Publicidad
El efecto “Hiroshima y Nagasaki” en la Fiscalía tras nominación de Jorge Abbott En el Ministerio Público se daba por sentado que José Morales sería el candidato del gobierno

El efecto “Hiroshima y Nagasaki” en la Fiscalía tras nominación de Jorge Abbott

Nadie se esperaba que La Moneda se la jugara por Abbott. Al interior del organismo comentan que el candidato seleccionado por el gobierno tiene un perfil político, que genera “menores reticencias” entre los fiscales que los otros postulantes, que es “conciliador”, “dialogante” y “cauteloso”, atributos que lo diferencian de su actual jefe, Sabas Chahuán, y que juegan a su favor en la interna. En la vereda opuesta, entre los abogados más reputados de la plaza y que defienden a varios de los involucrados en las causas de platas políticas, rechazan su nombramiento.


Hasta ayer al interior de la Fiscalía se vivía una verdadera guerra civil. La carrera por suceder al actual Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, había polarizado las posturas y dos eran los nombres que aparecían como favoritos para ser nominados por el gobierno al Senado: José Morales y Raúl Guzmán.

Los fiscales sabían de la buena llegada de ambos con los senadores, y por lo mismo sus partidarios estaban confiados de sus posibilidades, las que se desvanecieron cuando este jueves al mediodía la Presidenta hizo pública su preferencia: Jorge Abbott Charme, 67 años, abogado de la Universidad Católica de Valparaíso y actual Director Ejecutivo Nacional de la institución.

La inquietud en los equipos de Morales y Guzmán comenzó la tarde del miércoles, cuando desde el Congreso comenzaron a llegar señales que afirmaban que el nombre de Abbott había cobrado fuerza y que era probable que sus candidatos quedaran en el camino.

¿Las razones? En el caso de Raúl Guzmán el haber intercedido en favor de un funcionario de la PDI acusado de torturas y el que su padre y su tío estén vinculados a una causa de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. El otro favorito del Senado, José Morales, vio mermadas sus posibilidades por haber aparecido como “el candidato” de los senadores, por sus vínculos con los abogados más poderosos de la plaza –varios de ellos contraparte del Ministerio Público en los casos de platas políticas– y por las versiones que apuntaron a que quienes promovieron su nombre en el Congreso prometieron “flexibilidad” en los casos de aportes irregulares a la política.

Al interior del organismo hicieron una analogía bélica para explicar la reacción de los partidarios de Morales y Guzmán al conocer la decisión del gobierno: “Fue como Hiroshima y Nagasaki”, dijeron, en relación con las dos bombas nucleares que al explotar en las ciudades japonesas significaron el fin de la Segunda Guerra Mundial.

PÁNICO Y FRUSTRACIÓN EN LA CENTRO NORTE

Este jueves y viernes se celebra el aniversario del Ministerio Público, y en el recinto donde funciona la Fiscalía Centro Norte hubo una celebración privada, en la que no participó José Morales, encargado de la Unidad de Alta Complejidad de esa Fiscalía Regional. Fuentes que presenciaron la fiesta aseguraron que el candidato “se mantuvo encerrado en su oficina hasta que habló la Presidenta. Luego salió de esta, no habló ni saludó a nadie, tomó su auto y se fue rápido”.

La frustración de sus partidarios fue grande. Hasta la noche del miércoles se intentaron gestiones para “amarrar” la nominación de Morales mediante el envío de una serie de correos electrónicos a quienes forman parte de la Asociación de Fiscales, para posicionarlo como “el candidato” de los persecutores, y quien supuestamente les daba más garantías para instalar una carrera funcionaria.

La maniobra fue una reacción luego de que la semana pasada se supiera que varios fiscales estaban en “estado de alerta” ante la inminente elección de Morales, ya que no eran pocos los que veían con resquemor su posible llegada a la jefatura máxima de la institución. Según información a la que pudo acceder El Mostrador, en reuniones informales de los equipos más relevantes de investigadores se acordó tomar medidas drásticas en caso de que el postulante se hiciera de la jefatura y le cambiara el rumbo a las indagatorias.

Los correos fueron un intento por contrarrestar la idea de que Morales causaba “división” al interior del organismo. Pero la maniobra no tuvo resultados. A esa hora la Presidenta Bachelet ya había firmado el oficio que instalaba a Jorge Abbott como su candidato para suceder a Sabas Chahuán.

LA BUENA IMAGEN DE “DON JORGE”

Varias fuentes del Ministerio Público coinciden en que en medio de la guerra civil interna desatada por la postulación al cargo de Fiscal Nacional, Abbott es un nombre que entrega ciertas garantías. Aseguran que es respetado por los funcionarios, que tiene un aura de “estadista” y, lo más importante, que tiene un manejo político del que carece el resto de los candidatos.

Cuando joven militó en la DC, de la que se fraccionó para pasarse al MAPU, el ala de izquierda de la falange que se unió a la Unidad Popular de Salvador Allende. Pero del 11 de septiembre de 1973 en adelante separó filas de sus ex compañeros y se dedicó a desarrollar su carrera profesional. A pesar de eso, quienes lo conocen afirman que nunca perdió el olfato político.

