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Aguas Andinas fue advertida hace 43 días que había graves filtraciones Municipalidad de Providencia evalúa acciones legales

Aguas Andinas fue advertida hace 43 días que había graves filtraciones

La empresa sanitaria supo de esta situación el 28 de abril, 24 horas más tarde personal de la compañía extrajo muestras de agua. El 7 de junio el gerente zonal dijo que no había sido posible determinar el origen del agua y que se pediría autorización a la Seremi de Salud para rastrearlo con gas helio. «Somos dueños de las redes de agua potable, así que lo que pase es nuestra responsabilidad», dejó en claro el jefe de comunicaciones Christian Esquivel.


«Nosotros oficiamos a Aguas Andinas con un correo electrónico el 28 de abril, que había agua acumulada en la sala del Museo Tajamar y que habíamos hecho pruebas y esa agua era potable, ya que tenía flúor», aseguró esta mañana la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, en relación con la rotura de matriz que afectó a más de un millón de personas sufriendo trastornos en sus viajes.

«Luego hicimos un oficio el día 10 de mayo y el 12 de mayo mandamos el mismo correo que se envió a Aguas Andinas a la Superintendencia de Servicios Sanitarios, ya que son ellos los que supervisan a Aguas Andinas», explicó en entrevista con Radio Cooperativa.

«Aguas Andinas nos respondió el 24 de mayo diciendo que, luego de las pruebas que habíamos hecho en conjunto, ellos iban a proceder con distintas técnicas para poder dimensionar cuáles podrían ser las razones de las filtraciones. En eso se estaba, y es ahí mi molestia, porque creo que pasó más de un mes y ayer, 9 de junio, tuvimos la rotura definitiva de la matriz y, por lo tanto, que fluyera el agua, que es una cantidad importante, y provocara el socavón del cual somos testigos ahora y que ha significado problemas para la movilidad de la ciudad», concluyó.

La versión entregada por la jefa comunal fue confirmada por el superintendente de Servicios Santiarios, Gabriel Zamorano: «El día 12 de mayo, nosotros instruimos a la empresa para que tomara las medidas del caso respecto de las filtraciones que se habían detectado en este punto».

«La empresa estaba desarrollando las acciones investigativas para identificar el punto y planificar las obras para la reparación. Es parte de la investigación que estamos haciendo nosotros ahora ver qué tan diligente estaba siendo la empresa respecto de esas acciones que estaban instruidas», acotó la autoridad.

En ese sentido, anunció que «al término de esa investigación es que vamos a tener la formulación de cargos. Las sanciones pueden llegar hasta 1.000 UTA, que es algo más de 500 millones de pesos».

En tanto, el intendente (s), David Morales, anunció que «Metro va a generar acciones legales, porque como Gobierno no vamos a dejar pasar esta situación».

Según consigna El Mercurio, el director de Obras de Providencia, Sergio Ventura, pidió el 10 de mayo un informe final sobre las causas y soluciones, a lo que el gerente zonal de Aguas Andinas, Carlos Alarcón, respondió el 7 de junio que no había sido posible determinar el origen del agua y que se pediría autorización a la Seremi de Salud para rastrearlo con gas helio.

«Somos dueños de las redes de agua potable, así que lo que pase es nuestra responsabilidad. Estamos catastrando a las personas que hayan sido afectadas», afirmó ayer el jefe de comunicaciones de Aguas Andinas, Christian Esquivel.

Tal como consigna el matutino, la reparación obligará a construir un muro de contención hacia el Museo de los Tajamares y a reponer la carpeta de rodado de Providencia. Esto costará unos $100 millones y tomará, en principio, dos semanas.

Por su parte, la empresa que remodeló el Museo de Tajamares dijo haber advertido del riesgo a Aguas Andinas en 2014. Entonces, las excavaciones avanzaron hasta toparse con el túnel de la Línea 1 de Metro, lo que obligó a congelar las obras, que incluían una cafetería.

«Nosotros le advertimos a la municipalidad que habría que preocuparse de la obra. El hoyo que daba al Metro se reparó, pero no era 100% impermeable. El forado quedó tapado con cuatro metros de tierra y eso debe haber cedido y por ahí debe haber entrado el agua», dice el dueño de la empresa constructora, Carlos Abell Soffia.

«El forado que quedó en el museo -recalcó Abell- solo fue tapado con tierra», lo que él habría advertido en su momento a la municipalidad.

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