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«No», la película que cuestiona la Transición, obtiene histórica nominación al Óscar

Christian Buscaglia
Por : Christian Buscaglia Periodista El Mostrador
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El nombramiento del largometraje del cineasta chileno e hijo del senador UDI Hernán Larraín se suma al de Miguel Littin, quien estuvo nominado con «Actas de Marusia» y «El recurso del método». Ambas filmadas fuera de Chile. Al conocer la noticia, su protagonista, Gael García Bernal expresó a través de su cuenta de Twitter: «Ah chingá! Suenan los telefonazos madrugadores, para decirnos que #NOlapelícula está nominada al Óscar. AGÜEVO! LARAJA! Vamos a la pachanga!».


«NO», la película del cineasta chileno Pablo Larraín fue nominada por la Academia de Hollywood a ‘Mejor Película Extranjera’. Sus rivales en la gala del próximo 27 de febrero serán las producciones “Amour” (Austria), “War Witch” (Canadá), “A Royal Affair” (Dinamarca) y “Kon-Tiki” (Noruega).

Al conocer la noticia, su protagonista, Gael García Bernal expresó a través de su cuenta de Twitter: «Ah chingá! Suenan los telefonazos madrugadores, para decirnos que #NOlapelícula está nominada al Óscar. AGÜEVO! LARAJA! Vamos a la pachanga!»

Por su parte, el actor Marcial Tagle comentó en Radio Cooperativa que «es una de esas cosas que uno quiere que pasen, pero nunca pasan».

«Magnífico, qué buena noticia a esta hora de la mañana, para empezar, muy optimista todo. ¡Qué rico! Qué bueno, se lo merece de sobra esta película, estoy encantado (…) Pensaba que iba a estar dentro, pero nunca se sabe, siempre es una sorpresa y siempre es un triunfo. No es tan fácil, son varias las que están peleando, todas deben ser buenas, pero para llegar ahí… ¡oh, qué buena noticia, por Dios!», dijo en tanto el actor Jaime Vadell.

En Cannes, el largometraje del hijo del senador UDI Hernán Larraín ganó el premio “Art Cinema Award” de la Quincena de Realizadores. También pudo verse en los festivales de Locarno y de Toronto.

NO y la Transición

El film que lleva por título «NO» es protagonizado por el actor mexicano Gael García Bernal y su guión fue escrito por Pedro Peirano, quien rememora el histórico plebiscito de 1988 convocado por el dictador Augusto Pinochet.

«Esta es una película que debía haberse hecho ahora. Merecía contarse, y la verdad es que es una película que hicimos porque nos llegó», sostuvo el realizador.

«Estamos muy contentos de contarle esta historia al mundo porque creo que, sobre todo hoy día, como está el mundo, como está Chile, era una gran oportunidad para hacerlo. Pienso que la película tiene un mapa, no sólo de lo que pasó durante la dictadura, sino de lo que ha pasado en los últimos veinte años también», acotó Larraín.

«Los pilares, las columnas, las bases del Chile de hoy, se mapeó en la manera en la que se constituyó la franja del NO. La lógica que hay ahí sigue siendo hoy día muy relevante en un país como Chile», apuntó.

Un hecho que es notable de consignar es que la película fue rodada con cámaras Ikegami de 1983 para dar exactamente el tipo de soporte que se vincula con las imágenes de esa década del siglo XX.

En ese sentido, Pablo Larraín reconoció que en la cinta «hay mucha nostalgia, el plebiscito del 5 de octubre del ’88 es una fecha vértice, una fecha bisagra; está todo el pliegue de la historia chilena metida ahí, de la reciente al menos (…) si bien lo que había era una dictadura, se promete un sueño».

La clave de la cinta estaría, según el cineasta, en «cómo un grupo de personas toman las herramientas creadas, impuestas por la dictadura, esas herramientas sociales e incluso políticas, y las utiliza para crear un discurso que permite finalmente derrotar a Pinochet. Ahora, ¿es solamente la derrota de Pinochet o es también la victoria del modelo de Pinochet? Esa ambigüedad creo que es la concepción de la película», aseguró.

«Después de eso hemos vivido 25 años donde el modelo que impuso Pinochet ha subsistido y es el modelo que hoy día nos tiene en las circunstancias que recién describo ¿Cuál es la solución? Yo tampoco lo sé», resaltó.

Por su parte, el actor García Bernal hizo hincapié en que esta película le sirvió para darse cuenta «del profundo dolor que causó la dictadura. Eso no es lo raro, pero es de lo que me di cuenta. Tan fuerte que fue la dictadura y cómo dejó a muchas personas profundamente atemorizadas, y cómo las personas, no sólo los chilenos, sino de otras partes de Latinoamérica también, tratan como de redimirse con el hecho de que todavía están vivos».

«La gente habla de que tiene miedo de ir a votar y de por qué los que estaban en el poder se sentían confiados en que iban a ganar», concluyó.

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