“Está en nuestra esencia superar la dialéctica estado-mercado, lo nuestro es también la construcción de comunidad o la acumulación de mayor capital social”, dice la carta de un grupo de militantes DC encabezados por Yasna Provoste, Gabriel Silber, Aldo Cornejo y Patricio Vallespín.
Un grupo de militantes de la Democracia Cristiana entre ellos los diputados Yasna Provoste, Mario Venegas, Gabriel Silber, René Saffirio, Patricio Vallespín, Ricardo Rincón y Aldo Cornejo, socializaron una carta cuestionando a una fracción de connotados democratacristianos reunidos en torno al grupo “Progresismo con progreso” que ha formulado severas críticas a distintas iniciativas del gobierno, entre ellas la Reforma Laboral.
“Sorprende la similitud de sus argumentos críticos con los esgrimidos por sectores de derecha durante el actual período de tramitación legislativa”, reza el texto para luego seguir diciendo que “argumentar que esta Reforma Laboral pone en riesgo el crecimiento de la economía, la creación de empleos y la capacidad para incrementar los salarios en el largo plazo es lo que hemos escuchado de parte de la derecha y de algunos sectores empresariales. Es por lo demás el mismo argumento que conocimos al inicio de nuestra transición democrática cuando el presidente Aylwin propuso reformas en el ámbito tributario y laboral, entre otras, y que la realidad demostró ser falsos pues el país creció a tasas históricas en la década de los noventa, lo que sólo se detuvo por efectos del contagio de la crisis asiática”. Argumento que terminan calificando de “simplista”.
Con respecto al polémico punto de no reemplazo interno en huelga, los falangistas aseguran que es demonizado por el ala más conservadora de la DC que al mismo tiempo omite “que en los países europeos donde este se ha permitido por vía de decisiones judiciales particulares, los sindicatos pueden votar huelgas sorpresivas sin previo aviso a los empleadores y que el proyecto del gobierno considera, en el peor de los casos, un plazo mínimo de 55 días antes de que ésta se haga efectiva. Omiten también que en la mayoría de estos países existe la negociación colectiva por rama o sector de actividad. Si no ¿cómo se explica sus altas tasas de cobertura en negociación colectiva?”, continúa diciendo.
El texto asegura además que el grupo liderado por Mariana Aylwin comparte “el argumento de la derecha al estigmatizar esta reforma como una reforma sindical por no incluir una modernización de los programas de capacitación laboral y que apunte directamente a incrementar la productividad de los trabajadores y sus ingresos, obviando que la actual reforma laboral sólo busca perfeccionar nuestra actual legislación en materia de derechos colectivos para alcanzar un mayor equilibrio de poderes entre la parte trabajadora y empleadora al interior de las empresas”.
La carta luego esgrime que no sólo razones técnicas determinan su disposición favorable a la Reforma Laboral, sino también principios y convicciones que los alientan como democratacristianos. “Está en nuestra esencia superar la dialéctica estado-mercado, lo nuestro es también la construcción de comunidad o dicho en lenguaje moderno, la acumulación de mayor capital social”, dice luego y enfatiza en que “el temor al cambio es propio y consustancial a la derecha chilena y, por lo mismo, muy lejano al pensamiento e historia de la Democracia Cristiana”.
“Siempre es bueno recordar, que el contrabando ideológico y la contaminación técnica a nadie favorecen. Es más probable que se legisle mal si no hay espacio para un diálogo serio y constructivo a que si, por lo contrario, nos damos la oportunidad de escucharnos y abrirnos a la razón del otro. Varias de las indicaciones del Ejecutivo son una prueba de ese espíritu”, dice la carta respecto a la discusión del proyecto del gobierno.
En cuanto al costo económico de la reforma, el documento firmado por 34 falangistas señala que “cuantas barbaridades se han tenido que escuchar en nombre del crecimiento económico. En qué quedó el consenso manifestado en la elección presidencial pasada en el sentido que debíamos reforzar la búsqueda de una mayor igualdad sin descuidar el crecimiento económico, dejando así atrás definitivamente el paradigma neoliberal de la dictadura”.
Para finalizar su defensa a la Reforma Laboral y fortalecer su cuestionamiento a los argumentos esgrimidos por los pro “Progresismo con progreso”, los diputados y dirigentes DC aseguran que reivindican la iniciativa “para ser fieles con la historia del partido y de sus grandes líderes sindicales como son Manuel Bustos, María Rozas y Pepe Ruiz Di Giorgio”.
