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No lo queremos creer

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Prensa, relatores y hasta el Presidente aún no cambian el switch mientras Bielsa sigue haciendo su pequeña revolución en el juego y el alma deportiva de los chilenos. Cómo un garabato dio la vuelta al mundo vía twitter, junto con los destrozos en Plaza Italia.


La mañana comienza muy parecida a la del miércoles 16, cuando Chile debutó con Honduras. Desde temprano, los canales de televisión despliegan a sus mejores movileros. Disfrazados con parafernalia de la Selección y desplegados por los puntos más álgidos de la ciudad. Los periodistas, más vociferantes que de costumbre, ofrecen el micrófono para que la gente se atreva con un pronóstico, o repita las obviedades del hincha emocionado antes de un partido.

En la calle todos caminan rápido, como si quedaran pocos minutos para meterse en el búnker antes del bombardeo. El sonido de las cornetas que se oye a lo largo del camino anuncia que la hora cero es inminente. Por eso, viajar apretado en la locomoción colectiva tiene en este momento la misma importancia que la extensión en el tiempo del royalty minero.

La épica de Zamorano

Comienza el partido. Claudio Bravo viste de celeste, igual que Roberto “Cóndor” Rojas. Pero el homenaje es sólo la tenida. Lo esencial  ha cambiado: ya  no necesitamos  ningún contubernio para ganar, y ya no jugamos esperando un regalo del azar o el error de los rivales.  Chile ataca como una máquina hacia adelante y defiende con espléndida solvencia. Los suizos, disciplinados como su secreto bancario, se  cierran en el fondo,  y  son los que hacen tiempo; lanzando la pelota afuera y refregándose en el piso después de una falta.  Los estadísticos contaron 10 ocasiones de gol desperdiciadas por Chile. Nos anularon un tanto y el árbitro parecía un pistolero sacando tarjetas, incluso una roja para los suizos.

A Pedro Carcuro, testigo presencial de tantos “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, le cuesta cambiar el switch, y  casi en setenta minutos de partido, cuando todo Chile está en el área  suiza,  dice “si seguimos así, nos quedamos  con cuatro puntos”. Iván Zamorano que lo acompaña en los comentarios, aporta con su épica de cincuenta pesos y dice “no hemos podido escalar las montañas, los Alpes Suizos”.  Esta vez Iván hizo más falta en la cancha suspendido en el aire para sacar un cabezazo que diera en la red.

Minuto 74 y gol de Mark González. En adelante sufrir. Es difícil perder la costumbre, y dejar de creer que la historia no va a ser la de siempre. Chile ataca, pero vuelve a perder ocasiones. En el minuto 90 el suizo Derdiyok remata al arco en un gol casi seguro, que hubiese dejado las cosas en “lo de siempre”, pero la pelota pasa ligeramente desviada.

La prensa escéptica

Termina el partido y viene la conferencia de prensa con Bielsa. Nuestros reporteros parecen demasiado traumados con la narrativa del fracaso. A pesar del juego mostrado, el respeto a España aún suena reverencial. Un periodista de TVN pregunta si “ante una España necesitada de triunfo” el equipo de  Bielsa adaptará su esquema protagónico. En otras palabras,  si retrocederá, o simplemente  va a ratonear. El rosarino responde sin inmutarse, como siempre. “Todos los partidos intentamos protagonizar, (…) el partido del viernes trataremos de protagonizarlo porque es la mejor manera desde mi óptica claro, de intentar ser mejor que el oponente”.

