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Reforma tributaria: estrategia del gobierno no convence a RN y tensiona relación entre Espina y su bancada En el partido temen seriamente por el futuro de la iniciativa

Reforma tributaria: estrategia del gobierno no convence a RN y tensiona relación entre Espina y su bancada

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Para la tienda de Antonio Varas este proyecto resulta particularmente sensible, porque fue uno de sus vicepresidentes, el senador Francisco Chahuán, uno de sus principales promotores. De allí que vean con cierta suspicacia la decisión repentina del Ejecutivo de aceptar llevarla a Comisión Mixta.


La polémica y sorpresiva estrategia adoptada por el oficialismo en la tramitación de la reforma tributaria en la Cámara Alta provocó la molestia de muchos de sus propios parlamentarios, particularmente y como varios de ellos admiten, porque resulta incongruente haber pasado más de cuatro meses defendiendo las bondades de la iniciativa, para finalmente abstenerse o rechazar para forzar una Comisión Mixta. Pero también, porque el articulador de la jugada, el jefe de los senadores de Renovación Nacional, Alberto Espina, tomó una decisión inconsulta con sus pares, lo que generó un tenso ambiente al interior de la bancada, que adicionalmente mantuvo su compromiso de votar a favor del proyecto. Sobre todo, porque tras el resultado del martes, un dirigente del partido se lamenta asegurando que “ahora nos pusimos en el peor de los escenarios”.

Durante las primeras horas de la jornada del miércoles se acordó la hora para que la Comisión Mixta de Hacienda se constituyera, a fin de continuar con la tramitación de la iniciativa del gobierno. Lo que ocurrió pasadas las 17:00 horas con la participación del ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Pero el senador Espina también decidió hacer una conferencia de prensa, en conjunto con sus pares de la UDI Hernán Larraín y Gonzalo Uriarte, para –según recalcó– precisar los hechos de la jornada anterior. Y para, además, responder a las críticas del senador Ricardo Lagos Weber, quien había acusado al gobierno de haber actuado con “impericia” durante la tramitación del proyecto.

En este contexto, defendió la estrategia utilizada el día anterior, aclarando que “aquí no ha habido ninguna impericia del gobierno. Al contrario, esta decisión la tuvimos siempre en cuenta cuando surgió la posibilidad de evitar continuar con una tramitación lenta del proyecto y derechamente ir a la etapa final en la Comisión Mixta”. Paradojalmente, mientras el senador entregaba generosamente todo el crédito de la idea al gobierno; más tarde el vocero Andrés Chadwick desconocía el rol jugado por La Moneda, subrayando que “no cabe duda que los senadores tienen una gran pericia legislativa” y que lo que sucedió es que Espina recogió el guante a partir de la intervención del socialista Juan Pablo Letelier, quien planteó la necesidad de llegar a una Comisión Mixta para avanzar en un acuerdo entre ambas partes. Señal de que la evaluación de la estrategia no es del todo positiva en Palacio y que aún no está del todo claro quién deberá asumir sus costos políticos.

Tanto es así que desde La Moneda comenzaron a hacer correr la versión de que la decisión de llevar el proyecto a Comisión Mixta se debió a que el Ejecutivo no tenía la certeza de contar con los votos para aprobar la idea de legislar. Argumento que incluso rebaten desde la propia Concertación, donde insisten en que el gobierno contaba, además de sus propios votos, con los de cuatro representantes de la coalición opositora para aprobar en general a todo evento. Por otra parte, la versión de Palacio también se contradice con lo que Alberto Espina confirmó a la prensa, reconociendo que una de las razones que habrían impulsado la necesidad de llegar ala Comisión Mixta era que, el escenario más probable tras la votación en general, que la oposición se alineara para aprobar las alzas de impuesto, rechazar las rebajas y el crédito para educación en en la tramitación en particular. Así, a la Cámara de Diputados habría llegado el proyecto sólo con alzas de impuestos y sin rebajas, algo que el gobierno debía evitar a toda costa.

Y mientras seguía avanzando el miércoles, en los pasillos del Senado aumentaba la sensación, por parte dela Alianza, de que un acuerdo en la Comisión Mixta“es casi imposible”, pese al contrastante optimismo de figuras como Espina y el gremialista Hernán Larraín; y desde el pacto opositor crecía la “sospecha” –como lo planteó derechamente el senador DC Andrés Zaldívar– de que sus adversarios, mayoritariamente, están dispuestos a dejar morir un  proyecto que nunca acomodó a gran parte de la derecha.

