Cuando los diputados cayeron en el bochornoso episodio de aumentarse la asignación de bencina, usaron como argumento los muchos kilómetros que debían recorrer cada mes en sus respectivos distritos. Por eso resulta extraño que en la visita que el abanderado opositor, Sebastián Piñera, realizó el miércoles al «rey de las bicicletas», Juan Mena, éste último se haya alegrado exageradamente al ver llegar al diputado de RN por la comuna, Alberto Cardemil.
Cuando los diputados cayeron en el bochornoso episodio de aumentarse la asignación de bencina, usaron como argumento los muchos kilómetros que debían recorrer cada mes en sus respectivos distritos. Por eso resulta extraño que en la visita que el abanderado opositor, Sebastián Piñera, realizó el miércoles al «rey de las bicicletas», Juan Mena, éste último se haya alegrado exageradamente al ver llegar al diputado de RN por la comuna, Alberto Cardemil.
No pudo dejar de llamar la atención entre quienes se encontraban en el local, ubicado en San Diego # 915 casi al frente del conocido Teatro Caupolicán, el efusivo abrazo entre Mena y Cardemil, quien llegó a la cita mucho antes que el presidenciable. Con mutuos palmoteos en la espalda, los viejos conocidos no dejaban de felicitarse por el encuentro.
Más tarde, cuando Piñera y Cardemil se habían retirado del local, Mena confidenció su alegría ante el reencuentro con el diputado. Ingenuamente uno de los presentes le consultó: «¿hace mucho que no lo veía? Sí, respondió Mena, desde hace tiempo. El indiscreto añadió: «Seguro que desde la campaña del 2005» y sin asomo de maldad, el rey de las bicicletas vendió en un dos por tres a Cardemil: «Nooooo, desde la anterior» (2001) y eso que San Diego está ahí no más.
