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PS: en duda acuerdo unitario por nueva mesa directiva No se descarta escenario de competencia interna

PS: en duda acuerdo unitario por nueva mesa directiva

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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De concretarse una competencia interna, obviamente va a incidir en la definición presidencial que adopte el PS, donde el mecanismo de elección es clave, cuestión que debe ser resuelta el sábado 21 de enero en el Comité Central. No es posible descartar, así, que dicha definición termine cruzada y ligada estrechamente, en marzo, con la elección del abanderado socialista a La Moneda.


En la puerta del horno se quema el pan y en el PS lo saben. Hasta la semana pasada en el partido se daba casi por seguro el acuerdo interno entre los distintos lotes socialistas para establecer una suerte de mesa directiva de consenso que suceda a la que ha encabezado Isabel Allende. Sin embargo, los últimos días dicho pacto “se licuó”, al punto de instalar, por ahora, un nuevo escenario de incertidumbre en el socialismo.

Entre el miércoles en la noche y durante toda la jornada de este jueves, se ha realizado una seguidilla de reuniones políticas entre distintos personeros del socialismo, como ex autoridades, parlamentarios, dirigentes, asesores y representantes de lotes, que han hecho tambalear el acuerdo inicial, al extremo que, al final de la jornada de hoy, no se descartaba un escenario interno de competencia. Si bien la interna PS se realizará en marzo, el plazo final para la inscripción de listas vence este 16 de enero, por lo que entre hoy viernes y el domingo serán claves las definiciones que se adopten, las que podrían modificar el escenario interno que tenía diseñado originalmente hasta hace unas semanas la dirigencia socialista.

El acuerdo que estaba imperando en el PS se gestó inicialmente entre el sector Grandes Alamedas de la timonel Isabel Allende y el Tercerismo del ex ministro Álvaro Elizalde, bajo la premisa de que el partido debía evitarse una contienda interna abierta en un año clave de definiciones presidenciales, así como de negociación y campaña parlamentaria. En dicho acuerdo, el ex vocero quedaba por consenso como el próximo timonel; y el hombre de confianza y operador de la senadora, Andrés Santander, como secretario general por los siguientes dos años a partir de abril. Se sumaron la Nueva Izquierda, el Colectivo Socialista, la Renovación y la Convergencia Socialista, donde se incorporaba a Camilo Escalona (NI) y al diputado Daniel Melo (Colectivo) como vicepresidentes.

Pero en la ronda de conversaciones los números comenzaron a no cuadrar en el objetivo de asegurar una adecuada representación de las fuerzas internas en el decisivo Comité Central del 21 de enero, y que este exprese fidedignamente las corrientes al interior del socialismo.

En el PS explicaron que el acuerdo inicial genera una sobrerrepresentación de fuerzas internas que ya no tienen el peso de antes, puntualmente por la fragmentación que vive el PS, los quiebres internos, cruces y renuncias.

[cita tipo= «destaque»]»En los 30 cupos clase A, los clave, no caben todos, quedan o fuera o con muy poca representación”, explicaron en el socialismo.[/cita]

Es lo que sucede, agregaron, con la Nueva Izquierda, que si bien ha funcionado como la columna vertebral del PS por años, enfrenta un nuevo escenario con la ruptura entre Escalona y Andrade, que llevó al actual presidente de la Cámara de Diputados a dar un paso al costado del histórico lote y crear un nuevo bloque, la Convergencia Socialista. Lo mismo en las Grandes Alamedas, que ya no cuenta entre sus filas con la diputada Maya Fernández, el ex ministro Marcelo Díaz ni el senador Alfonso de Urresti.

“Aún no hay nada claro”, afirmó uno de los asistentes a dichas reuniones y luego acotó que «el acuerdo no está cerrado» y que, de ser así, efectivamente habrá competencia interna.

La compleja fórmula socialista para elegir su mesa directiva es una elección indirecta, en la cual se eligen los representantes del Comité Central, los que votan por la nueva directiva y esta por el timonel. De los 115 escaños de esta instancia resolutiva, 30 son para cupos a nivel nacional, 60 para regionales y los 25 restantes se prorratean entre los votos que obtengan, a lo largo del país, distintos candidatos.

El acuerdo inicial se estructuraba en que ocho cupos al Comité Central eran para la Nueva Izquierda, ocho para el tercerismo y otros ocho para las Grandes Alamedas. Los seis restantes se debían repartir entre la Convergencia, la Renovación de Fernando Krauss, el Colectivo y el alcalde de San Ramón Miguel Ángel Aguilera, quien por sí solo aseguró el refichaje de más de tres mil militantes.

“En los 30 cupos clase A, los clave, no caben todos, quedan o fuera o con muy poca representación”, explicaron en el socialismo.

Al hecho de que los números no cuadren –agregaron entre quienes están al tanto de la evolución de las conversaciones–, se sumó cierta cuota de “pudor político” al interior del PS, ya que dos piezas claves del acuerdo, Elizalde y Santander, generan dudas.

El ex ministro, puntualmente, porque lo consideran un liderazgo al que le falta solvencia y manejo político, lo mismo que se le cuestionaba mientras fue vocero de La Moneda, hasta mayo del 2015. Y el director del Fosis, porque –añadieron– provoca ronchas en la mayoría de las corrientes internas, por considerar que fue instalado a la fuerza en la lista como condición de Allende, por ser su operador de confianza.

De concretarse una competencia interna, obviamente va a incidir en la definición presidencial que adopte el PS, donde el mecanismo de elección es clave, cuestión que debe ser resuelta el sábado 21 de enero en el Comité Central. No es posible descartar, así, que dicha definición termine cruzada y ligada estrechamente, en marzo, con la elección del abanderado socialista a La Moneda.

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