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Incrementar los cuidados al almacenar la carne en verano es clave Alimentos

Incrementar los cuidados al almacenar la carne en verano es clave

Resguardar la cadena de frío, evitar la contaminación cruzada y cocinar rápidamente tras descongelar son fundamentales para evitar el cultivo de bacterias patógenas en los alimentos.


La carne fresca no refrigerada adecuadamente se encoge, pierde peso y es rápidamente blanco de ataques de bacterias patógenas, capaces de causar intoxicaciones. Por lo tanto, su almacenamiento en condiciones seguras es fundamental, más aún en un verano 2024 que estará marcado por las altas temperaturas y las olas de calor.

Catherine Escobar, gerente comercial de El Carnicero, explica que un producto no refrigerado no solo se echa a perder rápidamente, sino que es lugar de cultivo de microorganismos con el potencial de afectar la salud de las personas. Por eso, una vez congelada y descongelada, se debe cocinar como máximo antes de doce horas.

“Mantener la carne en un ambiente frío es una tarea crítica. Si va a transportar vacuno, pollo o cerdo es importante aprovisionarse de bolsas térmicas, coolers u otras opciones en el mercado para mantener la cadena de frío, o simplemente comprar e ir directo a refrigerar en casa. No obstante, los implementos de frio nos dan la certeza de que el alimento preserva sus características de inocuidad y calidad. Además, los sistemas de enfriamiento son fundamentales para que la carne no modifique sus cualidades nutricionales”.

Por eso, si va a congelar, hágalo lo más rápido posible, en especial en esta época, remarca la ejecutiva. “Y al momento del consumo, descongelar lentamente para no alterar el sabor y textura de la carne, cambiando del congelador al refrigerador idealmente antes de sacar a temperatura ambiente, para que sea en un proceso lento y así evitar la descomposición”.

 Contaminación cruzada

La contaminación cruzada es un segundo factor de riesgo asociado a la manipulación de productos alimentarios. En el caso de la carne, es fundamental que, al refrigerarse, se utilicen tapas o separadores interiores que eviten la transmisión de bacterias por contacto de manos, utensilios o superficies con otros alimentos, señala Catherine Escobar.

“Hay que procurar que utensilios y superficies que tuvieron contacto con la carne cruda no sean utilizados para manipular otros tipos de alimentos, como, por ejemplo, las ensaladas. Además, es importante lavarse constantemente las manos y, por supuesto, realizarlo sobre superficies limpias”, puntualiza la experta.

Algunas instrucciones adicionales para prevenir la contaminación cruzada son utilizar distintas tablas de cortar y cuchillos para pollo, vacuno o cerdo, y frutas y verduras frescas.

Si no es el caso, la recomendación es primero preparar las frutas y verduras, separarlas y guardarlas en un lugar seguro, y finalmente lavar la tabla con agua caliente y productos de limpieza antes de preparar la carne.

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