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Mala evaluación del ex asesor de Insulza en la Fundación Cultural de Providencia suma nuevo foco de tensión a Josefa Errázuriz Eugenio Llona presentaría su renuncia a la alcaldesa que preside el directorio de la Fundación

Mala evaluación del ex asesor de Insulza en la Fundación Cultural de Providencia suma nuevo foco de tensión a Josefa Errázuriz

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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La renuncia de los directores de servicio de la Municipalidad de Providencia no habría sido una solicitud de la alcaldesa, sino una medida de presión de estos ex «hombres de confianza» para que la jefa comunal disponga la salida de los asesores de gabinete, quienes serían los responsables de «muchas decisiones contradictorias». La medida también buscaría el cese de funciones del secretario ejecutivo de la Fundación Cultural, quien tendría una mala evaluación por una gestión cultural invisible, propiciar un clima laboral hostil y por la ausencia frecuente a actos relevantes, tanto culturales como admnistrativos.


Se agrava la crisis en la Municipalidad de Providencia. A la polémica medida –que terminó ayer– de restringir el horario en la venta de alcoholes y a la renuncia de siete de los directores de servicio de la alcaldesa Josefa Errázuriz, se suma la mala evaluación en la Fundación Cultural de Providencia del ex asesor de José Miguel Insulza y hombre de confianza de Ricardo Lagos Escobar, Eugenio Llona Mouat.

Pese a que ayer la alcaldesa informara –mediante una comunicación oficial– que había pedido a siete de sus directores de servicios –ex hombres de confianza– que pusieran sus cargos a disposición, debido a la crisis que se generó por la impopular medida de restringir la venta de alcoholes en Providencia, fuentes al interior del municipio fueron enfáticas en aclarar que a estos directores nunca se les pidió la renuncia, sino, por el contrario, fueron estos los que presentaron su dimisión como un mecanismo de presión para exigirle a Errázuriz la salida de sus asesores en gabinete, Alejandro Canales; Ernesto Livacic, DC; y Hugo Rivas, ex PC, como asimismo que propusiera al directorio de la Fundación Cultural de Providencia solicitar la renuncia de Llona a la Secretaría General de la Fundación, entidad constituida recientemente en reemplazo de la ex Corporación Cultural de Providencia.

Estas renuncias –analizadas por los asesores de comunicación de Josefa Errázuriz, entre ellos Marcelo Trivelli, como una especie de “Golpe de Estado” al interior del municipio– serían el resultado de meses de inestable clima laboral, presuntamente derivado de “decisiones contradictorias y conflictivas” tomadas por los asesores, quienes habrían adquirido mucho poder, además de tener a la jefa comunal “absolutamente bloqueada y blindada”.

La crisis en el Municipio se hace extensiva también a la Fundación Cultural, donde la mala evaluación de Llona descansaría en tres puntos: una gestión “invisible” en términos culturales, un liderazgo que propicia una clima laboral hostil y por ausencias prolongadas tanto a eventos culturales de relevancia como a actos administrativos, por ejemplo, la defensa del presupuesto anual de cultura.

GESTIÓN DEFICIENTE E INVISIBLE

Eugenio Llona, periodista y asesor de prensa de José Miguel Insulza cuando era ministro del Interior en el gobierno de Ricardo Lagos, así como ex coordinador del Fondart, antes que se creara el Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, admite que la Fundación Cultural de Providencia efectivamente ha evidenciado problemas pero que estos se derivan de la “enorme dificultad que han tenido para constituir la institucionalidad cultural de Providencia”. Cita, a modo de ejemplo, que después de meses de no contar con los estatutos de la Fundación que reemplazó a la ex Corporación Cultural de Providencia, calificada como el último bastión de Cristián Labbé, y debido a la burocracia institucional “y normal en cualquier parte de este país”, que significó que se retrasara varios meses la constitución del directorio, “recién en el mes de septiembre” se contó con los fondos para ejecutar obras.

Pero aparte del retraso burocrático “que de ninguna manera responsabilizaría al Municipio o al Concejo de los hoyos que hemos tenido en el camino” y que impactaría en la asignación de recursos, Llona opina que esta supuesta mala gestión, a su modo de ver, sería en rigor una falta de “difusión” de las actividades, emanadas del criterio de no comprar publicidad para promocionar los eventos.

Las críticas, sin embargo, a su gestión apuntan en sentido contrario. Estas, más bien, atribuyen a que el problema no estaría en la difusión sino que en la planificación de las actividades, alguna de ellas lanzadas comunicacionalmente con “bombos y platillos” y prácticamente como fruto de una gestión edilicia. Así es el caso de la frustrada acción cultural que realizaría en Providencia el destacado fotógrafo Spencer Tunik, que en junio de 2002 fotografió a más de 4.000 chilenos desnudos en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes.

El 13 de octubre de 2013, en el Palacio de la Minicipalidad de Providencia, se realizó una conferencia de prensa, a la que asistió la propia alcaldesa, donde se comunicó que la próxima actividad del fotógrafo en Chile se haría en Providencia, durante el 2014. Este trabajo, se dijo en su oportunidad, sería parte de una labor documental que realizaría el canal de cable ARTV.

Se anunció que la visita del fotógrafo se realizaría en diciembre de 2014, situación que finalmente no ocurrió.

Si bien Llona informó en abril de este año –cuando se reabrió el Palacio Schacht– que la visita de Tunik sería una de las grandes actividades de la Fundación, el mismo secretario ejecutivo dijo al El Mostrador Cultura+Ciudad, que la actividad nunca fue planificada por la Fundación sino que era una iniciativa privada de ARTV y que con ellos se frustró la actividad.

