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Bachelet advierte a la clase política: “Si la gente comienza a tomarse las calles no va a ser responsabilidad de una presidenta sino de un sistema político incapaz”

La ex mandataria cree que el resultado a favor suyo es una muestra “que hay una amplia mayoría que apoya un proyecto de centroizquierda, que coincide con el planteamiento de que Chile ha entrado en un nuevo ciclo económico, político y social, y que se debe continuar con lo que hemos hecho bien por mucho tiempo, pero se requieren cambios transformadores”.


La candidata presidencial del pacto Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, reafirmó sus tres principales propuestas programáticas (reforma tributaria, educación gratuita y una nueva Constitución), dando cuenta que la opción de una asamblea constituyente está perdiendo fuerza y advierte que la sociedad chilena ha cambiado y que es necesario hacerse cargo, ya que “si no somos capaces de hacerlos por la vía institucional y la gente empieza a tomarse las calles, aquí no va a ser responsabilidad de una presidenta, sino de un sistema político que es incapaz de responder a los desafíos que Chile tiene”.

La ex mandataria responde en una entrevista a La Tercera varias interrogantes sobre sus propuestas al país, afirmando que su figura concita grandes expectativas, pero deja en claro que no ha hecho “ofertones”.

Sobre su contrincante en las elecciones de noviembre próximo, Pablo Longueira, la ex directora de ONU Mujeres sostiene que siempre ha sentido respeto por el ex titular de Economía, ya que “era una persona con la que uno podía trabajar, con una mirada de país, de Estado y de llegar a acuerdos”.

Sin embargo, explica que en el caso de que dichos acuerdos no fueron posibles, Longueira los planteaba de una manera directa y clara.

Bachelet también espera que el Gobierno no haga intervención electoral y acusa que “nosotros en las primarias vimos intervención. Creo que francamente se pasó una línea. El ministro de Hacienda dijo que mi programa iba a afectar a la economía, entre otros ejemplos. Eso no le hace bien a la democracia ni tampoco a este gobierno”.

Bachelet destacó los buenos resultados que ha tenido la administración del Presidente Sebastián Piñera en lo económico, señalando que “ha habido mucho viento a favor y todavía como país tenemos una deuda importante en lo que son los efectos de largo plazo del crecimiento, como productividad y energía. Nos alegra, pero no nos garantiza que el país siga creciendo. Hay que hacer mucho más todavía, y que si un gobierno hace ocho o 10 años atrás sería mucho más popular o no, no me atrevería a decirlo, porque yo tengo la percepción de que así como en otros países se dice “es la economía”, yo creo que en Chile no es sólo la economía…”.

En ese sentido, la ex mandataria estima que la economía debe reflejar mayores condiciones de vida para la gente más pobre y para la clase media, mencionando que “hay cosas que han pasado, por ejemplo, en las pensiones, donde la promesa de tasas de reemplazo de 70%, 80% de los salarios no se cumplió. Tenemos gente de clase media que ganaba un millón 300 mil pesos y al jubilarse, después de 30 o 35 años, sacan pensiones de $ 280 mil, $ 320 mil. Entonces, yo creo que no basta con las figuras macro… si no se traducen y reflejan finalmente en la vida de las personas, no producen aplausos. Lo segundo es que no basta con tener empleo si no es un empleo con salario medianamente adecuado, si no es un empleo digno y decente, con contratos, con relaciones laborales adecuadas”.

Y añade que es indispensable que exista crecimiento económico y empleo, “pero se requiere mucho, se requiere política de protección social, se requiere que las políticas tengan en el centro las personas. Y que los sistemas se adapten a las personas y no las personas a los sistemas. Esa es una gran lección que yo saqué del Transantiago”.

Respecto a la gran participación ciudadana en las primarias, Bachelet cree que el resultado a favor suyo es una muestra “que hay una amplia mayoría que apoya un proyecto de centroizquierda, que coincide con el planteamiento de que Chile ha entrado en un nuevo ciclo económico, político y social, y que se debe continuar con lo que hemos hecho bien por mucho tiempo, pero se requieren cambios transformadores”.

