Según confirmaron fuentes vinculadas al caso, las pericias se hicieron en un laboratorio de Austria y se emplearon muestras de ADN de Jara y de sus familiares.
La Policía de Investigaciones (PDI) entregó un informe en el que se precisa que las balas que causaron la muerte al cantautor y director de teatro, Victor Jara, son de un calibre distinto al que utilizaba el fusil que tenía asignado el ex recluta que fue procesado por el crimen.
Según el informe publicado por el diario El Mercurio, los impactos de proyectiles balísticos son de calibre 9×23 milímetros y no 7,62 por 51 milímetros, que corresponde al arma asignada al ex recluta José Paredes Márquez, procesado como autor material del crimen y quien quedó en libertad por falta de pruebas.
Además, los seis fragmentos metálicos de bala encontrados junto a los restos de Jara exhumados en el cementerio general el 4 de junio pasado, corresponden también al calibre utilizado en pistolas automáticas.
Según la PDI, en su informe presentado al juez Juan Eduardo Fuentes, que lleva el caso, Jara recibió de su victimario un primer tiro en la nuca, ya posteriormente en el suelo boca abajo, al artista le fueron propinados al menos tres disparos en sus piernas, todos hechos de una pistola automática, según el informe.
El asesino le dio la vuelta al cuerpo de Jara y realizó una nueva serie de disparos en la región pelviana y fue rematado con un otro disparo en la pelvis.
En el documento policial se cita la autopsia practicada al cadáver de Jara, el 18 de septiembre de 1973, siete días después del golpe militar, donde se señala que la totalidad de orificios de entrada suman 42, mientras que los de salida son 32.
El pasado 25 de noviembre otro informe hecho en Austria destacó que múltiples proyectiles en el cráneo, tórax, abdomen, piernas y brazos, acabó con la vida del autor de «Te recuerdo Amanda» durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Según confirmaron fuentes vinculadas al caso, las pericias se hicieron en un laboratorio de Austria y se emplearon muestras de ADN de Jara y de sus familiares.
También se logró establecer que Víctor Jara sufrió torturas y golpes que le produjeron lesiones, especialmente en el rostro, en el tronco y las manos que los militares le trituraron.
Uno de los primeros procesados como autor material por el crimen de Jara fue el ex coronel del Ejército Mario Manríquez Bravo, quien fue jefe del campo de prisioneros que operó en el Estadio Chile y murió este año.
