No es novedad su comprensión de la educación como un bien de consumo o utimamente como bien económico, tampoco el hecho de que el ministro está en “veredas totalmente distintas” con la oposición y el movimiento social por la educación, pero sí causó un remezón su irónica y frontal primera semana a cargo de una de las carteras más conflictivas del nuevo Gobierno de Sebastián Piñera. Le dijo al movimiento estudiantil que debía olvidar los tiempos de las marchas y en la Comisión de Educación les planteó a los diputados que había que hacer “un retiro mental” del proyecto que eliminaría el Crédito con Aval del Estado, jugadas que despertaron ronchas entre estudiantes y parlamentarios, pero que estarían totalmente dentro del margen de juego que mantendrá el secretario de Estado en los próximos meses.
Ha sido una primera semana de “ensayo”, aseguran desde el Ministerio de Educación, y es que una de las carteras más complejas del gabinete ministerial logró acaparar portadas con las “incendiarias” declaraciones de su titular, Gerardo Varela.
El abogado reiteró su polémica línea a nivel de educación y la calificó como “un bien económico”. Pero no se quedó ahí y arremetió contra los que podrían ser los actores más conflictivos para su periodo, los estudiantes. En una entrevista a La Tercera, le dio cátedra al movimiento estudiantil y señaló que deberían entender “que el tiempo de las marchas ya pasó” y que hasta “la gente está cansada de las marchas”. Además de recalcar que dicho movimiento “va a perder fuerza, porque se va a dar cuenta de que su verdadero deber no está en la calle, sino que en la sala de clases”.
Un paso arriesgado, una verdadera “provocación”, según los dirigentes estudiantiles secundarios y universitarios, que no dejó indiferente a nadie y que al parecer habría logrado el efecto esperado en la jugada, “poner el punto sobre las íes”, agregan cercanos al abogado. Algo muy propio del nuevo ministro, que a pesar de no ser “un especialista en educación”, como señala la diputada Girardi, se ha desempeñado como un gran “estratega” en el mundo privado.
Y es que estas frases, que despertaron ronchas entre los estudiantes, han sido acompañadas de una intensa agenda de reuniones. Este martes asistió a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, durante la semana pasada ya se había reunido “protocolarmente” con su presidenta, Cristina Girardi (PPD). En la mañana, lo hizo con la directiva del Colegio de Profesores, con quienes levantarán una mesa de trabajo sectorial la próxima semana. Todo esto, tras un encuentro previo con el presidente del Magisterio, Mario Aguilar, ya el ministro lo invitó a “tomarse un café”, de manera más informal, y al que Aguilar asistió “con la venia del resto de la directiva”.
“Uno de los temas que planteamos es que no íbamos a renunciar a nuestro derecho a movilizarnos”, recalca Aguilar. Además, el dirigente de los profesores le habría señalado al secretario de Estado que estaban en caminos distintos y que “la educación, para nosotros, no es un bien de consumo”.
Un tira y afloja que se mantendría durante los próximos meses y que buscaría demarcar el diálogo con espacios “más consolidados”, como lo son el Colegio de Profesores y el Congreso, más allá de darle espacio al movimiento estudiantil. De esta forma, Varela podría empezar a reducir los flancos abiertos que tiene su cartera.
Las declaraciones del ministro Varela “fueron duras”, “hasta un poco barsas”, reconocen desde el movimiento estudiantil. Y es que, a pesar de que su línea “pro mercado” a nivel educativo es más que conocida, las nuevas dirigencias esperaban que hubiera una especie de “tregua” al empezar su periodo.
Pero no, claramente Varela no dio margen, sino más bien “le echó más leña al fuego”. Pero los estudiantes se lo toman con calma, desde la Confech y el mundo secundario señalan que están dispuestos a sentarse a conversar con el ministro. “Tenemos una postura dialogante”, recalca Alfonso Mohor, presidente Fech. Eso sí, aseguran que no van a aceptar que el debutante secretario de Estado diga cuándo se terminan las movilizaciones, ni tampoco escatimarán esfuerzos en el objetivo de “sacar al empresariado de la educación”. Es más, desde la Confech ya han fijado la primera marcha para la tercera semana de abril, indica un dirigente universitario.
