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Plan de Descontaminación de Santiago hace «vista gorda» a problema de crecimiento de la capital

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Tras la Cumbre Científica Contaminación del Aire y Efectos en Salud, de agosto pasado, se concluyó que el nuevo PPDA debía frenar el enorme crecimiento de la ciudad. Y que además debían crearse políticas de Estado que enfrentaran los problemas de salud generados por la contaminación. El Mostrador.cl tuvo acceso al documento, el que no contempla estos lineamientos. Lo que a juicio del especialista Hugo Romero implica que el aumento de las fuentes contaminantes seguirá aumentando.


Hace una semana el Consejo de Ministros de la Conama aprobó el nuevo Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica para la Región Metropolitana (PPDA). Aunque aún faltan algunos detalles por afinar, los lineamientos principales están listos y serán los encargados de guiar la política de purificación del aire de la capital durante los próximos cinco años.

El Mostrador.cl tuvo acceso en exclusiva al documento de 70 páginas. Y observó que no se tomaron en cuenta las conclusiones recogidas por la autoridad sanitaria  tras la Cumbre Científica Contaminación del Aire y Efectos en Salud, en agosto pasado, que señalaban que el PPDA debía frenar el crecimiento de la ciudad. Y que era urgente establecer una política de Estado incorporando a todas las fuerzas de la sociedad para enfrentar el problema de mortalidad evitable, calidad de vida y de salud de los habitantes, «por sobre los intereses inmobiliarios y sectoriales».

Pero la iniciativa no apunta hacia esa dirección. En opinión del coordinador académico del Programa Interdisciplinario del magíster en Gestión y Planificación Ambiental de la Universidad de Chile, Hugo Romero, aunque el plan es bastante completo en todo lo que se refiere al control de las emisiones, no tiene una visión global del problema.

Y no pone freno ni directa ni indirectamente al insostenible crecimiento de la ciudad, con una población que representa casi el 50 por ciento del país, ni al aumento de las actividades económicas ni al uso de automóviles. Características que han hecho posible que Santiago detente el título de «Capital Mundial del Smog».

-Señor Romero, ¿cómo define el plan?

Cae en medidas extraordinariamente específicas que señalan una tremenda confianza en la tecnología. La impresión  es que con soluciones tecnológicas se va a resolver el problema de la contaminación. Y eso no está claro.

Estamos en presencia de una ciudad gigantesca que además produce el 50 por ciento del PIB. Y el plan no habla nada de esto. O sea el desarrollo de Santiago como ciudad no forma parte las preocupaciones. Lo que pretende es solamente resolver o mitigar la contaminación atmosférica per se.

-¿Este plan debería complementarse con el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS)?

Claro. Así como con la política de regionalización del país, que existe en forma retórica, pero que en ningún caso ha adoptado medidas concretas para contrarrestar el crecimiento espacial y físico de la ciudad.

Mientras no se resuelva ese tema el aumento de las fuentes contaminantes va a seguir adelante.  Porque toda la esperanza está puesta en mejorar la calidad y controlar los sistemas de combustión. Pero no en las causas fundamentales: el crecimiento urbano descontrolado, que el PRMS favorece.

-¿Hay alguna novedad dentro de la propuesta?

-Es completo en todo lo que dice relación con el control de las emisiones. Su énfasis más importante radica en aumentar las regulaciones, en mejorar la calidad de los combustibles, incorporar las chimeneas domésticas Pero este énfasis exclusivo cae en las medidas de control de lo que llamamos el end of pipe (final de la cañería).

Un punto interesante, es que se regula legalmente el uso de la leña. Y además, se señala una responsabilidad política más clara para el intendente regional.

Salud pública: otro ausente

-A su juicio ¿se aborda adecuadamente el problema del material particulado (MP)?

Se aborda el MP más fino (2,5) y se presentan normas para controlar sus concentraciones. Se consagra un avance importante y justamente en función del control de ese tipo de micro partículas es que se están diseñando todas las acciones que el plan comprende.

Si bien es cierto es absolutamente fundamental, no hay que olvidar que el control de ese tipo de micro partículas tiene como principal función la protección de la salud de la población. Y la salud de la población está comprometida con la emisión de este tipo de contaminante pero también con otro conjunto importante de cosas que no se ven en el plan.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo con salud pública. Existe la propuesta desde hace algún  tiempo de que además de hacer el pronóstico de contaminación y tomar medidas de corto y mediano plazo se considere la salud de la población. Que tengamos también herramientas que nos permitan adelantar y evitar las crisis sanitarias.

Por otro lado, el último informe presentado por el director de la Sección Contaminación del Aire de la Agencia de Protección Ambiental de California, Bart Ostro, plantea que la situación de contaminación en Santiago equivale a la que existía allá hace 17 años. Y señala que de acuerdo a estudios pormenorizados se pueden estimar en 2.700 la cantidad de muertos anuales a causa exclusiva de la contaminación.

-Esto no se toma en cuenta en el plan…

No se menciona. No hay acciones de salud pública incluidas en esta propuesta. Tampoco se menciona otro hecho muy importante en el informe del doctor Ostro,  que es el hecho de que estas muertes se estarían produciendo ya no por enfermedades respiratorias agudas y por consiguiente no por episodios críticos de contaminación. Sino por enfermedades cardiovasculares, que tienen que ver con una obstrucción al sistema circulatorio. Y derivan de una situación crónica acumulativa de contaminantes atmosféricos.

El fracaso de las políticas públicas

-Hay quienes argumentan que dada la geografía de Santiago es prácticamente imposible revertir la enorme contaminación existente…

Dada la geografía de la cuenca de Santiago, dada la absoluta estabilidad atmosférica, dado el predominio de inversiones térmicas, ausencia casi absoluta de ventilación, jamás la cuenca del Maipo Mapocho debería haber sido ocupada por una población que alcanza los 6 millones de personas. Ni mucho menos contener un parque automotriz contaminante de un millón y medio de vehículos.

Nunca debería haber ocurrido eso. Y ha pasado esencialmente en los últimos 50 años, cuando ya existía plena conciencia de la contaminación. Especialmente durante los últimos 30 años en que la ciudad ha duplicado su superficie construida. Y aun más: en los últimos 5 años se ha duplicado el número de vehículos que circulan. Por lo tanto es importante reconocer que todas las políticas públicas han fracasado rotundamente.

-¿Están mal enfocadas?

No vamos a resolver el tema con una solución al final de la cañería. Lo que ha ocurrido en términos estructurales, funcionales de la ciudad, es que todas las acciones están destinadas exactamente a aumentar la contaminación. Por ejemplo la construcción de las pistas de circulación pagadas: han sido un fuerte incentivo al aumento del consumo de automóviles.

-Algunos lo atribuyen al progreso y al crecimiento económico.

El progreso significaría definirlo adecuadamente. La ciudad contaminada, congestionada, segregada, con enorme polución es síntoma de subdesarrollo. Y no de desarrollo en ninguna parte del mundo.

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