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Trabajadores que negociaron colectivamente en 2013 no alcanzaron el 1% en reajustes salariales

La reforma laboral ha desatado controversias en las últimas semanas. Mientras el empresariado atacó el proyecto de ley reclamando que su aprobación traerá un impacto negativo en la economía, los sindicatos de trabajadores acusan un escueto cambio de la legislación actual. El debate se concentra en el remplazo en huelga, la negociación colectiva y la negociación por rama. Un estudio de Fundación Sol en esta materia revela los precarios números de los derechos colectivos de los trabajadores en Chile y que en estas áreas el país marca la excepción a la regla.


Más de 800 indicaciones se presentaron al proyecto de la reforma laboral que está siendo actualmente tramitado por la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. La piedra de tope fue la promesa que hiciera en marzo la ministra Blanco –y que causó inmediata reacción del empresariado- sobre la “posibilidad” de incluir y discutir sobre la negociación por rama en el Parlamento, lo que quedó totalmente descartado, principalmente, según afirmó la ministra, porque tienen la “convicción” de que esta medida pondría en “serio riesgo” el crecimiento económico. De este modo el ministerio del Trabajo y de Hacienda rayó la cancha al oficialismo y les informó que las modificaciones que se hagan serán  “dentro del marco del proyecto”, quedando también fuera de la discusión el cambio a las indemnizaciones.

Desde la CUT y otros organismos sindicales criticaron  esta decisión,  mientras que el empresariado adelantó una ofensiva a través de un video que cuestiona duramente la reforma, acusando que de aprobarse generaría un desequilibrio hacia los trabajadores a la hora de negociar.

Fundación Sol realizó el estudio denominado “Sindicatos y Negociación Colectiva: Panorama Estadístico Nacional y Evidencia Comparada”, donde se expone el estado actual de los derechos colectivos de los trabajadores en Chile y se concluye fundamentalmente que el plan laboral creado en 1979 minimizó por completo este tipo de derechos laborales. Esto enfocado principalmente en dos derechos colectivos fundamentales: el debilitamiento de la negociación colectiva y la desaparición de la negociación por rama.

Según el estudio de los economistas Gonzalo Durán y Marco Kremerman, estas medidas han tenido un fuerte impacto en la desigualdad distributiva, debido a la incapacidad de los trabajadores a la hora de negociar sus derechos colectivos, impidiéndoles mejoras sustanciales en sus ingresos, provocando un desincentivo a la sindicalización. Dentro de este aspecto, el estudio demuestra que en los años 2014 y 2013 el promedio de los reajustes salariales tras negociaciones colectivas no logró superar el 1%.

Para la Fundación Sol, el plan laboral de 1979 ha disminuido los instrumentos colectivos a partir de la acción de cuatro factores: el debilitamiento de la huelga a través del remplazo; el incentivo al paralelismo sindical que debilita la negociación de los sindicatos; la despolitización sindical y la minimización de las facultades de la negociación colectiva.

El estudio revela que en 1991 la sindicalización a nivel nacional alcanzó un 18,2%; 22 años después, en 2013, se redujo a 14,2%. Incluso, en el desglose por regiones, Los Lagos, Maule, Coquimbo y La Araucanía tienen menos de un 10% de sindicalización. La atomización sindical se expresa en la existencia de 10.964 sindicatos activos, donde el 50% de ellos tiene 37 o menos socios.

[cita] En cuanto a la negociación colectiva, la investigación observa una constante precarización y escasa cobertura. Esta ha ido disminuyendo progresivamente, si en 1991 alcanzaba el 11,7%, en 2013 solo llegó a un 8,4%. Además de la baja cobertura en la negociación colectiva, se ha registrado un aumento en los trabajadores cubiertos por convenios colectivos, forma de negociación que no tiene derecho a huelga. En los últimos 22 años los trabajadores cubiertos por convenio han aumentado de un 12,8% a casi un 30% del total de los trabajadores que negocian.[/cita]

En cuanto a la negociación colectiva, la investigación observa una constante precarización y escasa cobertura. Esta ha ido disminuyendo progresivamente, si en 1991 alcanzaba el 11,7%, en 2013 solo llegó a un 8,4%. Además de la baja cobertura en la negociación colectiva, se ha registrado un aumento en los trabajadores cubiertos por convenios colectivos, forma de negociación que no tiene derecho a huelga. En los últimos 22 años los trabajadores cubiertos por convenio han aumentado de un 12,8% a casi un 30% del total de los trabajadores que negocian.

En este último punto, el estudio da un dato demoledor: “Si consideramos los asalariados que gozan de negociación colectiva en 2012 y 2013 y los comparamos con lo asalariados que estaban protegidos por la negociación colectiva en 1990 y 1991, se constata una enorme diferencia en los ritmos de crecimiento. Los protegidos por contratos colectivos de trabajo crecen en un 34,1 %, mientras que los que tienen convenios colectivos lo hacen en un 271 %. El aumento en la incidencia de los convenios por sobre los contratos es una forma de ‘precarizar’ –aún más– el proceso de negociación colectiva”.

CHILE, COMO SIEMPRE, LA EXCEPCIÓN

El estudio de la Fundación Sol realizó un análisis comparativo entre Chile y otros países de la OECD. De los 23 países de los que la fundación obtuvo información, 21 cuenta con negociación colectiva, pudiendo negociar por rama de actividad. Chile se presenta en este aspecto como un “caso excepcional”.

En los países donde existe la posibilidad de negociar por rama, es donde se registran los niveles más altos de cobertura, superando el 60%, destacando dentro de esos países Alemania, Noruega, Dinamarca, Islandia, Suecia, Eslovenia, Finlandia, Austria, Bélgica y Francia. Solo en Chile y Nueva Zelanda se aplicaron cambios estructurales en el grado de centralización de la negociación colectiva, transitando desde la negociación por rama a otra donde exclusivamente se es por empresa.

Al mismo tiempo, en cuanto a los trabajadores con negociación colectiva, el estudio confirma que cuando existe la posibilidad de negociar sectorialmente, es decir, por rama de actividad, es cuando se obtienen los mejores resultados en torno a los trabajadores cubiertos con contrato colectiva. Por ejemplo, en Alemania existe un 59% de trabajadores con contrato colectivo, mientras que en Holanda alcanza un 81% y el caso más alto es el de Austria con un 95%. Por el contrario, los sistemas más débiles son aquellos en que la negociación colectiva concurre exclusivamente a nivel de empresas, siendo Chile, Estados Unidos y Japón, los ejemplos más claros con un 20%, 14% y 8%, respectivamente.

Respecto del remplazo en huelga, en casi la totalidad de los países de la muestra (OECD), el remplazo se encuentra prohibido o bien altamente restringido. Finalmente, el estudio concluye que, de acuerdo a la literatura y la evidencia recogida, existe una relación causal entre negociación colectiva y distribución del ingreso. Mientras más alto es el número de trabajadores sindicalizados y/o que negocian colectivamente, menos es la desigualdad observada en cada país.

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