“Hay un tono autoritario bien impresentable de parte de un ministro de Estado”, opina el presidente de la Fech. Agrega que el ministro “prácticamente nos da órdenes por la prensa, y sin siquiera haberse sentado a conversar con nosotros”. Un pie preocupante para los estudiantes, quienes reconocen que este Gobierno de Sebastián Piñera no será “tan errático como el anterior”, “pero así como Piñera cambió, nosotros también hemos ido creciendo”, afirman desde la Confech.
Este 2018 el nuevo Gobierno no se enfrenta al inexperto movimiento estudiantil de principios de 2011. Tampoco existe una Confech fraccionada entre el oficialismo de la Nueva Mayoría y las fuerzas más a su izquierda, entre ellas, las del Frente Amplio (FA). Ahora “todos somos oposición”, reconocen.
Es más, este año la Confech está marcada por la hegemonía del nuevo bloque. El FA tiene la mayoría de las federaciones de la zona norte y centro del país. Aunque –precisan dirigentes del espacio– hay diferencias entre las líneas que proponen los dirigentes de Revolución Democrática (RD) y los de las fuerzas que hoy están en convergencia, como Movimiento Autonomista e Izquierda Libertaria.
Movimiento Autonomista tiene dos de las vocerías de Santiago, la Fech con Alfonso Mohor, y la Fedep con Diego Rivera. Mientras que en la Feuc se mantiene la Nueva Acción Universitaria (NAU) –que incluye a miembros de RD– con Josefina Canales. Las Juventudes Comunistas también tienen presencia en algunas universidades, principalmente al sur de Chile, mientras que la denominada “ultra” o más a la izquierda del Frente Amplio, tiene presencia en el norte y en universidades privadas como la Central y la Alberto Hurtado.
[cita tipo=»destaque»]El presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional plantea que la igualdad de género, la integración del mundo trans a los colegios, la constitución de la base para una educación no sexista y fuera del patriarcado, además de la eliminación de los colegios mixtos, son temas que tensionarán el corazón del nuevo Mineduc. “Siendo este un gobierno de derecha, es sumamente conservador en este aspecto. Muchos podrán decir que está Felipe Kast y su séquito se Evópoli, pero ellos no son hegemónicos en la derecha, aquí aún existe una visión deliberadamente patriarcal. No está entre sus prioridades avanzar en esta materia y se opondrían. Es algo que perfectamente podría encender este periodo”, recalca el estudiante.[/cita]
Un variopinto panorama, en el que los dirigentes universitarios reconocen que el desafío es grande. Relegitimar al movimiento estudiantil y a la Confech es una de las tareas prioritarias, además de retornar a un discurso que aúne voluntades a nivel nacional por la defensa de la educación como un derecho, son parte de las primeras síntesis de las dos reuniones de Confech que ha habido en marzo.
Por su parte, el presidente de la Feuah, Jaime Ahumada, recalca que el movimiento estudiantil debe retomar la capacidad de imponer temas y agenda. Mantener la posición de que la discusión sobre la educación no se ha agotado con las reformas del Gobierno de Michelle Bachelet, sino que estas solo “profundizaron la mercantilización de la educación”. “Los estudiantes endeudados siguen aumentando, la gratuidad lo que hace es inyectar recursos del Estado en proyectos privados, el problema es que los empresarios y el lucro no han salido de la educación”, apunta.
A nivel secundario también están atentos. No solo por los cambios que podría haber en materia de Ley de Inclusión y Desmunicipalización, sino porque aseguran que existe una nueva agenda en materia educacional que tensiona fuertemente a la derecha, especialmente el equilibrio de fuerzas que hoy mantiene Chile Vamos, la educación no sexista y la igualdad de género en los colegios.
A pesar de que tanto la Cones como la Aces no han mantenido puentes de comunicación, existe una serie de centros de estudiantes de colegios emblemáticos que han tenido “conversaciones informales”, acercamientos con el fin de enfrentar de manera conjunta el nuevo Gobierno de Sebastián Piñera, del cual no esperan mucho, menos del ministro Varela, quien tendría “una visión mercantilista del poder y la educación”.
