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Cecilia Morel: ¿el as bajo la manga? PAÍS

Cecilia Morel: ¿el as bajo la manga?

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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Más de uno en la derecha está leyendo entre líneas las declaraciones y actividades de la primera dama, una performance mucho más política que la que desempeñó hace cuatro años. En La Moneda silenciosamente sonríen ante los altos índices de apoyo que obtiene en los sondeos internos, mientras que en su entorno confiesan que la premisa, por ahora, es no opacar a ningún ministro del gabinete para no generar tensiones. Un piñerista histórico no desechó la idea de una proyección política y comentó que, si llegado el momento «hay que levantar muertos, lo haremos».


A solo días de regresar a La Moneda –durante una entrevista a TVN– Cecilia Morel aseguró que los cuatro años que acompañó en Palacio a Sebastián Piñera durante su primer gobierno fue “el mejor período de su vida». Si bien nuevamente desempeña el rol de primera dama, a todas luces su performance actual dista bastante de lo que fue su experiencia anterior: hoy juega un papel de mayor peso en la administración piñerista, más allá de la mera figura decorativa para los actos oficiales, lo que la ha transformado en un  personaje político, uno que algunos en la derecha no descartan que pueda convertirse, de ser necesario, en un as bajo la manga.

El perfil que tiene Morel como primera dama no fue algo al azar. Hace mucho rato que en el piñerismo y en varios partidos de Chile Vamos se comenta que su presencia pública solo genera ganancias a la derecha, que fue un aporte indiscutido en el último tramo de la campaña presidencial del año pasado, porque le entrega toda la «empatía» y «naturalidad» que le falta al Mandatario para conectarse mejor con la opinión pública. Por eso, en el círculo de hierro de Piñera se conversó –antes del cambio de mando– que durante estos cuatro años la primera dama sería mucho más que eso y que entraría, en su estilo, a la cancha política.

Si bien la mayoría de las actividades públicas de Morel están estrechamente relacionadas con su cargo a la cabeza de la Dirección Sociocultural de la Presidencia, no pasó inadvertido en sectores de la derecha cuando, el 4 de julio, asumió la conducción del Consejo Ciudadano para el Adulto Mayor, instancia a la que fueron invitadas Marta Larraechea y Mariana Aylwin. Un tema que está en el programa de Gobierno efectivamente, pero que de manera indiscutible apunta a un bolsón no menor de votantes.

Un punto que el director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, considera que hay que analizar: “Sabemos que la participación electoral no se distribuye de manera aleatoria en todos los grupos etarios, sino que es más fuerte en segmentos más añosos, tanto así de que la probabilidad de que un adulto mayor vote en una comuna como Vitacura, es la misma que tiene una adulto mayor que vota en una comuna como San Ramón (…) , los adultos mayores votan a altas tasas independientemente del nivel socioeconómico del que provengan, por lo tanto, es una estrategia que teóricamente debiese redituar, pero la gran duda es si Cecilia Morel es vista como la esposa del Presidente con atributos blandos o si es una figura política emergente”.

[cita tipo=»destaque»]Formalmente en el Gobierno y la derecha descartan que exista un diseño o estrategia sobre la proyección política de Morel. Sin embargo, en La Moneda reconocen que han medido la figura de  Cecilia –como pide y le gusta que la llamen– y que en dichos sondeos internos, según consignan funcionarios de Palacio que los han visto, simplemente “arrasa”, ya que bordearía el 80 por ciento de aprobación, con altos niveles de respaldo en regiones y que sus atributos más valorados son su carisma y honestidad.[/cita]

Para el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, no hay duda de que Morel «está comenzando a tener un rol protagónico en el diseño comunicacional de La Moneda, que descansa en una lógica de democracia de audiencias. El revival de Evita que podría encarnar es consistente con el declive del racionalismo retórico, tan propio de la élite política como medio de persuasión en favor de un lenguaje auténtico, donde prima el registro emocional”.

Desde el entorno de la propia primera dama reconocen que hay un cambio, que sí tiene un papel más protagónico en esta administración, pero que por lo mismo hay mucho cuidado de parte de ella de actuar con cautela y evitar tensionar las relaciones internas con el resto del gabinete. «La idea es no eclipsar ni opacar ministros», afirmó uno de los cercanos a Morel.

Formalmente en el Gobierno y la derecha descartan que exista un diseño o estrategia sobre la proyección política de Morel. Sin embargo, en La Moneda reconocen que han medido la figura de  Cecilia –como pide y le gusta que la llamen– y que en dichos sondeos internos, según consignan funcionarios de Palacio que los han visto, simplemente “arrasa”, ya que bordearía el 80 por ciento de aprobación, con altos niveles de respaldo en regiones y que sus atributos más valorados son su carisma y honestidad.

