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El viento de cola que llega a dar un respiro al Gobierno del Presidente Boric PAÍS Crédito: Agencia Uno

El viento de cola que llega a dar un respiro al Gobierno del Presidente Boric

Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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Un respiro para el Gobierno en su línea de flotación, la ausencia de liderazgos en el centro político y la contención de la ultraderecha son los principales elementos que analizan en el oficialismo tras el plebiscito de este domingo, desarrollado tras una semana negra en La Moneda.


Alivio. Esa parece ser la sensación mayormente compartida desde el Gobierno, tras haber visto cómo el electorado votó “En contra” y, en los resultados del plebiscito constitucional de este domingo, se alejó de la propuesta escrita por la mayoría de representantes del Partido Republicano.

Sin embargo, surge cierta incomodidad ante el fracaso de los llamados a crear una nueva Constitución en democracia y ante la legitimación del texto de 1980, reformado en 2005 y 2015.

Asimismo, la ausencia de un liderazgo importante en el centro político que convoque al electorado es un punto destacado, entre analistas y parlamentarios, como una lección del momento.

El primer viento de cola para el Gobierno

La primera lectura que hacen en el oficialismo, al analizar los resultados del plebiscito del domingo, es que el Presidente Gabriel Boric recibe “un poco de oxígeno” con “un viento de cola”. En los últimos meses, en los pasillos del Congreso, tanto Chile Vamos como Republicanos comentaban que el 17D, inevitablemente, sería un plebiscito a la gestión del Mandatario por su desempeño en temas de seguridad, economía y migración.

Y aunque la última semana fue la más negra en meses para las fuerzas oficialistas por el caso Democracia Viva y la detención del indultado por el Presidente Boric, Luis Castillo, finalmente ese plebiscito al Gobierno no resultó.

“No es un triunfo para el Gobierno, es más bien una derrota para la derecha. Dado que el resultado no fue estrecho, hay una ventana de oportunidades para el Gobierno en términos de que habrá más posibilidades de alcanzar acuerdos en las materias urgentes. Es importante no cometer errores y tomar esta oportunidad, fortaleciendo la gestión al mismo tiempo”, dice a El Mostrador el senador Jaime Quintana, presidente del PPD.

“Ahora se nos viene un gran desafío, que es hacer un giro en el timón, nos queda tiempo, avanzar en lo que pide y necesita la gente, tener algún diseño distinto que irá saliendo por un cambio de gabinete, revisión de algunos delegados y reconocer algunos errores que hay que corregir”, señala, por su parte, el experto electoral y vicepresidente del PS, Eduardo Bermúdez.

Según explican dirigentes oficialistas, de no mediar alguna seguidilla de errores no forzados, se abre una posibilidad de dejar atrás el tema constitucional y retomar la brújula hacia acuerdos políticos sobre materias prioritarias para la ciudadanía.

“El resultado instala un cierto alivio constitucional, pero que pronto dará paso a la imperiosa necesidad de mostrar logros desde el Gobierno. Eso implica ajustes y búsqueda real de acuerdos para la segunda mitad del período, con espacio político más acotado por el ciclo electoral que sigue”, asegura el senador Juan Luis Castro (PS).

El gatopardismo de la centroizquierda

Diferentes analistas electorales consideran que la centroizquierda no avanza con este resultado, sino que más bien hubo un déjà vu del gatopardismo, la filosofía que apunta a que es preciso que algo cambie para que todo siga igual.

Según explican, la centroizquierda y el oficialismo son responsables políticamente por haber tenido la oportunidad de haber avanzado hacia un Estado social y democrático de derecho, pero que se perdió. Ese Estado fue uno de los ejes que inspiraron el momento constituyente hace cuatro años.

“Queda pendiente una enorme deuda por haber sido incapaces, como país, de llegar en democracia a una nueva Carta Fundamental”, sostiene el senador Castro.

Aquella Constitución que por décadas se calificaba como ilegítima, hoy se legitima después de dos procesos plebiscitarios. Y con una votación que recordó la del plebiscito del Sí y el No de 1988.

“El Socialismo Democrático liderado por Elizalde y el Gobierno han zafado bastante. Con el tiempo va a analizarse psicológicamente lo que ha pasado aquí. Se ha hablado mucho del fraude que cometieron algunos empresarios(…) y con todo lo que se gastó en ambos procesos constituyentes estamos hablando de lo mismo. Yo podría comparar este fraude de algunos empresarios con lo que ha pasado en este proceso, con todo lo que se gastó en ambos procesos constituyentes (…), en cuanto a lo que se ha gastado para no avanzar en nada. El Gobierno ya no puede tener más excusas. En materia de pensiones no avanzó hasta ver el resultado de esto. Entonces, mañana yo espero que a primera hora el Gobierno empiece a plantear una agenda sin excusas”, recalca el senador Karim Bianchi (IND).