“Nosotros no trajimos a Tunik, lo hizo Providencia Televisión, que tiene a Zona Latina y ARTV, entre otros canales. Nosotros lo que hicimos fue invitarlo a Providencia y que, en el caso de que viniera a Chile, tomara fotografías aquí. Ahora el manager le comunicó al canal de televisión que no iba a venir en diciembre como se habría comprometido”, dice Llona, quien señala que debido a la agenda del fotógrafo “seguramente realiza muchas conferencias en el mundo diciendo que viene en diciembre”.

Otra de las actividades que se señala como ejemplo de errores de gestión de Eugenio Llona, tiene que ver con las Semanas Musicales. En la sesión de Concejo del 7 de octubre de 2014 el concejal Jaime Parada, presidente de la Comisión de Cultura de la entidad, cuestionó que no se haya realizado la Segunda Semana Musical de Providencia, en circunstancias que esta se había anunciado con mucha publicidad cuando se realizó la primera de este tipo de actividades en diciembre del año pasado. “Al no haberla no se puede sino pensar que hay una serie de desprolijidades no solamente de orden presupuestario sino también de orden programático”. Llona, al respecto, aclara que la respuesta es simple: “No se tuvo los recursos”.

Las críticas además se extienden al Parque de las Esculturas de Providencia, y a su sala de exposiciones, donde no se han realizado actividades relevantes, siendo subutilizado uno de los espacios más emblemáticos de la comuna, como asimismo se destaca el retraso en la restauración de varias de las esculturas presentes en el lugar y que saltan a la vista ante un paseo cotidiano por el parque.

CLIMA HOSTIL

Tal como se afirma que en el Municipio se vive en un clima laboral inestable, Llona, frente a las críticas que sostienen que en la Fundación es aún peor la situación y que el equipo de trabajo se halla “resentido y asustado” y que “estaría pasándolo pésimo”, el gestor cultural lo niega tajantemente, dice que no le consta, que nunca se le ha hecho saber de manera formal y que, muy por el contrario, el ambiente en la Fundación es de “mucha cordialidad y confraternidad”.

Esta evaluación que hace el secretario ejecutivo de la Fundación, dista mucho de la experiencia vivida por un buen número de sus trabajadores, esencialmente mujeres, quienes sostuvieron una reunión privada el pasado 22 de octubre a las 9 de las mañana con la alcaldesa Errázuriz. En esa cita, las presentes manifestaron a la jefa comunal que Eugenio Llona “había implantado un liderazgo basado en las divisiones, que existía acoso laboral, y que en ciertos tratos dispensados a algunas funcionarias podría haber incluso acoso sexual”.

El resultado de la cita, aclaran diversas fuentes, no habría sido el esperado y que, en lugar de tomar cartas en el asunto, la alcaldesa habría “hecho visto gorda” y habría sugerido a las funcionarias “darle una segunda oportunidad” a Llona.

AUSENCIAS

Otro de los motivos que también estarían incidiendo en el mecanismo de presión de los directores de servicios para forzar la solicitud de renuncia de Llona a la Fundación, estaría en las continuas ausencias a diversas actividades municipales, tanto culturales como administrativas y que habrían sido observadas como “exceso de confianza” y “subestimación del trabajo de sus colaboradores” y “faltas de respeto”.

Dentro de estas inasistencias, la que se considera más grave es su inasistencia a las sesiones de Concejo en que debería defender el presupuesto anual de Cultura.

Al respecto, Llona explica que a la reunión de este año no pudo asistir porque se encontraba con licencia médica, “que es un derecho de todo trabajador de este país” y que su ausencia en la sesión del 2013 “fue una coincidencia”.

“Es posible que el señor Llona haya tenido algún problema, nadie está eximido de circunstancias involuntarias como un accidente, pero en el caso del secretario ejecutivo de la Fundación cultural, lo que uno puede observar es un patrón, una actitud deliberada de no cumplir con sus obligaciones”, señala enfático Parada, unos de los más firmes detractores del director ejecutivo de la Fundación, y quien, además, condicionó la aprobación del presupuesto de 2015 a la asistencia “personal” del jefe de la Fundación.

TEATRO ORIENTE

Otro de las situaciones que acentuarían esta falta de confianza en la capacidad de gestión de Llona, estaría en que la actual administración del Teatro Oriente –uno de los edificios más emblemáticos en materia cultural de Providencia– y que fuera cedida hace poco en comodato a la Municipalidad, no estaría a cargo de la Fundación, como era lógico de esperar, sino que, por el contrario, estaría en manos de la Administración Municipal, quedando adicionalmente bajo la tutela del asesor financiero externo de la alcaldesa, el DC Ernesto Livacic, quien aparece vinculado al lucro en la Universidad Central al intentar vender la casa de Estudio a la Concesionaria de Autopistas Norte Sur.

Será, entonces, la Administración Municipal, sin experiencia en gestión cultural, la que deberá crear el proyecto que defina el horizonte artístico del teatro, ya que el presupuesto para la habilitación de este recinto quedó sujeto por el Concejo contra presentación de un proyecto cultural.

Eugenio Llona, en tanto, y más allá de que cuestione las críticas a su gestión, adelantó que presentará a la alcaldesa, en su calidad de Presidenta del directorio de la Fundación –tal como lo han hecho los directores de servicio–, su renuncia para que se analice su continuidad.

 

 

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