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Águila revienta a los cabildos y critica “la ilusión despolitizadora” y “la didáctica cívica de ‘animalitos animados’ infantilizadora de los ciudadanos” Analista impugna lógicas del Consejo Ciudadano de Observadores

Águila revienta a los cabildos y critica “la ilusión despolitizadora” y “la didáctica cívica de ‘animalitos animados’ infantilizadora de los ciudadanos”

El académico de la Universidad de Chile asegura que «la posibilidad de que esta iniciativa se encamine a un fracaso político es alta», entregando sus razones y posibles alternativas de solución para la instancia que comienza en mayo.


El proceso Constituyente convocado por el gobierno para ser usado de insumo en una nueva Constitución Política, avanza según lo previsto por La Moneda. Como ya se sabe, a comienzos de diciembre fue nombrado un grupo de 17 personas como parte de un «Consejo Ciudadano de Observadores», que  tienen como función «garantizar la transparencia» de la instancia siguiente en el proceso de formulación de una nueva Carta Fundamental, lo que se ha llamado los «Diálogos Ciudadanos.

Precisamente a esta instancia, formada por ciudadanos comunes, se refiere el académico de la Universidad de Chile, Ernesto Aguila.

En una columna publicada este miércoles en La Tercera, Aguila, parte en el título preguntándose «¿Cabildos participativos?».

«La posibilidad de que esta iniciativa -y con ello una etapa clave del proceso constituyente- se encamine a un fracaso político es alta», dice sobre la convocatoria programada a partir de mayo.

Entre sus razones, para afirmarlo está «el número aproximado de participantes por Cabildo con el tiempo razonable de cada intervención, llegó a un número de 45 ciudadanos por provincia cuya voz podría escucharse. Lo que proyectado a nivel nacional daría una cifra aproximada de 2500 ciudadanos con posibilidades de haber hablado una vez, lo que equivale al 0,02 % del padrón nacional. Si se tratara de un mecanismo representativo no sería dramático, pero sí lo es para uno de tipo participativo o directo», dice.

«Una segunda dificultad nace de la concepción vertical que impregna la propuesta. El Consejo convocaría a los cabildos, pero como no se contempla una elección de los participantes, su representatividad será fácilmente objetada. Se dice que participará todo el que llegue a la convocatoria ese día, lo que podría generar una asamblea inmanejable por su número. Así, la posibilidad de que el día del Cabildo se instale una Asamblea paralela esta cantada», cree.

Y entrega una alternativa. «Es bastante más razonable que los cabildos sean organizados por los propios ciudadanos, a partir de las organizaciones políticas y sociales ya existentes o bien por agrupaciones de ciudadanos que se constituyan para estos efectos», pero además recomienda que  «el Consejo más que organizar estos encuentros debiera alistarse para enviar observadores a todas estas asambleas o cabildos organizados por la propia comunidad».

Ernesto Aguila luego explica el fondo de su  crítica.

«La idea de unos cabildos convocados desde arriba se corresponde con cierta concepción e ilusión despolitizadora que cruza al Consejo, así como una visión del proceso constituyente dominada por un lenguaje y una estética naif -esa didáctica cívica de “animalitos animados”- infantilizadora de los ciudadanos. Las declaraciones del Consejo señalando todo tipo de restricciones y aprehensiones respecto a una posible “contaminación” política del proceso reflejan la extraña idea de que un ejercicio tan político como es pensar y deliberar sobre una nueva Constitución pueda hacerse desde la asepsia política».

El analista concluye afirmando que «no parecen estar los tiempos para que los ciudadanos asistan confiados a una instancia deliberativa sin un mínimo de certezas de lo que pasará después con sus opiniones. Sin un grado de incidencia será muy difícil motivar la participación ciudadana».

 

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