Así las cosas, en RN el ambiente no era bueno. Aunque casi 24 horas después de la voltereta oficialista liderada por Espina, algunos trataban de moderar el tono, de manera  que las diferencias internas no saltaran a la luz. Pero eso no evitó que expresaran sus dudas acerca de la forma y también el fondo de la polémica decisión. Por lo pronto, el senador José García Ruminot, presidente de la Comisión de Hacienda y elegido por unanimidad también para encabezarla Mixta, reconoce que nunca supo del acuerdo antes que Espina lo mencionara en la Sala y que nadie le consultó. Pero políticamente hablando tiene la convicción de que “claramente fue un desencuentro, una desinteligencia”. Y añade que “él (Espina) tomó la decisión basada en conversaciones con algunos parlamentarios dela Concertación. Esas conversaciones no fueron compartidas con los demás. Nadie entendía lo que había pasado ni cuál era el acuerdo que, por lo demás,la Concertación negaba que existiera”. Para García Ruminot, como para varios de sus pares, existía “desazón porque un proyecto emblemático del gobierno terminara sólo con seis votos a favor”.

“Carambolazos”

Por su parte, el vicepresidente de la tienda Francisco Chahuán, tuvo un altercado con el jefe de bancada. Consultado al respecto le bajó el perfil a la situación, pero reconoció que aún considera que “la Reforma Tributaria  del gobierno había que defenderla con convicción, porque además es la de Renovación Nacional”. El senador porla Quinta Región Costa se siente particularmente defraudado, puesto que propició la generación de un proyecto de reforma tributaria desde el oficialismo. Por lo que está convencido de que “lo de el martes fue un error, porque teníamos los votos no sólo para aprobar la idea de legislar, sino también para aprobar parte de las rebajas de impuestos”. Chahuán asegura que tenía “el compromiso de algunos senadores dela Concertación” para ello. Y que lo que corría más riesgo, eso sí, era el crédito para la educación. De allí que estime que “si el gobierno le hubiera quitado la urgencia al proyecto se hubiera abierto una mayor espacio para el debate y los acuerdos”.

[cita]García Ruminot, presidente dela Comisiónde Hacienda y elegido por unanimidad también para encabezarla Mixta, reconoce que nunca supo del acuerdo antes que Espina lo mencionara en la Sala y que nadie le consultó. Pero políticamente hablando tiene la convicción de que “claramente fue un desencuentro, una desinteligencia”.[/cita]

El senador de RN no está nada optimista respecto a lo que sucederá en la Mixta. Aun más, no cree en la estrategia del gobierno de “llevar esto al extremo en la Comisión Mixta, donde hay pocas posibilidades de generar disenso al interior dela Concertación”. Sus palabras permiten entrever un grado de desilusión, ya que tiene la convicción de que hasta antes de poner en marcha la polémica estrategia defendida por Espina, la derecha “tenía a favor una fuerte ofensiva mediática”. De hecho se lamenta de que “sólo horas antes habíamos hecho una conferencia de prensa con el ministro Felipe Larraín para defender el proyecto y varios de nosotros ya habíamos intervenido en esa línea”, cuando se toma la decisión de ir a Mixta, “sin ninguna lógica”. E insiste en que quedó con una sensación de que “las cosas se podían haber hecho mejor”. Adicionalmente, reconoce que “es legítimo lo que se intentó hacer. Por parte del gobierno, muestra liderazgo”, pero agrega que “es altamente riesgoso en un proyecto tan importante y a menos de dos meses de las elecciones municipales”.

Al presidente del partido, Carlos Larraín, el miércoles se le veía bastante más relajado que el día anterior, cuando fue sorprendido con el supuesto acuerdo. Simplemente justifica que votó a favor, como todo el resto de su bancada salvo Espina, que se abstuvo, porque “no vi la necesidad de abstenerme o rechazar, considerando que llevo como cuatro meses hablando hasta por los codos de las bondades dela Reforma Tributaria”.  Reconoce que no participó de ningún acuerdo y no tuvo conocimiento de la estrategia de Espina, por el contrario, aclara que “fue su decisión y personalmente yo tomé la mía de votar a favor y defender el proyecto hasta el final”. Pero también cree que el último episodio de la reforma es el producto de “una serie de carambolazos que se dieron en la tarde del martes” y admite que, entre otras cosas, “hubo opiniones discrepantes en el gobierno”. Todo esto, cree, confluyó en el “movimiento táctico” elegido por el gobierno. Y se mostró “pesimista” respecto del resultado de la comisión, pues “existen grandes dudas acerca de que las alzas estén amarradas a las rebajas (de impuestos)”. Temor que ha empezado a rondar en algunos sectores del oficialismo y que, de ser así, permitiría que la oposición apruebe los aumentos de impuestos y rechace las rebajas.

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