“Claramente los propósitos no se lograron. Se pudo evitar el avance de la ultraderecha, pero esta no es la Constitución que quería la centroizquierda cuando instalamos la idea de cambio y de justicia social. Y la centroizquierda no puede lavarse las manos, cuando en el fondo terminan legitimando aquello que queríamos cambiar”, señalan desde el Partido Comunista.

Ausencia de liderazgo en el centro político

El electorado, tras haber rechazado ambas propuestas, observa que el centro –que representaría consensos y moderación– parece estar disminuido y carece de liderazgo político.

“El problema que tenemos es que el centro político, tanto la centroizquierda como la centroderecha, se han venido diluyendo por falta de propuestas claras, por falta de unidad dentro de lo que significa el centro político. Han venido perdiendo presencia en el espectro político y eso hace que, definitivamente, el país se incline hacia discursos polarizados. El centro no muestra propuestas claras que puedan atraer a la gente hacia un progresismo moderado”, indica el senador Iván Flores (DC).

Los dirigentes de la ex Concertación evalúan que, habiendo un sector significativo de la población que manifiesta que no está por las posiciones extremas, paradójicamente no tiene ninguna fuerza partidaria que lo conduzca hacia una alternativa fortalecida en el centro político.

Ambos extremos políticos han sido castigados por la ciudadanía en los dos procesos constituyentes. La izquierda más extrema, primero, fue castigada en el primer proceso y, ahora, lo fue la derecha más extrema.

“Se dio un mensaje preciso y oportuno al Chile de los extremos: ‘Chile es un partido de centro’, dijo hoy la ciudadanía. Y envió un mensaje al Socialismo Democrático. Le señaló, en este proceso electoral, que tiene oportunidad en la política de centroizquierda, que debe articularse para formar la esperanza en el sentido común, solución a las demandas del sentido colectivo”, señala el analista electoral del PR, Miguel Moreno.

El senador Gastón Saavedra (PS) agrega que se abre abre un nuevo escenario con un margen para la búsqueda de acuerdos. “El Gobierno no puede, por tanto, despreciar esto y tiene que abocarse con todo lo que tenga para lograr los acuerdos en una materia que está pendiente, que la ciudadanía aspira a que se resuelva, con un pacto fiscal”, asevera.

El alivio de La Moneda por contención de Republicanos

Previo al plebiscito, en el Gobierno había tres temores: que estos comicios fueran su tercera derrota consecutiva desde el Rechazo; que la diferencia entre el “En contra” y el “A favor” fuera menor al 10%; y que no se detuviera el avance de la colectividad de José Antonio Kast y su liderazgo electoral. Dado que ninguna de esas aprensiones se concretó en el resultado de ayer, este fue recibido como un alivio. Y en medio de la peor semana de La Moneda en meses, donde dos fantasmas penaron en Palacio: el caso indultos y el de Democracia Viva.

Y es que, a pesar de obtener el mayor porcentaje de votos nacionales (el 35,4%) en mayo pasado, de conseguir el 46% de los 50 consejeros constitucionales y haber administrado el debate en el proceso constitucional, el Partido Republicano no logró imponer el texto que defendió.

“Los chilenos le han dado un portazo a la propuesta de Kast y Republicanos. Las ideas conservadoras quedan debilitadas. Se cae esta instalación que había hecho que Chile tuviera un giro hacia la derecha. Hoy se debe realizar una tregua política para avanzar en pensiones, educación, reactivación económica, salud y seguridad”, sostiene el jefe de bancada del PS, diputado Daniel Manouchehri.

En el Ejecutivo y en el oficialismo destacan que el Partido Republicano solo pudo, en esta ocasión, mantener su éxito en tres regiones: Maule, Ñuble y La Araucanía, donde ganó el “A favor”.

Paralelamente, los analistas de la ex Concertación consideran que “se logró recuperar” las regiones del norte, incluso en medio del debate por la ola migratoria descontrolada. El “A favor” fue duramente derrotado en Antofagasta, Atacama, Arica y Tarapacá. En las dos primeras, por cerca de 20 puntos de distancia.

“El Gobierno no podía ganar esta elección constitucional, pero la podía perder. Y la derecha no podía perder, pero podía dejar de seguir ganando. Y ese margen se jugaba. Y lo que sucedió fue que la derecha detuvo su racha ganadora. Si tú estás en la línea de flotación del agua, estar con la cabeza arriba o abajo de la superficie, es harta diferencia. Y el Gobierno sacó la cabeza para respirar. Entonces, esto tiene sabor a triunfo. No obstante, no es exactamente un triunfo del Gobierno”, puntualiza el experto electoral Víctor Maldonado (DC)

En el oficialismo sienten que se posiciona el sector más dialogante de la derecha, principalmente el de Evelyn Matthei y la UDI, que –según explican– hasta ahora seguía las directrices del partido de Kast.

“Se logró contener. Esto tampoco es un triunfo. Estás hablando de que logramos salvar el mobiliario, pero no la casa. Logramos frenar la Kastización del electorado”, señalan en Apruebo Dignidad.

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