En esta entrevista de Sello Propio, la filántropa -ganadora del Premio Ecoscience 2018 y que ha dedicado los últimos años a dirigir varias fundaciones centradas en la ciencia y la conservación- explica que el trabajo que realiza junto a un equipo de científicos en la reserva de Melimoyu hace 15 años, la llena de orgullo porque se trata de proteger «un lugar prístino. La puerta de entrada a los fiordos del Corcovado, donde está la reserva de agua dulce más grande del país y tal vez del mundo».