El senador adelanta que si Alejandro Guillier es el candidato, la colectividad se quiebra.
Este lunes, el senador Fulvio Rossi pidió en las oficinas del Servel desafiliarse del Partido Socialista, colectividad que militaba hace 30 años.
Al respecto, aclara: «Me había puesto como plazo noviembre para tomarla, esperando que se hubiese aclarado mi situación judicial. Lamentablemente, los tiempos de la justicia no son los de la política. Han pasado más de 650 días, y al ver que la situación no se cierra, decidí desafiliarme».
En entrevista con La Tercera, el parlamentario explica que con esta decisión «quiero hacerle la vida más fácil a la directiva del partido. Han existido cuestionamientos, en mi opinión injustos, y creo que de esta manera cesarán».
En esa línea, precisa que las críticas provienen de «un sector del partido que no es mayoritario, pero ha sido doloroso, porque no se respeta la presunción de inocencia. Osvaldo Andrade me ha criticado con dureza, pedía mi expulsión, cuando por otro lado estaba acomodando a su señora. Eso es de una inconsistencia tremenda. ¿A mí de qué se me estaba acusando? De un problema de financiamiento de campañas. No de que recibiera recursos del Estado que podrían beneficiar a los más pobres».
Rossi reconoce que se equivocó al gestionar recursos con SQM, sin embargo declara: «Se ha hecho una suerte de caricatura del ‘yerno de Pinochet’, cuando en ese minuto era una empresa que colaboraba con la Concertación y la Nueva Mayoría, apoyando actividades de los propios gobiernos regionales, con presencia de autoridades. Ahora, con los ojos de hoy, claro, fue un error político».
«No hay un peso que me haya llevado para la casa, y uno termina en el mismo paquete con gente que defraudó al Fisco o se enriqueció ilícitamente», insiste el senador.
Y contraataca: «Esto no es corrupción. ¿Cómo va a ser corrupción pedir financiamiento legal, incluso para otras personas del partido? ¿Cómo no me va a doler que el diputado Rocafull, escalonista, que recibió los recursos, los agradeció y sabía de dónde venían, los haya negado como los negó?».
De igual modo, adelanta que tiene intenciones de seguir en política y «cuando termine esto tendré la oportunidad de reficharme».
Respecto a la carrera presidencial, el legislador asegura estar sorprendido de que el PS no proclame aún a Ricardo Lagos y que «haya sectores que piensan que la política es un concurso de popularidad, y no valoran el liderazgo, la densidad política».
«Muchos en mi partido se sienten acorralados por esa izquierda radical, totalitaria, que ha surgido. Tenemos miedo de enfrentarla. Hay una bancada juvenil que pautea permanentemente a nuestros parlamentarios, y el PS ha dejado de ser un articulador de la coalición. Está permanentemente tironeado por sectores más ultra, con claras pulsiones populistas».
«Si Lagos es el candidato va a haber disidencia en el PS; si Guillier es el candidato, el PS se quiebra», concluye.