[cita]Por un momento se acabó la segregación que hunde a Santiago y un par de cimarreros del Saint George se mezclan entre los que imitan la chasquilla de Daddy Yankee. Anda el doble de Bielsa y un tipo vestido como prócer de la independencia después de una despedida de soltero.[/cita]

La pregunta que sigue muestra que no podemos todavía sacudirnos la pauta de la efeméride. La historia más que como lección, funciona como un lastre. “Chile gana su segundo partido en un mundial después de 48 años, el crecimiento del equipo el desarrollo que ha tenido ¿es coherente con su expectativa respecto a ese tema?” pregunta otro enviado a Sudáfrica. Bielsa en su tono monocorde, y sin titubear contesta: “Sí, yo creo que la eliminatoria es un escalón que el equipo resolvió favorablemente, el próximo escalón es la clasificación a la segunda etapa del mundial (….)  pero la primera evaluación todavía no es oportuna porque una de las cosas que se persiguen, no se consiguió”.

Y la última, de manual, corresponde a un periodista de radio:  “¿Con qué expectativa va a ver por televisión el partido entre Honduras y España, considerando que un empate clasifica a octavos de final a Chile hoy?”. Bielsa: “Bueno, usted me hace la pregunta con respuesta incluida, así que exímame de contestarla”.

“CTM”, las tres letras de Chile para el mundo

Uno de  los que anotó en su twitter  el nuevo orden impuesto por Bielsa, que nos cuesta tanto digerir, fue @fernandopaulsen: “Como juegue Chile no depende de nuestros comentarios previos. Ese es verdadero cambio de Bielsa. Puso fin al que dirán del dirigente e hinchas”.

Por cierto, el partido con Suiza nos hizo figurar durante algunas horas en el número l como “tema tendencia” o Trending Topic, a nivel mundial en Twitter. La abreviatura de uno de nuestros garabatos emblema sirvió para que algunos famosos como el vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder, (@eddievedder) difundiera  un mensaje de apoyo y a última hora del día escribiera otro preguntando por el resultado final. Lo mismo hizo el frontman de Soundgarden, Chris Cornell, (@chriscornell) “Bravo Chile” escribió.

Otro Trending Topic fue #plazaitalia claro que esta vez recorrimos el mundo con la imagen de 25 mil personas celebrando y luego los saqueos y destrozos que dejaron unos 130 detenidos. Además de un ataque a algunos buses de Transantiago como el que captó el periodista Alfredo Sepúlveda.

El partido de los presidentes

En esto si que las cosas no han cambiado, y es como si esa pelota de los suizos en el minuto noventa hubiera entrado al arco. Minutos después de terminado el partido, la gente en masa, principalmente desde el centro, se encontró en Plaza Italia, obligando a cortar la calzada norte de la Alameda. Miles de personas deambulando y unidas en pequeños grupos saltando, cantando el himno nacional. El contexto ideal, de challas y carnaval,  para recordar que la canción de Lillo y Carnicer habla de Chile como el “la tumba de los libres” y el “asilo contra la opresión”. Por un momento se acabó la segregación que hunde a Santiago y un par de cimarreros del Saint George se mezclan entre los que imitan la chasquilla de Daddy Yankee. Anda el doble de Bielsa y un tipo vestido como prócer de la independencia después de una despedida de soltero. Hay venta de cerveza y olor a marihuana, pero todo transcurre en paz. Un grupo despliega un lienzo con letras negras. “Ahora a meterle goles a los ricos, a parar las alzas”. El Transantiago será tema cuando termine el fútbol. Una hora dura la luna de miel, después Carabineros, cuyo contingente parecía excesivo, empieza a contener los disturbios.

Muy lejos de Plaza Italia y casi  en silencio se desarrolló la última parte del juego. Esta vez entre políticos. Michelle Bachelet invitada por la ANFP a Sudáfrica e investida como cábala por algunos hinchas, declara después del partido: “Ahora a ganarle a España”, con una bufanda de la selección al cuello. Mientras, el Presidente Sebastián Piñera, instalado en una carpa de circo en Constitución, sirve tallarines a los damnificados. No se quita la chaqueta roja y luego del partido afirma: “Chile y España terminarán la primera fase con seis puntos”, o sea, vamos a perder. Otro más que no lo quiere creer.

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