Un panorama que más de uno en La Moneda y puntualmente en el piñerismo mira con buenos ojos. Más aún cuando esa tendencia es reafirmada por sondeos externos. En la encuesta Cadem del 3 de julio, la directora sociocultural subió en aprobación desde un 75% a un 79%, retomando los números que presentó en marzo, cuando recién aterrizó en Palacio. Respecto a su desaprobación, esta disminuyó en cuatro puntos porcentuales respecto a mayo, cayendo desde un 18 a un 14%.

En el entorno de Morel explicaron que es el sello social lo que ayuda en su aprobación y que, así como en el primer Gobierno de Piñera el programa «Elije Vivir Sano» fue su eje de acción, ahora lo será el Plan Adulto Mayor.

La directora ejecutiva de Latinobarómetro y Mori Chile, Marta Lagos, precisó que «Morel es una persona que ha estado con alta exposición pública, prácticamente teniendo un rol de Gobierno, cosa que no es lo clásico, porque ha ido a muchas actividades, muchos temas, mujeres, revoluciones feministas, al lado de la ministra, al lado del Presidente y, por supuesto, tiene la gran ventaja de que como ella no tiene que decir nada, es decir, no tiene que dictar políticas ni hacer declaraciones, no tiene ningún negativo, situación extraordinaria desde el punto vista de la opinión pública, puros positivos”.

Intensa agenda

Más de uno en la derecha está leyendo entre líneas las declaraciones y actividades de Morel, porque cuando se pregunta por ella como una alternativa viable, es evidente la incomodidad que se genera desde los partidos de Chile Vamos, considerando que cada uno de ellos ya tiene al menos una carta de sus filas intentando perfilarse: el senador Manuel José Ossandón (RN), el senador Felipe Kast (Evópoli), el alcalde de Las Condes Joaquín Lavín (UDI) y el ex candidato independiente José Antonio Kast.

La derecha y Piñera puntualmente se establecieron el objetivo prioritario de no ser –nuevamente– un paréntesis en el poder, sino que lograr que la permanencia de la coalición en La Moneda se prolongue más allá de este Gobierno, mínimo por otros cuatro años. En ese contexto, un piñerista histórico explicó que «hoy Cecilia no es candidata, pero llegado el momento, si no hay nada y hay que levantar muertos, lo haremos».

En algunas de las entrevistas que ha concedido Morel ha esbozado sus opiniones políticas. En marzo, a TVN le habló sobre la ex Presidenta Michelle Bachelet. “Siempre le he tenido mucho cariño como persona, ella tiene algo muy cálido (…) tengo buena onda con ella, pero en este Gobierno se politizo más, se separaron más las aguas, hubo mas diferencias políticas, antes había más consenso como en los gobierno de la Concertación (…) un cambio fuerte fue en este último Gobierno, fue un viraje a la izquierda fuerte y notorio y abierto, y ahí hubo más diferencias políticas y nos separamos más políticamente”.

Y en su última entrevista, aparecida el domingo 22 de julio en El Mercurio, se refirió al papel que ha jugado la oposición y, sin nombrar al PS directamemente, dirigió su respuesta en ese sentido: «Lo que más valoro es la disposición al diálogo y la unidad. Esto no puede ser una guerra de enemigos. Tenemos tareas urgentes que atender y en eso necesitamos de todos. Por ejemplo, en las mesas de los grandes acuerdos, me gustó mucho la actitud convocante y solidaria que, a pesar de todas las críticas que se les vinieron encima, tuvieron algunos diputados de oposición. Los encontré choros, valientes, jugados. Entendieron que formar parte de estas mesas era un tema país que está por sobre los intereses partidistas”, sentenció.

Tampoco pasó inadvertida su última salida al extranjero. Cuando acompañó a Piñera a su gira por Jamaica, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos –el mismo viaje que se criticó por ir sin prensa–, Morel aprovechó la instancia para llevar a cabo una agenda paralela de alto nivel. En Estados Unidos participó de una cena de camaradería con los presidentes ejecutivos de las principales compañías, como Facebook, Apple, Amazon, Google, donde nombres como Mark Zuckerberg o Jeff Bezos, fueron parte de los invitados a la mesa.

En Panamá, previamente, estuvo compartiendo con la primera dama Lorena Castillo. Finalmente, de vuelta en Estados Unidos, pero ya junto al Presidente Piñera, participó de encuentros con el CEO de Netflix Reed Hastings, a quien invitaron a Chile luego de una distendida conversación.

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