Viajes
Con iglesias y la catedral más antigua del país, Braga no quiere reducirse únicamente al turismo sacro y abarca un concepto más amplio para captar a turistas de todas las generaciones.
A los pies del «Bom Jesus do Monte», un mirador regala una panorámica de Braga. El santuario, Patrimonio Mundial de la Unesco, hace de la ciudad el «centro espiritual» de Portugal, pero no es el único: su catedral es la más antigua del país y sus más de 40 iglesias le han valido el apodo de «la Roma portuguesa».
Sin embargo, Braga no quiere reducirse únicamente al turismo sacro y, en los últimos años, ha ido virando hacia un concepto más amplio y proyectándose como «una ciudad joven, vibrante, que tiene una mezcla única entre historia y juventud, entre tradición e innovación», explica su alcalde, Ricardo Rio.
«Tradicionalmente, Braga estaba vinculada con todos los rasgos turísticos religiosos que tenemos en la ciudad», explica Rio, pero ahora a ese valor «se suma una actividad cultural muy activa, grandes conciertos internacionales, congresos e iniciativas deportivas» que promueven, apunta, «un equilibrio entre el turismo y la calidad de vida de los ciudadanos».
Esta estrategia, añade, le ha permitido tener una «evolución sostenida» del sector en los últimos años, en los que ha duplicado el número de estancias hoteleras y ha conseguido ser elegida como «Mejor destino europeo» en 2021 -y el segundo mejor en 2019-.
Fundada como Bracara Augusta, Braga «es ciudad desde la época romana» y una de las más antiguas de Portugal: «Es monumental, creativa y acogedora, tiene historia, patrimonio, economía, juventud y buena gastronomía», por lo que «no tiene la necesidad de darse importancia» ni de «estar compitiendo con otras ciudades portuguesas», resume Filomena Alves, responsable de turismo de Braga.
El punto de partida para el viaje espiritual por Braga es el santuario del Bom Jesús do Monte, que la Unesco añadió a su lista de Patrimonio Mundial en 2019.
«Desde la entrada del pórtico cuenta toda la historia de la vida de Jesús, que se culmina en la iglesia», explica Alves.
A esto se suma, a un lateral del conjunto monumental, «el primer ascensor de Portugal», un funicular movido por agua que representa «el inicio de la ingeniería industrial» en el país y que también está inscrito en la lista de patrimonio industrial, indica Alves.
Pero el recorrido continúa ya en la ciudad con sus más de 40 iglesias, con la Catedral de Santa María, la más antigua del país, como «punto central de desarrollo de toda la ciudad», añade la responsable de turismo.
A esto se suma su valor como «lugar de paso para los peregrinos» del Camino de Santiago.
«Tenemos dos caminos que comienzan exactamente en la puerta de la catedral: el camino Miñoto Ribeiro y el Camino de la Geira y los Arrieiros», apunta Alves, «pero hay otros dos que pasan por aquí, el Camino de Torres (que une Salamanca con Santiago de Compostela), y el Camino Central, que hace un desvío de Barcelos a Braga y después se va por Ponte de Lima».
Además, Braga es conocida como la capital religiosa del país también por la tradición de su Semana Santa, «considerada la más importante de todo Portugal», subraya Alves.
Uno de los símbolos más antiguos y emblemáticos de la Pascua bracarense son los «Farricocos», penitentes con carracas -o matracas- y túnicas oscuras que, con la cabeza tapada, caminan descalzos iluminando las procesiones.
Pero más allá de ser la «Roma portuguesa», Braga quiere proyectarse también como una ciudad «con un vibrante panorama de actividades culturales», explica su alcalde, para lo cual, el Altice Forum, el «segundo recinto más importante del país», juega un importante rol.
El Altice Forum cuenta con «salas de gran ambivalencia y capacidad» pensadas para «una tipología de eventos muy variada», desde congresos hasta competiciones deportivas, conciertos o celebraciones locales, explica Ana Machado, una de las gestoras del espacio.
Por sus salas han pasado artistas internacionales como Rosalía, Dua Lipa y Bryan Adams, entre muchos otros, y este tipo de conciertos «atraen mucho público de Galicia», explica Machado. En el caso de la artista catalana, que actuó el pasado noviembre en la ciudad, «aproximadamente el 70 % del público eran españoles», añade.
«Nos presentamos internacionalmente como una ciudad auténtica. (…) Queremos una alta calidad de vida para los residentes y que los que los visitantes también puedan disfrutar de esto», concluye su alcalde.
