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Carlos Peña sale a defender ranking de notas y dice que es adecuado para superar diferencias de clase

Carlos Peña sale a defender ranking de notas y dice que es adecuado para superar diferencias de clase

«Así, pareciera que tomar en cuenta el ranking a la hora de asignar los cupos más valiosos del sistema universitario -compatibilizándolo con las pruebas estandarizadas- logra equilibrar bien los dos objetivos de un buen sistema de selección: la eficiencia y la justicia», sostuvo el rector de la UDP.


El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, salió en defensa del cuestionado «ranking de notas» asegurando que este «logra equilibrar bien los dos objetivos de un buen sistema de selección: la eficiencia y la justicia».

En su columna de El Mercurio, al académico reparó que «no es posible analizar el empleo del ranking o de cualquier otro factor, sin considerar previamente cuál es el sentido de los sistemas de selección a las universidades».

«En términos generales, los sistemas de selección persiguen dos objetivos distintos entre sí: por una parte, se trata de detectar a aquellos estudiantes que cuentan con una mayor probabilidad de éxito; por la otra, de asignar los cupos más valiosos del sistema en base a algún criterio que satisfaga la igualdad de oportunidades. El primer objetivo (seleccionar a los estudiantes con mayor probabilidad de éxito) está relacionado con la eficiencia; el segundo (asignar los cupos en base a algún criterio de igualdad) se relaciona con la justicia», consignó Peña.

«Si se tratara sólo de alcanzar el primer objetivo, el camino parece sencillo y fácil: bastaría seleccionar a los estudiantes en base a una escala ordinal de rendimiento en una prueba estandarizada suficientemente exigente. Como la experiencia muestra que los resultados de ese tipo de prueba se correlacionan, en términos generales, con el capital cultural de la familia y el origen socioeconómico (como dice Bourdieu, el capital atrae al capital), las universidades más selectivas podrían contar con los estudiantes de mayor conocimiento y aparentemente de mayor posibilidad de éxito», añadió.

«El problema –dijo– es que un sistema como ese, incluso si aceptáramos que es eficiente en el promedio, sería altamente injusto: el rendimiento en las pruebas estandarizadas –donde los puntajes se correlacionan con el origen– no expresa diferencias de inteligencia, sino diferencias de clase. Un sistema universitario que emplea esos sistemas de selección de manera predominante está preso de la ilusión meritocrática: trata los resultados de la cuna como si estos fueran atribuibles al desempeño de la gente».

«Así, entonces, se hace imprescindible –en una sociedad que quiere tratar con justicia a sus miembros– modificar el sistema de selección universitaria tratando que los cupos más valiosos del sistema sean en principio accesibles a todos, al margen de cuál sea su origen socioeconómico o el capital cultural de la familia a la que pertenezcan. ¿Existe un método semejante? El uso del ranking parece ser uno de esos métodos», acotó.

«Así, pareciera que tomar en cuenta el ranking a la hora de asignar los cupos más valiosos del sistema universitario –compatibilizándolo con las pruebas estandarizadas– logra equilibrar bien los dos objetivos de un buen sistema de selección: la eficiencia y la justicia», indicó el rector de la UDP.

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