La empresa estatal estrenó nuevo directorio hace menos de seis meses y esta es su primera crisis. Al frente de la mesa, una ex ministra de Piñera que se enfrenta a su ex compañera de gabinete en el Ministerio del Medio Ambiente. La tensión en el directorio escala tras la renuncia, ayer, de Gonzalo de la Carrera, demostrando un diferencia de visiones.
Tras el aterrizaje del nuevo Gobierno, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) cambió. Su gerente general, Marcelo Tokman, había manifestado su voluntad de quedarse, pero la ministra de Energía, Susana Jiménez, dijo que era conveniente buscar personas especializadas para la empresa. Así, Tokman oficializó su salida en mayo y, en paralelo, se instaló un nuevo directorio. Uno que hoy enfrenta su primera gran crisis por los episodios de intoxicación masiva, alertas amarrillas y suspensión de clases que se han registrado durante los últimos quince días en Quintero y Puchuncaví, debido a la contaminación ambiental.
A fines de junio llegó a Enap, en el cargo de Tokman, el ex hombre fuerte de Ripley, Andrés Roccatagliata, un salto del retail a la minería que sorprendió a la industria de combustibles.
A pesar de la crisis de estos días, el ejecutivo ha hecho declaraciones puntuales a la empresa y toda la atención, tensiones y presiones se han concentrado en el directorio. Liderado por la ex ministra de Obras Públicas, Loreto Silva, dicha instancia se quebró con la salida de Gonzalo de la Carrera, quien renunció el miércoles.
Tras su salida de Isapre Colmena, donde coronó su carrera como ejecutivo, De la Carrera arribó al directorio de la estatal, manteniendo su rol paralelo de opinólogo de diversos medios, incluso con un programa de radio sobre contingencia.
El directorio de Enap está, además, integrado por una mujer con fama de matea, Anita Holüigue, personaje clave de Álvaro Saieh hasta que el empresario vendió sus radios y ella se alejó del conglomerado. Junto a las mujeres del grupo, hay otro cercano a Saieh: José Luis Mardones, con un vasto currículo en empresas estatales como asesor y ejecutivo, entre ellas, Codelco y la Empresa Nacional de Minería, cargos gerenciales en Colbún y un enorme listado de directorios, como el de CorpBanca, el brazo bancario del empresario controlador también de SMU. El directorio también lo integran el ex gerente de la estatal, Rodrigo Azócar, y el representante de los trabajadores, Marcos Varas.
En el seno de este directorio ha habido diferentes visiones sobre cómo afrontar la crisis. Las tesis más potentes es la del rival más débil, que quiere decir que, tras la formulación de cargos de la Superintendencia del Medio Ambiente y las cambiantes acusaciones del Gobierno, la apuesta política fue volver a la línea de blindar a la ministra del ramo, Carola Schmidt, y que Enap asuma el golpe. Silva ha sido una mujer cercana a Piñera tras su salida del Ejecutivo y, más que el resto del directorio, entiende los golpes políticos que se reciben a veces.
Un artículo de La Tercera apuntó ayer, de paso, a otras diferencias al interior del directorio sobre la evaluación del manejo comunicacional de la crisis por parte de sus asesores comunicacionales, el grupo Etcheverry y el círculo que rodea a Silva, especialmente Gonzalo Cordero, conocido asimismo por su vínculo con Gener, compañía que también operan en la zona en conflicto.
Tras la renuncia de De la Carrera –que se debería a dos razones, su temperamento y su postura de persistir en la trinchera contra las acusaciones el Gobierno–, se tendrá que esperar que La Moneda busque su reemplazante. Lo cierto es que la administración piñerista tiene que preocuparse estos días de blindar a Schmidt y Silva, quienes podrían salir perjudicadas tras la crisis de contaminación que, por ahora, se le adjudica a la estatal.