Es primo del ex canciller de Sebastián Piñera, Alfredo Moreno Charme, quien llegó a encabezar el comité de crisis del grupo Penta, cuando el caso por el financiamiento irregular de la política recién comenzaba. Durante muchos años los hermanos Moreno Charme veranearon en la casa de los Abbott Charme en Viña, a la que también llegaban otras ramas de primos Charme. Además, Jorge Abbott es primo del director del Servel, el abogado Eduardo Charme Aguirre, sindicado como cercano al gremialismo y a su fundador, Jaime Guzmán, pero él no pasaba los veranos en la casa viñamarina de los Abbott.

La prensa lo ha consignado como “continuador” de la administración de Chahuán, algo que es matizado al interior de la Fiscalía, donde dicen que tiene “varias diferencias” con este, y que “Abbott es más que Chahuán”, por lo que sería el actual jefe del Ministerio Público el que se acercó al abogado y no al revés.

Una de las acciones que lo diferenciarían, según señaló en privado a sus cercanos -entre ellos a los fiscales de Valparaíso-, es que no concentraría él las causas de platas políticas. Por el contrario, haría una “distribución” de estas y pondría a la cabeza de las indagatorias a diferentes fiscales regionales a quienes “involucraría más” en las causas. Bajo esta lógica, quienes sean nombrados jefes de las fiscalías Oriente y Occidente de la Región Metropolitana –cuyos cupos deben renovarse en los próximos meses–, serán de suma importancia.

[cita] “Es malo para las defensas de los políticos imputados. Pésimo, en verdad. Es un continuador de Sabas Chahuán y con agenda propia, al margen de acuerdos políticos. Me da la idea que va a seguir con fuerza las causas penales contra políticos”, afirma un penalista que defiende a uno de los imputados en el caso SQM. Agrega que cree que Bachelet se blindó con la prensa y la calle y mandó un nombre duro al Congreso “y que el Senado se las arregle como pueda; ella queda bien de momento y pone al Senado en una posición imposible”.[/cita]

Otra diferencia con Chahuán, señalan las mismas fuentes, es su distancia con la práctica conocida como “las sillas musicales”, en la que un fiscal regional –que tiene un límite de ocho años seguidos en el mismo cargo– se cambia de región antes que se venza su plazo, para así eternizarse en el Olimpo del Ministerio Público. Es conocida la cercanía de Chahuán con Alberto Ayala, el polémico ex fiscal oriente que ahora figura en Antofagasta. De ser ratificado por el Senado, Abbott le pondría un freno a esa práctica, indican en el organismo.

También hay quienes señalan que Abbott es más conciliador a nivel de relaciones internas en la Fiscalía y destacan sus capacidades para “construir” relaciones, su cautela y su inteligencia, agregan quienes celebran la selección por parte de La Moneda del abogado de 67 años. Todos rasgos, dicen, que lo diferencian de Chahuán y que lo hacen el candidato con menor rechazo entre los grupos que conviven al interior de la institución. Pese a lo anterior, está involucrado en una queja presentada por la Fenamip ante la OIT contra el Estado de Chile por prácticas antisindicales.

UN “PLOMO” PARA LAS DEFENSAS

“Es malo para las defensas de los políticos imputados. Pésimo, en verdad. Es un continuador de Sabas Chahuán y con agenda propia, al margen de acuerdos políticos. Me da la idea que va a seguir con fuerza las causas penales contra políticos”, afirma un penalista que defiende a uno de los imputados en el caso SQM. Agrega que cree que Bachelet se blindó con la prensa y la calle y mandó un nombre duro al Congreso “y que el Senado se las arregle como pueda; ella queda bien de momento y pone al Senado en una posición imposible”.

Otro que defiende a imputados en los casos SQM y Penta asegura que “no cambia nada el panorama quien sea el fiscal, porque los que resuelven son los tribunales, no el fiscal”.

“Yo hubiera preferido a alguien más joven y con respeto dentro de la institución, alguien que se hubiera formado con la reforma procesal penal. Vamos a ver cómo Abbott maneja los egos de los fiscales que se creen estrellas; los únicos que controlaban a (Carlos) Gajardo eran Chahuán y Alberto Ayala, pero Ayala se va a Antofagasta”, apunta un abogado que defiende a dos clientes imputados por platas políticas. Opina que Abbott hace mucho tiempo no lleva causas, y que este era el minuto de que alguien con una carrera como fiscal adjunto, jefe y regional hubiese culminado como Fiscal Nacional. “Cuando quieres llevar adelante una organización tienes que haber pasado por todos los niveles. No genera el mismo nivel de autoridad alguien que no sabe cómo funciona el día a día. Me gustaría un fiscal que fuera a Los Lagos o a Sierra Gorda y se preocupe de cuántas secretarias hay, cómo están recibiendo a los testigos y a las víctimas, que el funcionario público se hubiera sentido identificado y tuviera admiración por su Fiscal Nacional”.

Publicidad

Tendencias