Para el presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional, Vicente Salinas, actualmente “hay una nebulosa en torno a cuál es el horizonte del movimiento estudiantil”. Recalca que las reivindicaciones históricas deben mantenerse vigentes y que el pilar de todas las demandas de cambio debe ser la restitución de la educación como un derecho.
Salinas plantea que la igualdad de género, la integración del mundo trans a los colegios, la constitución de la base para una educación no sexista y fuera del patriarcado, además de la eliminación de los colegios mixtos, son temas que tensionarán el corazón del nuevo Mineduc.
“Siendo este un Gobierno de derecha, es sumamente conservador en este aspecto. Muchos podrán decir que está Felipe Kast y su séquito se Evópoli, pero ellos no son hegemónicos en la derecha, aquí aún existe una visión deliberadamente patriarcal. No está entre sus prioridades avanzar en esta materia y se opondrían. Es algo que perfectamente podría encender este periodo”, recalca el estudiante.
Además de la oposición que podría tener en la calle, el ministro Varela también ha estado preparando su apuesta técnica para “ajustar” la viabilidad de las reformas que logró sacar adelante el Gobierno anterior. Ya ha adelantado que no va a tocar la obra gruesa de Bachelet, que la gratuidad se mantendrá y podría ampliarse “dependiendo del crecimiento del país”. Otra forma de decir “que no habrá gratuidad universal”, manifiestan desde el Congreso.
Y es que desde la Cámara de Diputados ven con distancia esta serie de “ajustes” que quiere hacer el ministro. Tanto en materia de selección en los colegios como en la aplicación de grandes reformas, por ejemplo, la desmunicipalización y la reforma al Sistema de Educación Superior. Además del bloqueo o “retiro mental” que sugirió en la Comisión de Educación para los proyectos de ley que quedaron en tramitación, como la Ley Miscelánea y el crédito estatal que reemplazaría al CAE.
Tras su asistencia a los comisión, la diputada y presidenta de la instancia, Cristina Girardi, expresó que “le preguntamos respecto a los proyectos de ley que ya están en tabla o tenemos la posibilidad de poner en tabla, por ejemplo, el mecanismo que reemplaza al CAE y la Ley Miscelánea, que dejó ingresado el Gobierno. Sin embargo, habló de un retiro mental de esos proyectos. Yo le respondí que mentalmente voy a poner en tabla los proyectos y que es bueno saber cuál va a ser la prioridad legislativa que le va a dar el Gobierno a estos proyectos o a otros”.
Otro conflicto que podría estallar en los próximos meses dice relación con la implementación de la Ley de Nueva Educación Pública, o desmunicipalización. A pesar de que los plazos y traspasos de los municipios a los nuevos Servicios Locales están programados hasta el año 2025, han surgido alcaldes, principalmente de comunas con mayores recursos, que se han opuesto a dicho trámite, entre ellos, el jefe comunal de Santiago, Felipe Alessandri. Ante esto, Varela dijo a La Tercera que “después (hay que) ver si efectivamente terminan todas (las escuelas) por desmunicipalizarse o no”.
Pero esta no es la única complicación que traería consigo esta nueva ley. Cabe recordar que, a principios de marzo, se implementó el cambio hacia el Servicio Local de Educación de Barrancas, que incluía a los colegios de la comuna de Cerro Navia y con ellos sus profesores, a quienes se les adeudaban más de 13 mil millones por no pago de cotizaciones y sueldos, lo cual debía ser absorbido por el nuevo sistema de administración.
Deuda que no fue saldada por el municipio antes del cambio al servicio local, razón por la cual los profesores paralizaron sus labores en pleno inicio de año escolar. Para destrabar el conflicto, el Gobierno anterior se comprometió a pagar el 12% de lo adeudado a más tardar el 30 de marzo, lo que aún no ha ocurrido, según explica el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar. El dirigente asegura que le advirtió al ministro Varela que tiene diez días para saldar dicha deuda, si no, los profesores retomarán las movilizaciones, abriéndose “un conflicto potencial”.