Tras sonada renuncia de Rodrigo Valdés ante discrepancias por rechazo del proyecto minero Dominga
En una ceremonia que se llevó a cabo en el Palacio de La Moneda, se selló también la salida del titular de Economía, Luis Felipe Céspedes, y la llegada en su lugar del actual presidente de Banco Estado, Jorge Rodríguez Grossi. Tras jurar en el cargo, el nuevo jefe de las finanzas públicas marcó su posición sobre Dominga y el Consejo de Ministros. «Podemos discutir si la institucionalidad ambiental es la correcta o no, pero mientras exista, a mí lo que me importa desde el punto de vista de las señales al sector privado es que la institucionalidad se respetó». [Actualizada]
El hasta ahora ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, juró esta tarde como nuevo ministro de Hacienda en reemplazo de Rodrigo Valdés, quien momentos antes había hecho oficial su salida del gabinete, la que venía sonando con fuerza esta semana tras las diferencias públicas con la Presidenta Michelle Bachelet sobre el rechazo por parte del Comité de Ministros al proyecto minero Dominga.
Eyzaguirre, quien desde el inicio de la actual administración ha sido parte del gabinete, primero como titular de Educación –para poner en marcha la Reforma Educacional- y después en la Secretaría General de la Presidencia, tomó ahora el control del equipo económico para enfrentar los últimos seis meses de gestión, tarea que ya desempeñó anteriormente durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006).
En una ceremonia que se llevó a cabo a las 13:00 horas de este jueves en el Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda, se selló también la salida del titular de Economía, Luis Felipe Céspedes, y la llegada en su lugar del actual presidente de Banco Estado, Jorge Rodríguez Grossi.
Y aunque se había especulado que a Eyzaguirre lo reemplazaría en la Segpres el actual embajador José Antonio Viera-Gallo, finalmente la jefa de Estado anunció y tomó el juramento en ese cargo al hasta ahora subsecretario de esa cartera, el socialista Gabriel de la Fuente. Con ello se disipó lo que para muchos constituía el retorno de la vieja Concertación para tomar las riendas del último tramo de la actual administración.
“De su trabajo, así como del de cada uno de quienes continúan en sus carteras, depende que cumplamos con la palabra que hemos empeñado ante Chile, al comprometer un camino de transformaciones y pilares para el desarrollo sustentable que hemos ido cumpliendo paso a paso”, dijo en la oportunidad la mandataria.
Y agregó que “aunque quedan unos pocos meses de nuestro período, ellos serán de intensa actividad para consolidar ese camino de cambios que busca asegurar un país más inclusivo, democrático, libre, justo, participativo y próspero que el que encontramos al llegar. Pido a cada uno de mis ministros y ministras concentración en el trabajo, capacidad de escuchar a las personas y espíritu unitario en cada una de las tareas que enfrentemos. Pido que seamos capaces de transmitir en terreno y de cara a las personas, la certeza de que estamos trabajando por un proyecto colectivo que pertenece mucho más que a un puñado de nombres, pues es un anhelo de un país entero y sé que puedo contar con ustedes”.
Después de la ceremonia, Eyzaguirre destacó el papel de su antecesor, por haber puesto «los cimientos para que la recuperación del crecimiento fuera real» y afirmó que ahora se abocará a «conversar con el sector privado y los agentes económicos» con el fin de establecer » la confianza necesaria».
Asimismo, considera que «lo adecuado es que haya una política fiscal conservadora que permita que las tasas de interés sigan bajas».
Y sobre la postura crítica de Valdés al Consejo de Ministros por haber rechazado el proyecto Dominga y afectado con ello el crecimiento de la economía, Eyzaguirre señaló que el crecimiento a largo plazo de un país debe ir de la mano con «el respeto a sus normas y a sus instituciones, por tanto nosotros podemos discutir si la institucionalidad ambiental es la correcta o no es la correcta, pero mientras esta exista, a mí lo que me importa desde el punto de vista de las señales al sector privado es que la institucionalidad se respetó».
