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La matriarca del Bar Torres y su voto transversal

La matriarca del Bar Torres y su voto transversal

Con el avenimiento de la dictadura, sus vínculos políticos se fueron desplazando hacia la izquierda, aunque ha mantenido intacta su militancia DC.


A sus 84 años de edad, doña María Barría Méndez, matriarca culinaria de la legendaria Confitería y Bar Torres, todavía cautiva a comensales y participa activamente de la política nacional. En estos días, ha tomado palco en la candidatura de Camila Vallejo, obsequiándole un curanto chilote, a fin de recaudar fondos para su campaña como candidata a diputada. El acto, más que un alabado despliegue de sabores profundos de Chiloé, ha sido una verdadera muestra de su apertura y evolución política.

Tan comprometida está que además decidió cambiar su lugar de votación desde la comuna de Puerto Montt a La Florida. De esta forma, podrá votar en las próximas elecciones por las tres mujeres que, según ella, son emblemáticas de la vida política del Chile de hoy. Soledad Alvear, que representa su alma democratacristiana de toda la vida, Michelle Bachelet que es el emblema de la verdadera reconciliación de los demócratas en Chile, principalmente socialistas y democratacristianos, y por Camila Vallejo, que representa a los jóvenes y su anhelo de una vida mejor para el país, y que ella quiere dejar como un testimonio y un regalo para sus nietos.

El hecho es un ejemplo de cómo ha evolucionado el sentido político del país en todos estos años. Doña María fue desde sus años mozos una activa dirigente democratacristiana de base en su región, y se destacó particularmente en su oposición a la Unidad Popular, llegando a ser presidenta regional de la Confederación Democrática, CODE, en Puerto Montt, alianza política opositora a Allende conformada por la derecha y la DC.

Con el avenimiento de la dictadura, sus vínculos políticos se fueron desplazando hacia la izquierda, aunque ha mantenido intacta su militancia DC.

El curanto que doña María le regaló a Camila Vallejo, como contribución a su campaña, y que convocó a más de un centenar de dirigentes comunistas en el Bar Torres, no tiene únicamente sabores políticos nuevos, sino una antigua receta chilota que “sólo ella conoce” y no devela. Guardar los secretos de la cocina y “transmitirlos a quien lo merece” es el único acto conservador que, reconoce, mantiene de manera intransigente, para deleite de todo tipo de paladares. Es sabido que Raúl Ruiz, el conocido director de cine chileno ya fallecido y de origen chilote, cada vez que venía a Chile desde Francia donde estaba radicado encargaba un curanto en el Torres.

No se sabe cuánta plata recaudó Camila con el curanto que le regaló doña María, lo que sí está claro es que el encuentro ya se enmarcó entre las fotos de la historia política del Torres.

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