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Inscripción automática y plebiscitos comunales: lo que está pasando piola

En el segundo proyecto hay quienes estiman que se está queriendo pasar sin mayor discusión un aspecto relevante que apunta al hecho de que a través de esta propuesta, el Ejecutivo estaría aumentando de 5 a 10 por ciento el número de firmas requeridas para que un grupo de ciudadanos pueda pedir un plebiscito en su comuna.


Mientras la polémica por estos días ha estado centrada en el Presupuesto y en el reajuste del sector público, este martes el gobierno tomó la decisión de ponerle discusión inmediata a dos reformas políticas que se debaten en el Congreso. Por un lado, al proyecto de inscripción automática y voto voluntario que se tramita en la Cámara y; por otro, al de plebiscitos ciudadanos que se analiza en el Senado.

Pero, aunque en el primer caso se pedía a gritos esta urgencia con el fin de que la iniciativa pueda regir en las elecciones municipales de octubre del 2012, finalmente la autoridad revirtió la medida, asegurando que el Servicio Electoral confirmó que si se vota en Sala la semana del 12 de diciembre, los tiempos igual calzan. En el segundo proyecto, en cambio, hay quienes estiman que se está queriendo pasar sin mayor discusión un aspecto relevante que apunta al hecho de que a través de esta propuesta, el Ejecutivo estaría aumentando de 5 a 10 por ciento el número de firmas requeridas para que un grupo de ciudadanos pueda pedir un plebiscito en su comuna.

Adicionalmente, está el hecho de que cambiar el término “inscritos” por “habilitados para votar”, en el proyecto de inscripción automática y voto voluntario, provoca que también aumente, sin ninguna modificación legal de por medio, el tope de gasto electoral para los candidatos en todas las elecciones, sean éstas comunales, parlamentarias y/o presidenciales. Junto con ello, el 10 por ciento de firmas que se exigiría para un plebiscito comunal también crece en forma automática. Paradojalmente, a partir del mes de julio de este año, había entrado en vigencia una iniciativa de la era Bachelet que bajaba de 10 por ciento a 5 por ciento la cantidad de firmas para solicitar un plebiscito en cualquier comuna del país. Con la aprobación de la actual, el guarismo vuelve a lo que había desde el año 1997.

Y la ampliación del padrón electoral en alrededor del 40 por ciento, como efecto de la inscripción automática, traería como consecuencia el aumento de la base de cálculo para el porcentaje de firmas requeridas para solicitar plebiscitos comunales, por parte de la ciudadanía, en relación a lo que existe actualmente. Por ejemplo, para una comuna como Santiago el volumen de firmas requeridas aumentaría en 2 veces; para Concepción 2,6 veces; para Valparaíso 2,5 veces y para una ciudad como Talca 3,5 veces.

Respecto del gasto electoral el escenario también se modificaría en forma significativa. Sólo como ejemplo se puede decir que para un candidato presidencial, tal como rige la ley actualmente, en base al número de inscritos, el tope máximo de gasto sería de 5.339.105.806 con 8.159.279 inscritos; mientras que con el término “habilitados para votar¨, en base a la inscripción automática, aumentaría a  8.110.669.835 con 12.394.813 que se calculan de potenciales electores.

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