“El tema de la desigualdad es uno de los más importantes y siento que ese es un diagnóstico muy compartido por el pacto. Me refiero a los partidos, pero también a los independientes, que fueron la gran mayoría (…). Diría que el país siente que Chile sigue avanzando y creciendo y que eso es bueno, pero también que se puede mucho más. Esa mirada es compartida, por lo tanto, no me parece a mí que haya un cambio. Planteé a lo largo de todo Chile que era necesario derrotar la desigualdad con todas sus caras: socioeconómica, educacional, descentralización territorial, de género, pueblos originarios, diversidad sexual… Eso es lo que apoya finalmente esa gente que me apoya a mí. Pero también está en la esencia de lo planteado por los otros candidatos, y eso se mantiene”, explica.

Además, mantiene sus tres principales ejes programáticos como “la necesidad de una reforma educacional profunda, de una reforma tributaria que financie esas y otras tareas de protección social y que incluya equidad tributaria, y una nueva Constitución, que nos represente a todos”.

“Esa ha sido la línea que he planteado a lo largo de Chile y hay un acuerdo completo. Además, hay que seguir desarrollando otros lineamientos. Tenemos propuestas de 35 comisiones y el tema ahora es cómo se integran todas las fuerzas que estaban representadas en el pacto en esta nueva etapa, tanto en la estructura de comando como por cierto, en los lineamientos programáticos. Habrá ahí, como ya lo hubo, distintas opciones. A mí se me presentaron varias y yo fui la que dije, ‘bueno, esta es la opción, por aquí nos vamos’, porque eso es lo que corresponde. Cuando uno decide ser candidata y va a ser quien represente al país, uno debe poner el acento, la priorización, el tono”, afirma.

Sobre el rol que jugará la DC y Andrés Velasco en la Nueva Mayoría, la candidata precisa que “la DC va a tener un espacio, así como los demás partidos y los independientes”, agregando que “mi idea es esencialmente sumar a todos quienes sientan que este proyecto los representa, y van a tener espacio porque hay mucha tarea que hacer, así es que muy bienvenidos van a ser todos”.

Respecto a cómo conciliará la convivencia DC-PC, Bachelet explicó que todos están de acuerdo sobre las grandes prioridades, pero deja en claro que si alguno tiene dificultades en cuanto a temáticas, entre ellos las tendrán que resolver, “pero yo voy a ser la que va a tomar la decisión, la que va a definir los énfasis del programa”.

La abanderada opositora también menciona que el país presenta desafíos que tienen que ver con lo que la centroizquierda siempre ha representado y es enfrentar la desigualdad, añadiendo que Chile ha progresado, pero “tiene una herida profunda que es la desigualdad, y esa desigualdad está ligada a que Chile puede más. Si estamos tan bien en la economía, entonces, ¿por qué seguimos con estas diferencias tan grandes? Yo no he hecho un giro ni a la izquierda ni a la derecha, sino un giro ciudadano”.

Bachelet explica también su posición respecto a la gratuidad de la educación, afirmando que cuando señaló que era regresivo se refería al actual sistema de financiamiento que es por el impuesto general, ya que “cuando se hace sobre impuestos generales, el que tiene más puede pagar y el que tiene menos no paga. Porque hoy día el sistema tributario es regresivo. Se ha visto que después que pagan impuestos no se genera mayor equidad”.

Y explica que “aquí estaría pagándose a través de ese impuesto. La solidaridad se estaría logrando y la progresividad también, porque quienes tienen más pagan los impuestos que tienen que pagar y pagan más que los que tienen menos (…). Ahora, la gratuidad es para los estudiantes… para que las universidades reciban recursos van a tener que firmar un convenio con el ministerio, que va a fijar un arancel fijo y no variable, como ahora. Deben ser universidades acreditadas, sin fines de lucro -como establece la ley- y eso tiene que asegurarse. Van a tener que firmar un convenio en el cual se garantiza el mismo arancel para todos si es que quiere recibir el dinero del Estado para que los estudiantes puedan estudiar gratis”.

Sobre la reforma constitucional, Bachelet señala que nunca habló de un mecanismo específico como la asamblea constituyente, sino que “había pedido opciones y que no descartaba ninguna. No descartar no significa ir por ese mecanismo”.

