El académico de la Facultad de Derecho de la UDP, Mauricio Duce, analizó la formalización al exdirector general de la PDI, Sergio Muñoz. En su opinión, fue crítico con la clase política al no ahondar en una reforma a las policías, por lo que realiza el llamado a “dejar de tirar voladores de luces”.
La crisis que enfrentan los dos altos mandos de las instituciones policiales de nuestro país, producto de las formalizaciones al exdirector general de la Policía de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz, y al general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, vuelve a poner en el debate la reforma a las policías que prometió en su momento el Presidente Gabriel Boric y que se fue diluyendo con el transcurso de su Gobierno.
Muñoz quedó en prisión preventiva mientras dura la investigación en su contra por el delito reiterado de revelación de secretos en delitos comunes y en una causa de lavado de activos al revelarse que transmitía información de distintas causas al abogado Luis Hermosilla. Este hecho provocó su renuncia al cargo de máxima autoridad de la PDI el pasado viernes.
Por otro lado, Ricardo Yáñez tiene fecha de formalización para el 7 de mayo, acusado por su rol como director de Orden y Seguridad durante el estallido social de 2019, en casos relacionados con violaciones a los derechos humanos.
El académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, Mauricio Duce, analizó junto a Mirna Schindler en Al Pan Pan la situación del alto mando policial chileno, lamentando que la agenda sobre una reforma policial se haya desviado de las necesidades del país.
Según Duce, en 2017 ya se habían detectado problemas dentro de las policías que abogaban por una reforma. “Uno de ellos era la excesiva autonomía fáctica que tenían las instituciones policiales, reflejada en la existencia de controles internos y externos más débiles de lo necesario para una fuerza policial”.
En esa línea, señaló que “parte del problema radica precisamente en que esos controles internos y externos requieren una revisión más profunda y deben ser abordados“.
“Lamentablemente, en algún punto, la agenda de reforma policial comenzó a ser vista por las propias policías y por varios sectores políticos como un ataque a las instituciones policiales y el proceso se estancó. Y creo que la realidad es más dura de lo que queremos, y nos cobrará en el mediano o largo plazo no haber abordado este tipo de cuestiones”, agregó.
Sin embargo, considera que el actuar de Carabineros durante el estallido social polarizó el debate sobre una reforma policial, surgiendo ideas de refundación, “que en mi opinión fue un error”.
El abogado sostiene que la política policial debe ser equilibrada, tanto dando más recursos como elevando la regulación en una sociedad democrática. “La experiencia latinoamericana y chilena, lamentablemente, nos muestra que se generan espacios oscuros que propician abusos. Por lo tanto, prevenir esos abusos es un tema clave”, expresó.
“Creo que el horizonte de un proceso de reforma profunda de modernización siempre debe ir acompañado del fortalecimiento institucional. Un Estado de Derecho no puede funcionar sin una policía”, añadió.
Al referirse a la situación en que las dos altas autoridades policiales chilenas tengan que comparecer ante la justicia, Duce sostuvo que este tipo de hechos tiene dos impactos.
En primer lugar, “el hecho de que las instituciones relacionadas con la justicia criminal tengan la capacidad de imputar formalmente a dos altas autoridades habla muy bien del Estado de Derecho“, afirmó.
Las formalizaciones tanto de Sergio Muñoz (con prisión preventiva) como de Ricardo Yáñez, para el abogado, significan que “se quiere demostrar que en Chile la ley, o al menos tenemos la aspiración, de que se puede aplicar a todos por igual“.
Para respaldar su argumento, comparó la situación con otros países de Latinoamérica, donde “se sabe que hay un complejo de impunidad. Entonces, no olvidemos que aquí hay una fortaleza institucional“.
En segundo lugar, para Duce, este tipo de situaciones resalta la necesidad de una reforma estructural en las instituciones, ya que “esto no significa que no tengamos problemas“.
“Esto es un llamado nuevamente a la clase política para que se deje de tirar voladores de luces en temas de seguridad y encaremos reformas estructurales que están pendientes hace varios años porque la seguridad nos come la urgencia y siempre es una buena razón para una política populista de urgencia y nunca encaramos los temas de fondo”, concluyó.
