de Sao Paulo retrocedió el 7,34% y parece perder niveles de sustento en una caída libre que espanta a inversionistas y operadores. El lunes, cuando se derrumbó el 9,36%, Lula calificó de «normal» el sube y baja bursátil.



El problema ahora es que el contagio parece propagarse al resto de la economía.



Reuniones y llamados a la calma



El martes, Lula admitió que la crisis es profunda, ayer reunió a sus ministros del área económica y hoy recibió a representantes del sector de cooperativas agrícolas para ratificarles que el Gobierno proveerá crédito debido a la sequía de los manantiales tradicionales.



«Percibimos la preocupación del presidente con la renta del sector agrícola», dijo a los periodistas el presidente de la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB), Márcio Lopes de Freitas, tras el encuentro.



«El presidente nos dio la tranquilidad de que continuaremos en un ritmo de crecimiento», agregó.



Todos los sectores industriales y agrícolas ya acusan limitaciones de financiación privada para bienes de consumo y de créditos a la exportación, según organismos gremiales.



La Confederación Nacional de Industria (CNI), que mañana anunciará una revisión de sus expectativas económicas, explicó que en Brasil la crisis se transmite por dos canales principales: la reducción del crédito internacional, «de impacto importante en el corto plazo», y por la caída de la demanda de los productos nacionales.



La mayoría de las empresas que componen el índice Ibovespa de Sao Paulo está en el negocio de las materias primas y productos básicos, los cuales caen en picada en los mercados mundiales después de alcanzar precios enajenados en medio de lo que el ex presidente de la Reserva Federal de EE.UU. Alan Greenspan llamó alguna vez «exuberancia irracional».



La realidad es que todo Brasil depende de bienes básicos y materias primas para sustentar buena parte de sus exportaciones y de su balanza comercial.



Para el director de Estudios Económicos de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), Paulo Francini, había desde el Gobierno «una voz disonante», pero ahora «todo el mundo está tratando a ese monstruo (la crisis) con el respeto que él merece, porque es bien feo y todo el mundo va a ser afectado».



Pero, recalcó, «los gordos sufren menos que los flacos» en estos tiempos y aunque, como todos los países, Brasil será afectado, mantiene una buena actividad económica en su mercado interno de 190 millones de habitantes.



El hecho es que esa demanda interna, que creció a una tasa del 10% anual hasta hace poco, respondió a los altos precios de los productos básicos que llevaron a Brasil miles de millones de dólares a través de los engranajes de las empresas.



Pero a pesar de que los ingresos por exportaciones aumentaron en lo que va de año cerca del 20% y el Gobierno pronostica ventas externas por 200.000 millones de dólares, el volumen de estas se mantiene estancado desde hace un año, según datos del sector.



El principal producto de exportación de Brasil es la soja, una oleaginosa que se cotizó a precio de oro hasta hace pocas semanas impulsada por la demanda de China, cuyo crecimiento también ha estado estrechamente vinculado a su mercado interno y al de EE.UU. y Europa.



Hoy mismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que hay muchas posibilidades de que Estados Unidos se encamine a una «profunda y prolongada recesión».



Hasta la semana pasada, un análisis de Standard & Poor’s señalaba que América Latina, con Brasil a la cabeza, ha resistido bien a la incertidumbre y tensiones globales.



S&P calculaba que el crecimiento del PIB promedio regional permanecería en el «saludable nivel» del 4,6% este año, sólo un punto menos que el 5,7% del año pasado, y para 2009 esperaba una reducción al 3,9%, pero esos datos fueron lanzados antes de esta semana negra.



EFE

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