“Les pedí a los expertos que me entregaran opciones legítimas, basadas en la experiencia, en la tradición. Recibí cuatro. Obviamente, yo prefiero un cambio constitucional por las vías dentro del marco institucional. Creo que todos los cambios transformadores que Chile requiere tienen que hacerse con gobernabilidad democrática y dentro del marco institucional. Ahora, eso tiene un gran desafío, no sólo para un futuro presidente si yo soy electa, porque lo que va a pasar es que si el mundo parlamentario no va con los tiempos de lo que a la gente le está pasando, si no somos capaces de generar canales a esa expresión de la calle, la gente va a empezar a buscar otros mecanismos. Optar por un mecanismo institucional significa exigirle mucho más a ese marco institucional, de que responda a las necesidades de hoy”, agregó.

En ese sentido, la abanderada de la Nueva Mayoría expone que optar por el mecanismo institucional exige muchas cosas como madurez de la clase política, seriedad, mirar el país en que se está y hacerse cargo de lo que está pasando, pero “exige también hacer los esfuerzos máximos por obtener el mayor número de doblajes y esa es la apuesta que estamos haciendo ahora. Mirar cuál es el máximo número de doblajes en senadores y diputados, para avanzar en estas temáticas”.

“Tenemos contemplada la discusión del régimen político. No hemos avanzado en mayor detalle, pero hay propuestas que piensan que el sistema debiera ser no tan presidencialista… Está, obviamente, el sistema binominal, que hay que cambiarlo por uno proporcional ajustado, probablemente”, sostuvo.

Admite que su figura y su programa pueden concitar grandes expectativas, pero precisa que al lugar que ha ido ha explicado sus prioridades, pero “no basta con la voluntad mía, sino que se requiere la fuerza que permita que estos cambios se concreten y que es esencial elegir parlamentarios que se la jueguen”.

“El gran peligro no es hacerse cargo u oír a la gente, sino oír lo que pasa y no hacerse cargo de esos cambios (…). Las personas pueden perder popularidad, pero nunca he estado en esto de ser popular. Lo más importante, quiero insistir, es que yo jamás he hecho ofertones, sino que he dicho, “mire, esto debemos cambiar, pero no basta conmigo”. He insistido en que no se puede hacer todo en un gobierno de cuatro años, pero que se pueden asumir las tareas urgentes y estratégicas. He dicho que la gratuidad universal no se logra en cuatro años, sino que en mi gobierno, 70% de gratuidad… Las elecciones tienen que ver con los sueños y anhelos. Siempre hay expectativas, pero la única manera de que no se desborden es hablar con la verdad. Decir “esto es posible, esto otro no”, dijo.

Y advirtió a la clase política de que hay que hacerse responsable de los cambios y “si no somos capaces de hacerlos por la vía institucional y la gente empieza a tomarse las calles, aquí no va a ser responsabilidad de una presidenta, sino de un sistema político que es incapaz de responder a los desafíos que Chile tiene”.

“De mi parte, haré todo lo que corresponda, pero uno de los problemas que yo veo es una cierta ceguera de no hacerse cargo de que este país cambió”, espetó.

Bachelet también estima que los partidos políticos son importantes en la estructura de un país a pesar de lo vilipendiados que están y afirma que es necesario que estos vuelvan a representar a los sectores sociales, a las bases y estar más vinculados con los centros de masa, con las universidades y sindicatos.

“Más allá de todo lo que se puede hablar de los partidos políticos -nepotismo, falta de apertura, falta de aire fresco en las directivas-, creo que siguen siendo centrales en toda estructura. Requieren de una democracia sólida y tiene que avanzarse en mayor representatividad y cercanía. Es indispensable que vuelvan a representar a los sectores sociales, a las bases, a estar más vinculados con los centros de masa, con las universidades, los sindicatos. Se tiene que volver al terreno y hay que ampliar, renovar aire, traer nuevos liderazgos. Se requieren liderazgos con experiencia y nuevos liderazgos. Los partidos son esenciales, pero en el mundo actual la democracia no se agota en ellos: existen estas fuerzas sociales que si no tienen canales, por un lado de contención cuando lo requieren y por otro de expresión, lo que ven es la calle y la calle puede estallar en cualquier dirección, como vemos en Egipto”.

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