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Axel Kaiser y el triunfo de Milei: “Ni las formas ni el fondo pueden ser moderados” PAÍS Francisco Vicencio/Agencia Uno

Axel Kaiser y el triunfo de Milei: “Ni las formas ni el fondo pueden ser moderados”

En una columna escrita en El Mercurio, el presidente de la Fundación Para el Progreso (FPP) dice que pese a ser calificado de “extremo” y “loco” Milei se mantuvo firme en sus posturas y por eso ganó. En una entrevista, en tanto, niega que el argentino sea un populista y asegura, además, que sus propuestas están “dentro de la institucionalidad” (cabe recordar que entre ellas se encuentra el dolarizar la economía, clausurar la mayoría de los ministerios y eliminar el Banco Central). Como contrapartida, Cristian Warnken señala, en una carta al director del mismo medio, que “jugar con el populismo, aunque solo sea para una selfie, es jugar con fuego”.


Una columna en la cual -entre otras cosas- señala que “en Chile, la centroderecha y centroizquierda han caído sistemáticamente en el error de valorar la moderación y los acuerdos como fines en sí mismos frente a un adversario que no titubea en defender su postura de manera categórica” publico esta mañana en el diario El Mercurio el presidente de la Fundación para el Progreso (FPP), Axel Kaiser, a raíz del triunfo del domingo de Javier Milei en las primarias argentinas.

Kaiser, quien también tiene aspiraciones presidenciales, como informó el newsletter +Política, es uno de los mejores amigos de Milei a este lado de la cordillera (junto con José Antonio Kast) y señala en su texto, del mismo modo, que “el éxito de Milei nos permite concluir que cuando los problemas que aquejan a la ciudadanía son graves, ni las formas ni el fondo pueden ser moderados”.

Según el autor de la columna, el triunfo del economista obedece a varios factores, entre los cuales destaca, como una lección a imitar, el que “Milei jamás cedió en los principios, nunca se acomodó al discurso de moda por agradar al poder, ni permitió que se le silenciara. Por sobre todo resistió con firmeza el frívolo discurso de superioridad moral de la izquierda que tanto sedujo a miembros de la oposición”.

También asevera que “a pesar de haber sido descalificado de extremo y loco por sus posturas, Milei se mantuvo firme, convencido de defender la libertad aun si le hubiera tocado ser el último hombre que quedara sobre la tierra cumpliendo esa tarea”.

Respecto de la moderación, señala también que la consecuencia de esta ha sido permitir que “el populismo colectivista avance sin mayores contrapesos destruyendo las bases del progreso económico y social”, para finalizar señalando que “En Chile debemos tomar nota, pues la magnitud de la crisis que enfrentamos no permite medias tintas ni soluciones fuera del marco liberal”.

Por cierto, en una entrevista en El Líbero, Káiser asegura que Milei no es un populista”, argumentando que “si bien el discurso del candidato es anti establishment, sus propuestas están dentro de la institucionalidad, por un lado, pero por otro pretenden y buscan corregir con seriedad y responsabilidad técnica, aunque sean ambiciosas, las deficiencias y problemas que existen, entonces no es que hará cualquier locura”.

Siempre en El Mercurio, el segundo editorial del día también está dedicado a lo ocurrido el domingo. Bajo el título “Milei y el nuevo escenario argentino”, el “decano” de la prensa chilena asegura que el triunfo de Milei muestra que una buena parte del electorado “quería un giro aún más radical de lo que se pensaba”.

Jugar con el populismo

La contrapartida a todo ello la aporta, también en el periódico de la familia Edwards, una carta del académico y dirigente de Amarillos, Cristián Warnken, quien parte calificando como una “mala señal” el que José Antonio Kast haya felicitado el triunfo de Milei, asegurando que “su referencia permanente a la ´casta´ recuerda a quienes —desde la izquierda radical— usaron, en el contexto octubrista, esa misma expresión para referirse a la élite política y empresarial”.

Siempre en función del líder del Partido Republicano, opina que si “un político (como Kast) que pretende ser Presidente de la República tiene que dar señales claras de si cree que a la bronca de la calle hay que darle una deriva política institucional o si un líder es simplemente el amplificador de esa calle. Si opta por lo segundo, se acerca al Boric del megáfono y a la larga lista de los populistas latinoamericanos”, agregando que “jugar con el populismo, aunque solo sea para una selfie, es jugar con fuego”, en referencia a la foto que Kast subió a sus redes sociales junto a Milei, durante la última visita de este a Chile.

Columna de Axel Káiser

Carta de Cristian Warnken

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