Candidato a presidente del PS cree que tema «no se va a cerrar en mucho tiempo»
El ex senador cuestionó que el ministro, cuatro días después que se hiciera público el negocio de la empresa Caval, el 6 de febrero, les señalara a los periodistas que no había leído «la información de prensa en relación al caso». Y consideró poco entendible que al día siguiente el titular del Interior se tomara vacaciones. «Para ser muy franco, no lo puedo entender», dijo.
El ex senador y actual candidato a la presidencia del Partido Socialista, Camilo Escalona, criticó el desempeño del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, en el caso Dávalos, indicando que fue incapaz de «dimensionar» una situación que, a su juicio, terminó por comprometer «la legitimidad del gobierno en la lucha contra la desigualdad».
En una entrevista con Canal 13, recordó que después que revista Qué Pasa publicara, el 6 de febrero, el reportaje que dejó al descubierto el millonario negocio de la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, Natalia Compagnon, transcurrieron cuatro días para que el jefe de gabinete abordara el tema con la prensa, oportunidad en la que, sin embargo, aseguró que no había leído la información de prensa al respecto.
“Yo le critico que no hubo una respuesta inmediata. Cuatro días después en una entrevista de prensa, consultado por los medios, el ministro del Interior señala que no ha leído la información de prensa en relación al caso. O sea, es tardía la capacidad de enfrentar una situación que iba a tener dimensiones insospechadas. Entonces, yo creo que no hubo la capacidad de dimensionar la situación que se iba a producir. Y no me resulta entendible que, inmediatamente después, el ministro del Interior se haya ido de vacaciones. Para ser muy franco, no lo puedo entender», dijo Escalona.
Para el ex senador, el caso que terminó con la salida del hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos, de la dirección Sociocultural de la Presidencia, irremediablemente dificultará los esfuerzos del Ejecutivo para sacar adelante su agenda de reformas y aseguró que este episodio, sumado también al Caso Penta, da lugar para que la probidad se convierta en un nueva reforma estructural.
«Nosotros tenemos que hacer un gran esfuerzo para sacar adelante la Reforma Educacional ahora, resolver el problema de la carrera docente, enfrentar el tema de la Reforma Laboral que no se ve fácil, los temas de discusión de la regionalización, el problema de las AFP. Es decir, hay un conjunto de aspectos que son nudos muy complejos, difíciles de resolver, porque involucran un factor no sólo político, sino que también institucional y valórico. Frente a todos esos factores siempre entonces se va a decir, ‘bueno, mire, acuérdese del Caso Caval’”, dijo.
Asimismo, reconoció que «el tema mismo no se va a cerrar en Chile por mucho tiempo. Primero, no se han generado todavía las iniciativas legales que permitan romper la cohabitación entre la política y los negocios, porque la situación que se abre en nuestro país se refiere al Caso Caval, como le ha llamado la prensa, y al Caso Penta, un profundo cuestionamiento al sistema político por su lentitud e incapacidad hasta ahora de haber garantizado mecanismos de financiamiento de la actividad política que no pongan en duda lazos o mecanismos de dependencia respecto del empresariado o de algunas figuras del empresariado que puedan ser determinantes en el quehacer económico del país. Para eso se tiene que generar una batería de disposiciones legales que en el Congreso Nacional sean aprobadas».
Para enfrentar el escenario, el ex senador PS cree que es el propio Gobierno «el llamado a realizar una acción institucional que permita fortalecer la popularidad de la Presidenta de la República y la propia autoridad del Gobierno y para eso es esencial que pueda proponer un paquete de reformas, es decir, la probidad pasa a ser una nueva reforma estructural. Eso desde mi punto de vista de la consecuencia. Acá el programa presidencial habló de una Reforma Educacional, una Reforma Tributaria y de la reforma política como reformas estructurales. Es evidente que aquí se ha instalado una nueva reforma estructural: la lucha por la probidad, contra la corrupción. Y el Gobierno tiene que ser capaz de enfrentar esta situación».
Camilo Escalona dice que entre los cambios debe incluirse la reducción de la dieta parlamentaria, propuesta que asegura haber impulsado hace años junto a Marcelo Schilling, sin que prosperara al interior del PS, misma que también sin éxito plantearon los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric. «Yo sé que eso es difícil (…) pero ahora el clima de opinión pública cambió. Yo creo que es evidente que una parte del problema es que la política no sea vista como privilegio, o sea, el que quiera participar en política está capturando una posición de privilegio, eso se tiene que resolver, entre otras medidas, logrando reducir la dieta parlamentaria».
Consultado sobre la renuncia de Dávalos y Compagnon al Partido Socialista, que se concretó después que la tienda los pasara al Tribunal Supremo, consideró que no les quedaba «ninguna otra posibilidad» y consideró que si eventualmente devolvieran la millonaria ganancia que les dejó el negocio en la Sexta Región, «para mí sería un paso que sí efectivamente sería valorado».
