Señaló que el cruce internacional “es una víctima directa de la inacción, carece de conexión física adecuada, la infraestructura existente es obsoleta y los procesos de control que se aplican van a contramano de los tiempos que corren, además de ser de difícil acceso, con condiciones climáticas adversas, con un creciente aumento de los flujos y de gran congestión y demoras”, alertó. Además afirmó que en el caso de Cristo Redentor “no existe la integración de los procesos y solo se comparte un espacio físico, a lo que habría que sumarle las dificultades para modificar la percepción negativa de los funcionarios chilenos de tener que trabajar juntos, en especial en territorio argentino”. Solo en 2018, el cruce fue utilizado por dos millones de personas y 500 mil camiones.
El jefe argentino del paso internacional Cristo Redentor, Justo José Báscolo, renunció a su cargo tras desacuerdos con los distintos servicios que funcionan en el principal paso fronterizo entre Chile y Argentina, según medios trasandinos.
Báscolo debía coordinar a entidades como la AFIP (impuestos), Aduanas y Migraciones, como jefe de la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos de Frontera, dependiente del Ministerio del Interior argentino.
En la carta de renuncia expresó que “no están dadas las condiciones adecuadas para continuar con el Gobierno y administración de los Centros de Fronteras, como así para la toma de decisiones en el marco de los acuerdos y tratados celebrados con la República de Chile”.
Los problemas de coordinación entre ambos países habían sido reconocidos anteriormente por Carlos Abihaggle, exembajador argentino en Chile.
“Falta una autoridad única y binacional, que se debería hacer rotar entre ambos países”, señaló el funcionario en su momento.
En el caso del sistema Cristo Redentor, se suma que se han presentado situaciones en las que empleados argentinos que no compartían una determinada disposición de su gobierno terminaron aliados con sus similares de Chile para ejercer presión y desalentar decisiones oficiales, según indicó el diario UNO de Mendoza.
Según cifras de 2018, solo ese año el paso fue usado por 581 mil camiones y 2,3 millones de personas. A pesar de la existencia de un túnel construido en 1980, el paso estuvo 30 días cerrado al año.
Báscolo además realizó duras críticas al funcionamiento del sistema en una columna publicada este miércoles en el diario Los Andes de Mendoza.
“El paso internacional sistema Cristo Redentor es una víctima directa de la inacción, carece de conexión física adecuada, la infraestructura existente es obsoleta y los procesos de control que se aplican van a contramano de los tiempos que corren, además de ser de difícil acceso, con condiciones climáticas adversas, con un creciente aumento de los flujos y de gran congestión y demoras”, escribió.
Además advirtió que los gobiernos de Chile y Argentina tienen grandes dificultades para modificar percepciones negativas hacia “el otro”, además de políticas estratégicas completamente distintas.
Las actuales dificultades en la relación bilateral dan cuenta de la necesidad de “reimpulsar” el Tratado de Maipú y cumplir con sus objetivos, en especial la concreción de infraestructura para la integración física y medidas de facilitación fronteriza, según el funcionario.
“Se necesita pasar a la acción para demostrar que se puede lograr una alianza basada en una confianza sostenida. A modo de ejemplo, uno de sus Protocolos Complementarios, trata la Constitución de un Grupo de Trabajo Especial para un Acuerdo General sobre Libre Circulación de Personas, me pregunto, ¿dónde estamos parados, sirven y funcionan los distinto mecanismos binacionales?, ¿existen procesos de seguimiento de metas y objetivos, o solo se trata de reunirse para cumplir con una agenda?, ¿o nadie quiere asumir que las estrategias de cada país van por caminos separados y reina la desconfianza?”, se preguntó.
Además afirmó que en el caso de Cristo Redentor “no existe la integración de los procesos y solo se comparte un espacio físico, a lo que habría que sumarle las dificultades para modificar la percepción negativa de los funcionarios chilenos de tener que trabajar juntos, en especial en territorio argentino”.
Para Báscolo, las medidas de facilitación fronteriza, tanto para el comercio internacional como para el turismo, se encuentran perfectamente identificadas.
“El problema radica en la falta de voluntad y entendimientos entre los organismos complementarios, que terminan imposibilitando su instrumentación, aun cuando van en contra de la voluntad política de las máximas autoridades, en especial de la contraparte chilena, donde se advierte que se ha acentuado esta tendencia en los últimos tiempos, además de incumplir sistemáticamente acuerdos binacionales que solo entorpecen y empañan aún más el funcionamiento del paso Cristo Redentor”, criticó.
Para el exfuncionario, “la creciente demanda en el paso internacional nos plantea analizar si los modelos actuales son los correctos o merecen cambios radicales, esta es tarea que deberán resolver las partes, tratando de conjugar intereses comunes y confianza mutua para poder avanzar en una integración estratégica verdadera”.
