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Columnista de diario de Copesa llama a organizarse ante el estado del país:  “No podemos dejar que la UP vuelva a Chile” «La crucifixión de nuestros valores y de nuestra cultura, es lo que presenciamos y lamentamos», sostiene el economista

Columnista de diario de Copesa llama a organizarse ante el estado del país: “No podemos dejar que la UP vuelva a Chile”

Andrés Montero dice que “la propiedad del agua está amenazada y ‘jóvenes imberbes y patudos’ dictan cátedra (…) la autoridad y su respeto están ausentes”, además de agregar que el país «se ha vuelto vulgar» y llamar la atención sobre no pocos parlamentarios «que visten como mamarrachos y sin afeitarse».


Andrés Montero Jaramillo es Ingeniero Comercial egresado en 1980 de la Universidad de Chile, director ejecutivo de una compañía de selección de personal con sede en Chile, Colombia y Perú, consultor de empresas y ex director de BancoEstado durante el Gobierno de Piñera. Pero, además, Montero es aficionado a los caballos, maratonista y agricultor. Criado en la zona de Linares, donde tiene algunas sociedades en que opera en el rubro al que está ligado desde siempre y desde el cual vivió los agitados años de la Unidad Popular.

Montero es columnista de Pulso, el diario económico de Copesa, conglomerado que actualmente enfrenta una querella por injurias de la Presidenta Bachelet. Y en una columna publicada hoy, el ingeniero comercial despliega una visión apocalíptica sobre el país, que en parte podría entenderse por lo que vivió durante la Unidad Popular, pero que para muchas personas suena extemporánea, anacrónica y derechamente fuera de lugar.

La columna titulada en latín compara la crucifixión de Cristo con «la crucifixión de nuestros valores y de nuestra cultura, es lo que presenciamos y lamentamos». Y sigue con párrafos como este:

«Revisando columnas de hace dos años, recordaba que algunos me decían que yo estaba exagerando, que Michelle era una buena líder y que las cosas mejorarían. Nada de eso ha ocurrido. Sube el desempleo, Chile cae en todos los rankings, crecemos menos, la propiedad del agua está amenazada y ‘jóvenes imberbes y patudos’ dictan cátedra. ¡Hasta dónde hemos llegado! La autoridad y su respeto están ausentes. Cada uno hace lo que quiere, se roba, no se paga el pasaje del Transantiago, las cárceles están hacinadas, a Chile entra cualquiera por cualquier parte, los mocosos se toman La Moneda, se paran las clases, se marcha donde sea y se les pega a los carabineros mientras la autoridad se ‘lava las manos’ y nos conduce al despeñadero», afirma Montero

Y en este contexto de estado terminal, se entiende su desesperada petición: «Este ciudadano hace un llamado serio a cuidar Chile. Quienes ven que las cosas van mal, deben actuar. Hay que escribir, opinar, organizarse, involucrarse en cada lugar. No podemos dejar que la UP vuelva a Chile. Fueron tiempos traumáticos que no podemos olvidar. Los empresarios que se esconden y los trabajadores que prefieren ‘lavarse las manos’, se arrepentirán. Recuerdo con rabia a los ‘pijes’ que en vez de votar siguieron esquiando mientras Allende ganaba por casi nada la elección del 70. Después alegaban en contra de los ‘rojos y los demos'».

A  juicio de Montero,la situación del país es desastrosa, incluso en el plano estético. Reniega de un dirigente empresarial que para el 21 de mayo habló del «vaso medio lleno». Para él el vaso «es  un vaso rebalsado, cuyo contenido venenoso está contaminando a toda la sociedad y los costos de desinfección y limpieza nos harán regresar a la medianía de la tabla. Podríamos concluir que de la Concertación, tras breve lapsus, pasamos a la nueva mayoría, la siguió la nueva minoría y hoy entramos de lleno al período de la ‘nueva rasquería’. Chile se ha puesto vulgar. Mientras observaba a la Presidenta en el Congreso, un ministro importante mascaba chicle, varios parlamentarios se ocupaban solo del celular y no pocos estaban vestidos como mamarrachos, sin corbata ni afeitarse. En simultáneo, afuera del Congreso, las bestias destruían y mataban».

Tal vez por razones de espacio, no alcanzó a criticar a los jueces, un cuestionamiento habitual entre quienes expresan su diagnóstico sobre la delincuencia. Pero, en su caso, no podría decir mucho luego que el tribunal de Quintero condenara a su hijo Benjamín Montero, en octubre de 2014, a cuatro años de libertad vigilada, luego de matar a otro joven mientras conducía en estado de ebriedad en Maitencillo.

En la investigación del caso Penta, el nombre de Andrés Montero también aparece en un mail con Carlos Eugenio Lavín, controlador del grupo, en el que cuenta cómo está ayudando a «fondear su campaña» al diputado UDI Javier Macaya, quien «hace dupla con mi primo Ramón Barros en Colchagua costa».

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