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Guarello despotrica contra la Maratón de Santiago y la califica de «una genialidad como modelo de negocios»

Guarello despotrica contra la Maratón de Santiago y la califica de «una genialidad como modelo de negocios»

«Cobro por usar las calles públicas, discrimino a los que no pueden pagar 30 mil pesos, aprovecho la subvención del estado (no doy nada a cambio) y, por si el resultado deportivo es corneta, me aseguro con un buen maratonista africano y salvo las apariencias. Además, como soy corporación, no pago impuestos», dijo el periodista deportivo.


El periodista deportivo Juan Cristóbal Guarello diparó contra la Maratón de Santiago, evento deportivo que ha venido consolidándose en los últimos años y que el domingo pasado congregó a más de 28 mil competidores en el centro de la capital.

En una columna publicada en el portal As.com bajo el título «Pagar para Correrla», Guarello no dudó en calificarla como un mero «modelo de negocios» que, pese a su popularidad, no se ha traducido en el surgimiento de mejores corredores nacionales.

De hecho, asegura que cuando hace décadas se trataba de un evento gratuito, se conseguían mejores marcas que las alcanzadas actualmente.

«Un veterano de fondista, antes de que el irritante anglicismo ‘running’ nos fundiera el cerebro, contaba en el diario Las Últimas Noticias cómo el antiguo maratón de Santiago, auspiciado por Química Höechest, era de inscripción gratuita. El único requisito era presentar un certificado médico (ahora se firma un papel desligando a los organizadores sobre cualquier problema de salud). Todo lo demás corría por parte de los auspiciadores y Digeder, incluso el Gatorade, los plátanos y los llaveritos de recuerdo. En ese maratón sin pretensiones, sin zalagarda y sin vivarachos forrándose, un fondista como Omar Aguilar rondaba las dos horas y quince minutos; otros, como Alejandro Silva, andaban cerca. No salían en la tele ni los transmitían en vivo, pero hacían registros de nivel».

«En la última versión, como 28 mil personas en la calles, el mejor chileno anduvo por las dos horas y 21 minutos. Una marca digna de los años sesenta. El veterano José Ramírez, con zapatillas de lona, hacía ese crono. Claro, no habrá buenos corredores chilenos, pero la vida social es espectacular, con una pléyade de actores, conductores de televisión, estrellas de reality shows, políticos empeñosos y pintamonos profesionales. En ese rubro, este evento ‘running’ se pasea a Lollapallooza. Sale hasta en revista Cosas… Miren qué loco, cuando era un maratón común y corriente, sin publicidad ni caja registradora, los registros de los chilenos estaban para los Juegos Panamericanos. Ahora que es una marca, ‘Maratón de Santiago’, tienen que traer corredores de Kenia o Perú para no hacer el ridículo».

Finalmente afirmó que se trata de «una genialidad como modelo de negocios: cobro por usar las calles públicas, discrimino a los que no pueden pagar 30 mil pesos, aprovecho la subvención del Estado (no doy nada a cambio) y, por si el resultado deportivo es corneta, me aseguro con un buen maratonista africano y salvo las apariencias. Además, como soy corporación, no pago impuestos».

Y concluyó: «Llamativo, desde que comenzaron los maratones de Santiago como negocio, no ha salido un solo maratonista chileno decente. No digo uno bueno, sólo decente».

Lea la columna completa aquí.

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