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A punto de caerse nominación presidencial de juez Muñoz Pardo para ascender a la Corte Suprema A La Moneda le faltan tres votos para el quórum de dos tercios

A punto de caerse nominación presidencial de juez Muñoz Pardo para ascender a la Corte Suprema

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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La sesión especial para votar su designación estaba fijada para hoy entre las 15:30 horas y las 16:00 horas. Ya el martes 2 de enero fue aplazada, precisamente porque no había consenso y el gobierno no contaba con los votos necesarios y, hasta ayer en la tarde, se comentaba la posibilidad de que Palacio termine incluso retirando el nombre del magistrado antes de la hora convocada para votar.


Ad portas de la votación de hoy en el Senado, se cayó el acuerdo que La Moneda tenía oleado y sacramentado con varias bancadas parlamentarias para asegurar la aprobación de su candidato para llenar una de las vacantes pendientes en la Corte Suprema: el juez Juan Muñoz Pardo. Pocas y ninguna expectativa hay en realidad en el gobierno que en la sesión especial convocada para hoy se logre el quórum de dos tercios que requieren y ya se preparan para que el máximo tribunal del país deba elaborar una nueva quina, de la cual el Presidente Sebastián Piñera elijará un nuevo candidato.

Si hasta antes de las fiestas de fin de año era una “votación asegurada” la de Muñoz Pardo y así lo auguraba el paso previo que hizo el juez por la comisión de Constitución, Legislación y Justicia, que lo aprobó unánimemente, el lobby que se realizó desde la oposición surtió efecto. En las últimas semanas se alinearon completamente las bancadas del PS y del PPD por el rechazo e incluso parlamentarios independientes cercanos al gobierno —como Carlos Bianchi y Carlos Cantero— no estarían dispuestos a respaldar el nombramiento del magistrado.

El argumento de mayor peso es la crítica que se hace en el mundo político y judicial a varios de los fallos en que ha participado el magistrado en el pasado en materia de derechos humanos, en los que dejó clara su visión favorable a la prescripción y la amnistía, debido a que considera que en Chile no son aplicables la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra ni los Convenios de Ginebra. El 18 de diciembre, ante la comisión de Constitución aseguró —reza el acta de esa sesión— que “con el tiempo su criterio en este aspecto ha evolucionado, lo que se debe al estudio de estas materias y también al contenido de los tratados que la abordan, a la doctrina y a la propia evolución de nuestro país”.

Pero sus palabras no fueron suficientes. Si en sectores del PS había reparos, el ex presidente Eduardo Frei Ruíz-Tagle jugó un papel clave la semana pasada y permitió inclinar la balanza para que el acuerdo con el gobierno naufragara y se consolidara el rechazo masivo a la nominación del cuestionado juez. El senador DC puso como argumento sobre la mesa que Muñoz Pardo se negó a “esclarecer la muerte del Presidente Frei y por eso no estoy dispuesto a apoyar esa postura” y advirtió que “falló de una manera por muchos años, ahora dicen en la comisión de Constitución que cambió de parecer, pero el día de mañana puede cambiar otra vez, así es que para eso no estoy disponible”.

La semana pasada Frei, tanto a la bancada DC como a las del resto de la oposición, les planteó sus reparos en el tema y su molestia porque algunos senadores están dispuestos a respaldar con su voto al juez. En esa línea, en el Congreso se comenta que hizo valer su status de ex presidente y que sería una suerte de “afrenta” para él que Muñoz Pardo llegara a la Corte Suprema.

El asunto tiene dividida a la DC, porque, si bien sus pares Mariano Ruíz-Ezquide y Ximena Rincón previamente ya adscribían al rechazo, lo cierto es que no todos se han alineado con Frei. Incluso, algunos piensan mantener vigente el acuerdo sellado con La Moneda que permitió la elección de Lamberto Cisternas para el máximo tribunal con el compromiso que después se aprobara el nombre de Muñoz Pardo.

Primer tropiezo

La sesión especial para votar el nombre de Muñoz Pardo estaba fijada para hoy entre las 15:30 horas y las 16:00 horas. Ya el martes 2 fue aplazada, precisamente porque no había consenso y el gobierno no contaba con los votos necesarios y hasta ayer en la tarde, incluso se comentaba la posibilidad que La Moneda termine retirando el nombre del magistrado antes de la hora convocada para votar.

[cita]En no más de diez días cambió el escenario y la nominación del juez se ha transformado en el primer traspié concreto de la nueva ministra, reconocida transversalmente por su inteligencia, capacidad y rigurosidad, pero sin la experiencia y muñeca para “negociar políticamente” con las bancadas del Congreso un asunto de este calibre, que pudiera amarrar los tres votos que le faltan a La Moneda y salvar así a último momento el acuerdo que aseguraba la elección del candidato de Piñera.[/cita]

Muñoz Pardo fue un nombre que amarró en el Congreso el ex ministro de Justicia, Teodoro Ribera, antes de su polémica salida del gobierno, apoyado por las gestiones que en el mismo sentido hizo en su momento el ministro del Interior, Andrés Chadwick.

Desde que salió Ribera, su sucesora, Patricia Pérez, se hizo cargo de la agenda de Justicia y antes de Año Nuevo, todo le indicaba que el tema avanzaba sin dificultad.

En no más de diez días cambió el escenario y la nominación del juez se ha transformado en el primer traspié concreto de la nueva ministra, reconocida transversalmente por su inteligencia, capacidad y rigurosidad, pero sin la experiencia y muñeca para “negociar políticamente” con las bancadas del Congreso un asunto de este calibre, que pudiera amarrar los tres votos que le faltan a La Moneda y salvar así a último momento el acuerdo que aseguraba la elección del candidato de Piñera.

De hecho, desde finales de la semana pasada en La Moneda ya comentaban que “estaba muy difícil” el escenario, que “todo indica que va a fracasar” la nominación y que el nombre iba a ser rechazado por el Senado. Tanto así, que en Palacio se reconocía que todo apunta a que la Corte Suprema va a tener que mandar una nueva quina de la cual poder elegir un nombre.

En el gobierno había molestia, eso sí, porque “esto era un acuerdo” y el oficialismo —reclamaban— “cumplió su parte, aprobó al juez Cisternas” y que con este cambio “se cae la opción de negociar” el resto de los nombramientos que la administración Piñera debe hacer. Aparte de esta designación que corresponde al cupo de la ex ministra Sonia Araneda, se debe elegir un sucesor para Adalís Oyarzún, que también jubiló en junio del 2011 y ahora en enero, se retira asimismo la magistrada Gabriela Pérez.

Estos nombramientos permiten a La Moneda dejar una impronta en la Corte Suprema a futuro, tribunal que tiene la última palabra en causas de derechos humanos, económicas, laborales, penales y de medio ambiente. Por lo mismo, el gallito político no será menor y la caída de Muñoz Pardo es prueba fehaciente de ello.

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